"Rueda la pelota, el mundo rueda. Se sospecha que el sol es una pelota encendida, que durante el día trabaja y en la noche brinca allá en el cielo, mientras trabaja la luna, aunque la ciencia tiene sus dudas al respecto. En cambio, está probado, y con toda certeza, que el mundo gira en torno a la pelota que gira…". El párrafo pertenece al libro Fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano, y sin dudas cabe reconocer que la pelota es como un imán que concentra la atención de propios y extraños, convirtiéndose en una adicción que afecta a millones de personas en el mundo.

Ese encanto transformó al fútbol en un muy buen negocio. Según algunas estimaciones, si la FIFA fuese un país sería la decimoséptima economía del mundo, ya que genera anualmente unos 500.000 millones de dólares. Sin embargo, más allá del carácter religioso que muchos le atribuyen al fútbol, éste no está exento de los problemas que trae consigo la terrenal crisis económica global y, como cualquier empresa, sufre los inconvenientes derivados de los mercados financieros.

Causa directa o indirecta, lo cierto es que los problemas económicos y las discusiones por recortes salariales de los futbolistas han llevado a postergar el comienzo de dos de las más prestigiosas ligas europeas: la española y la italiana. A ello se agrega la dificultad de algunos clubes para conseguir sponsors para su indumentaria, algo que también tuvo su impacto en un mercado de pases que ahora maneja cifras menos irracionales.

Si bien el pase del zaguero de Nacional Sebastián Coates al Liverpool de Inglaterra se ha convertido en el de mayor monto de la historia de Uruguay (se habla de que les quedarían a los tricolores unos ocho millones de dólares), las cifras son un chiste comparadas con las de otras transferencias realizadas en el viejo continente.

La pelota no se mancha

La liga española comenzó el fin de semana pasado, pero estaba previsto que lo hiciera siete días antes. Los jugadores decidieron hacer una huelga en la primera fecha del certamen por el dinero que se les adeuda, una cifra estimada en 5.000 millones de dólares aproximadamente, según un artículo publicado por Infobae. Para peor, prácticamente la mitad de los equipos de la primera división se quedó sin auspiciante para esta temporada. Es la primera vez que cuatro de los clubes con mayor poder en el fútbol español tienen "limpias" sus camisetas: Valencia, Villarreal, Sevilla y Atlético de Madrid. Ello se debe a que los dirigentes no quieren "regalar" su patrocinio, por lo que no aceptarían lucir publicidad por menos de cuatro millones de dólares al año. La información recuerda a modo de ejemplo que el Atlético de Madrid recibió de la automotriz Kia cerca de 11 millones de dólares (7,2 millones fijos más 3,9 variables) en cada una de las seis temporadas en las que llevó en su camiseta el nombre de la compañía coreana. Pero luego de que la empresa se bajó del esponsoreo, los colchoneros están en busca de una empresa dispuesta a invertir al menos siete millones de dólares cada 12 meses.

Otras instituciones de la elite del fútbol español que no lucirán un auspiciante serán el Málaga (que al igual que el Barcelona le pagará a UNICEF por poner el nombre en su camiseta), Zaragoza, Osasuna y el Rayo Vallecano.

Para atender sus necesidades financieras, los clubes comienzan a concentrarse en las canteras (juveniles del club) y a fichar a costo cero o a vender antes que comprar.

Il Padrino

Como dice el dicho: "El que tiene padrino no muere infiel". Para lograr subsistir muchos clubes han apostado a contratar grupos gerenciadores, o se han vendido a inversionistas dispuestos a gastar sus buenos dólares en incorporar jugadores para la institución. El club español Málaga se puso la temporada pasada en manos del jeque qatarí Al-Thani, quien ha hecho una inversión descomunal de casi 60 millones de dólares en jugadores. El Getafe también apeló al dinero "árabe" para captar recursos.

Esta moda comenzó en Inglaterra con el Chelsea, comprado por el magnate ruso Roman Abramovich, y que gracias a su constante inversión ha logrado posicionarse como uno de los principales equipos de fútbol del mundo. Por su parte, el París Saint-Germain tiene como dueño a un grupo empresario también qatarí, y ha realizado importantes incorporaciones, como la del argentino Javier Pastore y la última, del capitán celeste Diego Lugano.

