Tras nueve meses de litigio judicial, habría llegado a su fin la disputa entre Juan Ángel Urruzola y familiares de su ex pareja que impedían la exhibición de la serie de imágenes con las que el fotógrafo ganó en diciembre el 54º Premio Nacional de Artes Visuales.

La obra, titulada Chau, Bea, retrata a la ex pareja y a dos hijos del fotógrafo; en seis de las siete fotografías que componen la serie, la mujer presenta claras secuelas de un tratamiento con quimioterapia, en tanto la restante imagen la muestra con una cabellara larga, en un momento que se supone anterior a la enfermedad. La ex pareja de Urruzola murió a mediados de 2010.

Familiares de la fallecida presentaron un recurso judicial para impedir la exhibición de la obra, que en principio fue rechazado, pero tras una apelación la Justicia fue favorable a su demanda. Ello determinó que a principios de enero Chau, Bea fuera retirada de las paredes del Museo Nacional de Artes Visuales, donde estaba programado que permaneciera hasta marzo junto a los otros finalistas del Premio Nacional de Artes Visuales.

Mientras tanto, Urruzola apeló la decisión judicial, pero el trámite se demoró ya que el tribunal se declaró “en discordia” (sus tres integrantes mantenían posiciones divergentes), por lo que debió ampliarse con dos jueces extra. Con esta nueva integración, el Tribunal de Apelaciones Civil de Segundo Turno falló en favor de Urruzola la semana pasada.

Entre otras cosas, el dictamen judicial dice: “El demandado cumplió con la carga probatoria que le incumbía y demostró que la persona Beatriz Abdala participó en un acto creador, en una creación intelectual donde como elemento fundamental estaba su propia imagen”. La cuestión del derecho a la imagen se confunde con el derecho de autor en el que lo distintivo radica en que el primero tiene su sustento básico en un acto creador.

La sentencia que convalidaron tres de los cinco jueces también establece que “la imagen es un bien jurídico esencial y su titular puede ejercer sobre ella todos los actos de disposición que entienda pertinentes, los que pueden implicar cualquiera de las esferas de la vida privada, desde la confidencial o de secreto o más íntima (de la que normalmente participan las personas en que el individuo confía, ya sea por razones de pudor personal o de secreto íntimo) a otras menos restringidas y más conocidas por allegados o terceros. La noción de intimidad varía de persona a persona, de familia a familia, de grupo a grupo, de cultura a cultura, siendo también diferente obviamente en cada época o en diferentes lugares, donde lo relevante es que la propia persona o individuo tenga garantizada la libertad de controlar esos aspectos. El hecho fotografiado, las fotografías tomadas en lo que la actora denomina últimos momentos de Beatriz Abdala y luego presentadas al Concurso Nacional de Artes Visuales, no fueron un hecho aislado sino consecuente con otros parificables anteriores.”

Aunque contrariado con las anteriores instancias del proceso -cuestionó la idoneidad de la jueza que fue favorable a los demandantes y cree que la intervención del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) demoró el proceso-, Urruzola cree que es destacable “la fineza” de la sentencia y considera que el tribunal hizo un gran trabajo interpretando “una pila de expedientes que tenía 18 centímetros de altura”. “Creía que nadie iba a tomarse el trabajo de estudiar todo eso”, dijo.

Para Urruzola, su obra se transformó en un hecho social del que muchos hablaron sin presenciar directamente, ya que estuvo poco tiempo en exhibición. Aunque es muy difícil que la sentencia pueda volver a revertirse, desde el MEC se estaría esperando los plazos legales correspondientes para volver a exponer Chau, Bea.