Campos con ganado y palmeras de butiá con muy pocas construcciones pueblan el paisaje a la altura del kilómetro 265 de la ruta 10, donde está la entrada a Cabo Polonio, que es por donde se da el mayor número de ingresos. De allí salen cada media hora, durante toda la jornada estival, los camiones que en enero transportan a un promedio de 1.400 turistas por día. El viaje dura alrededor de media hora, los vehículos transitan a un ritmo lento en medio de caminos de arena con muchos vericuetos; los conductores conocen de memoria el recorrido, las subidas, bajadas, las curvas, y disminuyen de antemano la velocidad previendo el balanceo. A ambos lados se ven los montes de pinos y acacias, y hay una pequeña área, identificada y cercada, de monte psamófilo, nativo y original, que fue talado y desplazado por las especies exóticas, y que ahora se intentará recuperar. Poco antes de llegar a destino el vehículo recupera velocidad al desplazarse por la arena húmeda junto al mar; es un anticipo de la llegada al poblado.

Atributos naturales

En 1966 se declaró "de interés nacional" la preservación de la región de Cabo Polonio y sus dunas fueron catalogadas como Monumento Natural. En 2006 los ministerios de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Turismo y Deporte, junto con la Intendencia de Rocha, elaboraron la propuesta de ingreso al SNAP, lo que se concretó en 2009. El Parque Nacional Cabo Polonio abarca 25.820 hectáreas, "posee una gran heterogeneidad de ambientes naturales, que incluye playas arenosas, puntas rocosas, dunas, bosque nativo costero, pequeños humedales, ambientes oceánicos e islas", reseña un folleto del SNAP. La mayoría de esas hectáreas son marinas (21.151), les siguen las terrestres (4.653) y 16 son insulares. En cuanto a fauna, hay especies prioritarias para el SNAP, algunas en peligro de extinción, como el sapito de Darwin. También llegan especies migratorias como gaviotines, ballena franca austral y tortuga verde, y es "zona clave" para el ciclo anual de crustáceos y para la cría y alimentación de más de 47 especies de peces; el territorio comprendido entre la zona costera y las islas alberga a poblaciones de lobo marino fino y de león marino. Se estima que la zona fue ocupada por sociedades prehistóricas hace 11.000 años. El cerro de la Buena Vista es el punto más alto de la zona y fue el límite establecido entre los imperios de España y Portugal entre 1750 y 1777. En 1881 se inauguró el faro de Cabo Polonio.

Cuidados

Conviven pasado y presente, poblaciones rurales y urbanas, adinerados y modestos. El lugar es distinguido, cada vez más, internacionalmente por su belleza paisajística y también por conservar parte de lo que fue hace más de un siglo, cuando era un poblado de pescadores, abocado también a la faena de lobos marinos para extraer sus pieles, que fue prohibida en 1991. A mediados de 2009 ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), lo que estaba propuesto desde 2006, como forma de preservar el espacio, denominado Parque Nacional Cabo Polonio (ver recuadro).

Las casas tienen forma de ranchito y se cuida que conserven la fisonomía original; sus ampliaciones no están permitidas y las refacciones deben tener el aval de la Intendencia de Rocha (IR), que autoriza la obra y el ingreso de material.

La oficina de control del guardaparque vigila el ingreso vehicular. Además del servicio colectivo que desarrollan seis empresas transportistas, pueden entrar los vehículos cuatro por cuatro que tramiten el permiso ante la IR -pobladores, proveedores de servicios o visitantes (estos últimos pagan una tarifa de 50 Unidades Reajustables)-, pero el recorrido dentro del poblado es restringido.

Junto al sitio de llegada de los camiones estaba Popeye, un poblador local, acomodando su carro tirado por un caballo. El hombre es uno de los dos que transportan el cargamento de los turistas hacia los ranchos, cobrando a voluntad. Oriundo de la zona del Rincón de Valizas, Popeye llegó al lugar hace más de 20 años para trabajar en la zafra lobera; después un conocido le ofreció trabajo y se fue quedando. Ahora trabaja para la IR y de los fletes obtiene un ingreso complementario. Comentó que desde que el lugar forma parte del SNAP las playas están más limpias, las casas más arregladas y, en general, todo más ordenado; en ese sentido, destacó la prohibición de acampar.