El diario español La Razón grafica que el Valencia, tercero en las dos últimas ligas, tuvo que desprenderse del goleador David Villa y de David Silva el año pasado, y este año de Juan Manuel Mata, mientras que el Villarreal vendió a Santi Cazorla y no contrató a otro futbolista de su calibre. Una realidad distinta según ese medio es la que viven el Real Madrid y el Barcelona, los "dos equipos que más deuda acumulan, pero también los que más ingresos generan y más recursos tienen". Se detalla que ambas instituciones han sido las grandes beneficiarias del reparto de los derechos televisivos, recibiendo más de diez veces el dinero que el que menos cobra (Madrid y el Barça cobran 140 millones y los que menos reciben, 12). El equipo blaugrana gastó 61 millones de dólares (que pueden ampliarse en 16 millones más si se cumplen unas variables) en dos futbolistas, pero también recibió dinero por vender principalmente futbolistas surgidos del club. El elenco merengue redujo la inversión pero igualmente intentó fichar al brasileño Neymar.

De esa forma, La Razón entiende que "la Liga 2011-2012 será como una copia de las dos últimas: sólo dos equipos están en disposición de luchar por el título y todos lo asumen".

Sólo un vicio más

Otro golpeado por la crisis internacional ha sido il calcio italiano. La liga de fútbol que ahora contará con Diego Forlán entre sus estrellas no comenzó el fin de semana pasado debido al conflicto que sostiene el sindicato de futbolistas con la Federación Italiana, y aún no se sabe cuándo lo hará. Damiano Tommasi, de la Asociación Italiana de Futbolistas (AIC), aseguró que se busca evitar que se cumpla con dos enmiendas que busca aplicar la liga: la obligación de entrenar aparte del primer equipo para aquellos jugadores que no quieran retener las instituciones (lo que la AIC teme que se convierta en una represalia para los futbolistas que discutan su salario), y la imposición a los futbolistas (y no al club) de que paguen un impuesto de 5% o 10% si superan una renta anual de 90.000 o 150.000 euros, respectivamente. La tensión creció cuando el ministro para la Simplificación, Roberto Calderoli, calificó a los jugadores como "una casta de viciados" y amenazó con duplicarles un nuevo impuesto a los sueldos más elevados del país, algo planificado por el gobierno de Silvio Berlusconi para combatir la actual crisis.

El país de la bota ha sido otra víctima de los mercados financieros, pero en el caso del fútbol también ha sido herido por su propia ostentación irracional a la hora de realizar contrataciones, y por ello busca poner la casa en orden. En ese sentido, se recuerda la ida del camerunés Samuel Eto'o al club ruso Anzhi por las próximas tres temporadas, donde cobrará un jugoso contrato de 29 millones de dólares anuales. Con la venta del delantero la balanza comercial del Inter vuelve a ser positiva después de muchos años, registrando un superávit de 33 millones de dólares, en comparación con los casi 52 millones de déficit de la anterior temporada. Sin embargo, la austeridad no es gratuita y, como era inevitable, esto ha repercutido en una baja en la calidad de los planteles.

Exprime la naranja

Un problema que por ahora parece no tener solución es el que afecta a la NBA, luego de que las franquicias determinaran el cierre patronal al no llegar a un acuerdo con los jugadores y el comisionado de la liga, David Stern. El cierre patronal implica la suspensión de cualquier tipo de actividad relacionada con la liga; los jugadores no pueden entrenarse en las instalaciones de los clubes y tampoco se pueden negociar contratos. El problema de fondo radica en que los dueños de los equipos aseguran tener pérdidas acumuladas que ascienden a 300 millones de dólares por temporada, y que 22 de los 30 clubes que forman parte del torneo se encuentran con números en rojo. Por ello quieren establecer un nuevo límite salarial e igualar el reparto de los ingresos anuales como forma de sanear sus cuentas. En la actualidad, los jugadores perciben 57% de los ingresos de los equipos, pero los propietarios desean rebajar este porcentaje a 50%. De igual forma, se quiere rebajar el tope salarial de cada club, que se encuentra en 58 millones de dólares, hasta 45 millones.

El complicado panorama ha hecho que estrellas como Kobe Bryant recibieran ofertas para jugar en el básquetbol brasileño y chino, aunque ambos ofrecimientos ya fueron descartados por el jugador. Por su parte, el argentino Luis Scola, de los Houston Rockets, aseguró que “en la NBA ya nos dijeron que por las dudas nos vayamos buscando un trabajo en otro lugar”.

El básquetbol también sufre en España, donde los equipos Estudiantes, Joventut, Menorca, Valladolid y Granada están en cesación de pagos, y Alicante directamente a punto de desaparecer, según la prensa española. Es que la crisis se hace sentir, y el deporte también es víctima de sus coletazos. Sin embargo, pese a los problemas, postergaciones, conflictos e incluso el cierre de instituciones por insolvencia económica, lo que está garantizado es que la pelota seguirá rodando. Al fin y al cabo, es como recuerda Galeano en su libro: “Un periodista preguntó a la teóloga alemana Dorothee Sölle: -¿Cómo explicaría usted a un niño qué es la felicidad? -No se lo explicaría -respondió-, le tiraría una pelota para que jugara”.