Ese control se aplica desde el momento de subir al camión, donde los transportistas retienen las carpas, que son depositadas en la oficina de control y devueltas una vez que se sale del lugar. Si alguien consigue burlar los controles y pasar una (dentro de un bolso o ingresando a pie por la costa, desde Valizas), los guardaparques le solicitan que la desarmen. Los funcionarios también controlan que no se ingrese con mascotas ni con especies exóticas, algo que había sido decretado en 2009 y que comenzó a aplicarse este verano.

Interacciones

En las vueltas cotidianas de su casa estaba Chela, de 76 años y nacida en el lugar, cuando no había escuela y tenía que trasladarse hasta Rincón de Valizas para asistir a clases. Chela es famosa por los panes que hace para vender. Contó que los cocina de "toda la vida" y que en otras épocas fue artesana, para lo que aprovechaba las vértebras de tiburón y los caracoles, pero en un momento hacer panes pasó a ser lo más rentable. Pegado a su casa tenía el gallinero y daba de comer a las gallinas a la vez que se sacaba restos de masa de sus manos.

Al ser consultada sobre el lugar comentó: "Ha cambiado mucho, porque esto de área protegida yo no veo lo que es, no lo comprendo porque uno no puede tener una gallina suelta pero hay nueve caballos aquí adentro y 'no se ven'. Siempre están jorobando porque te piden un Polonio limpio y mire lo que es aquello, ¿aquello puede ser limpio?”, preguntó señalando unas construcciones hechas con palos y techitos de paja, lo que quiso ser una feria de artesanos que nunca funcionó. "Es una vergüenza porque ahí se queda gente, se amontona todo y hacen sus necesidades a la vista de todo el mundo; lo hicieron [para que funcionara una] feria de artesanos pero nunca se usó. No lo comprendo".

Consultado al respecto, Gonzalo Picasso, director interino del Parque Nacional Cabo Polonio, dijo que el lugar se construyó hace un par de años para artesanos que no continuaron con el proyecto; reconoció las quejas de los vecinos y dijo que se está desarmando una parte que se quemó y que se intentará recuperar el resto de los materiales.

Un grupo consultor es el encargado de elaborar un plan de manejo del área que se espera que concluya en el correr de este año. Entre los lugareños hay expectativas y también temores por lo que surja de eso. "Espero que sea para bien, que pueda seguir viviendo muchos años de esto", sostuvo Fredy Calimares, pescador de 34 años que junto con su esposa tiene un puesto de artesanías. "Hay mucha gente que dice que van a hacer reubicaciones en la costa, hay muchos ranchos... Yo lo vi desde que nació hasta que creció todo esto. Lo único que pido es que quede todo así como está, que mejoren el servicio pero que quede así”, suplicó. La actividad que da vida al lugar actualmente es el turismo, y los lugareños coinciden al afirmar que es compatible con la forma de vida del poblado.

En la playa estaba Deyci, que vendía buñuelos de algas marinas, tarea que hace desde hace 25 años. Nacida en la zona, Deyci vive en el campo, a pocos kilómetros del pueblo, y allí crió a sus tres hijos. Cuando se le preguntó sobre el plan de manejo del área dijo que "el deseo personal es que sea para protegerla más de lo que se ha venido haciendo hasta ahora, que no ha estado desprotegida, o por lo menos no ha estado muy vulnerada. Espero que lo que se haga para hacerla más protegida sea muy cuidadoso, en el sentido de no generarle grandes cambios a la vida de la gente, porque la idiosincrasia es uno de los valores de Cabo Polonio, la mezcla cultural entre los habitantes permanentes -que somos muchos de origen rural y de otros orígenes- y la gente que viene de las ciudades. Hay una diversidad cultural importantísima que espero que no se deteriore por los cuidados del área".

Deyci hablaba con mucho conocimiento y pausadamente traía a la conversación las palabras más ajustadas. Al consultarle “¿Cómo está hoy Cabo Polonio?” respondió: "Siempre esa pregunta fue difícil de contestar, porque Cabo Polonio siempre ha tenido conflictos, entonces en cada año, en cada década ha sido difícil de decir cómo se ve el Polonio".

Lo más importante de esos conflictos son los que refieren a las demoliciones de casas, porque el balneario creció en terrenos que luego se supo que eran privados y los dueños hicieron juicios, y también hubo una situación de irregularidad que involucra al propio Estado, que décadas atrás expropió terrenos pero no pagó por ellos, lo que ameritó juicios posteriores. Hoy hay quienes son propietarios de la tierra pero sus viviendas no fueron regularizadas, mientras que otros poseen las viviendas pero no los terrenos.

Deyci tuvo un boliche en la playa, que fue destruido en las demoliciones de 1994-95, que derribaron 70 ranchos; además de los conflictos por las propiedades, mencionó que "hay muchos organismos oficiales que tienen competencia acá y a veces tienen acuerdos no tan acordados entre ellos y surgen conflictos. Siempre ha sido así, entonces la pregunta de cómo veo el Polonio no es fácil de contestar. Yo lo veo bárbaro, el Polonio es un lugar magnífico que está signado por problemas, siempre lo estuvo y lo sigue estando", resumió.

Pancho Lujambio, dueño del almacén del pueblo, también mostró incertidumbre respecto del plan de manejo. "Lo que ellos proponen no lo veo para nada bien. La consultora pretende que se destruya lo más posible lo que hay. Quiere que se destruyan casas y hacer hostales porque, según ellos, las casas contaminan más que los hostales. Destruye la identidad, destruye la cultura y el trabajo. Tengo la esperanza de que el gobierno y las fuerzas vivas puedan influir para que no se pierda todo lo que se ha hecho y para que el Polonio siga siendo lo que es. El Polonio está condenado al éxito y cuando hay éxito puede haber peligro de que sucedan cosas que puedan beneficiar a la gente con mucho dinero y perjudicar a la que ha trabajado toda la vida acá”, opinó.

Según Lujambio, se demolería el pueblo de los Corvinos, construcciones ubicadas calle por medio a su almacén, y casas que están sobre las rocas. Por su parte, Picasso mencionó que hay cosas que son independientes del plan de manejo y a modo de ejemplo mencionó el juicio ganado que tiene la sucesión Tizné a propietarios de la Playa de la Calavera, donde se espera una demolición. Agregó que se piensa en la relocalización de viviendas "que están muy próximas a la costa, pero no va a ser de un día para el otro, es un proceso".

Planes

Picasso dijo que, de acuerdo con algunos informes previos de la consultora, “la idea es mantener las características del Polonio, ésas que le dan la identidad que tiene como pueblo”. En ese sentido, señaló la disposición de no circular con vehículos por el área poblada, de no tener luz eléctrica, de mantener el libre tránsito y de que no haya límites rígidos entre las casas. De todos modos, reconoció que “se evoluciona hacia cosas más modernas. Antes se entraba en carro, cuatro por cuatro y algún jeep, después vino la onda de los camiones, y hasta en ese sentido se evolucionó. Hay distintas situaciones. El Cabo Polonio es un lugar económico importante”, comentó.

El jerarca señaló que “la idea es concentrarse en algunos objetos focales de conservación”, como los lobos marinos que habitan al costado del faro y en las islas, y promover montes nativos en zonas forestadas con especies exóticas como pino y acacia, que fueron plantados en 1966 por mandato del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. También mencionó la importancia de rescatar los valores arqueológicos y el recurso paisajístico, en general.

Dijo que se intentará distribuir los ingresos a lo largo del año, puesto que en verano, principalmente en enero, se produce el mayor número de visitas y según algunos lugareños y comerciantes se llega al límite de la saturación.

Para reducir el impacto en el pueblo se está construyendo un área con baños públicos, una enfermería y un lugar de información que se espera que esté listo para fines de enero. A la entrada, próximo a la oficina de guardaparques, se está construyendo una terminal y se instalará un centro de interpretación.