El sábado la Cámara del Libro anunció la lista de ganadores de los premios Bartolomé Hidalgo, adelantándose a la agenda de ferias anteriores, en las que la ceremonia solía realizarse en los últimos días del evento. Ahora, en cambio, los premios funcionan como resonancia de la propia Feria, a la que le queda una semana de actividades.

Los premios especiales fueron para el ingeniero Juan Grompone en Trayectoria y en Revelación para la guionista y autora infantil Cecilia Curbelo.

En los rubros infantiles, el libro de juegos ópticos ¿Y esto qué es?, de Sergio López, resultó ganador en la categoría Álbum y La leyenda de Laridia, de Marcos Vázquez, en la categoría Literatura Infantil y Juvenil. Los jurados fueron Dinorah López, Dinora Polakof y Silvia Puentes.

En Ensayo Periodístico resultó ganador Oficio de periodista, de César di Candia, por decisión de Andrés Alsina, Jaime Clara y Carlos Maggi. En Ensayo Histórico, Ana Frega, Ana Ribeiro y Jaime Yaffé votaron por La república batllista, de Gerardo Caetano.

En Investigación y Divulgación, el premio fue para la unión de ficción y aritmética que propone Matemáticamente tenemos chance, de Omar Gil, según fallaron Cristina Canoura, Richard Fariña y Ruperto Long.

En Poesía, era bastante predecible que ganara Apalabrados, ya que reúne la obra completa de un artista notorio, Salvador Puig, fallecido en 2009 (ver http://ladiaria.com.uy/AB7I). Así lo confirmaron Tatiana Oroño, Gerardo Ciancio y Rafael Courtoisie.En Narrativa, Las arañas de Marte, de Gustavo Espinosa, fue elegida por Alicia Torres, Rosario Peyrou y Wilfredo Penco como obra édita del año.

Contrarrevolucionarios

Las arañas de Marte (ver la diaria del 28/12/11, http://ladiaria.com.uy/ABVl) cuenta la historia de Quique Segovia, un muchacho que reparte su tiempo entre un incipiente trabajo como guitarrista folclórico, una incipiente relación amorosa y su gusto por el rock y la ciencia-ficción, pero que es involuntariamente atrapado por el recrudecimiento de la represión dictatorial en 1975.

“Estos premios sirven más que nada par nutrir a Narciso. Esperemos que se mueva un poco el libro, que es lo otro esperable en estos casos”, dijo Espinosa (Treinta y Tres, 1961) a la diaria. “Lo que sí me pone muy contento es que en el caso de Las arañas de Marte y de los otros libros ternados”, dijo Espinosa en referencia a Escipión, de Pablo Casacuberta (Trilce), y Hasta la cinta de llegada (Banda Oriental), de Miguel Motta, “ninguno era de una multinacional”. “Son textos que están por fuera de la revolución conservadora de la edición. Siendo un premio de la Cámara del Libro, esto me parece interesante. Hay toda una movida global en la que los sellos editoriales están siendo comprados por multinacionales que no vienen específicamente del mundo de la escritura, sino que son ramas de cadenas de empresas de supermercados o aerolíneas. Lo peor es que eso pueda incidir en el lenguaje literario, en el adocenamiento de la escritura. Hace poco leí un reportaje a Philip Roth en el que le preguntaban qué extrañaba de los buenos viejos tiempos. Contestó: ‘Los buenos editores’, que son los que hacían este tipo de trabajo sobre el texto, pero en otro sentido. En el caso de los sellos que publicaron tanto Escipión como la novela de Banda se trata de editoriales independientes que van bien en contra de esa línea neoconservadora”.

Espinosa había publicado China es un frasco de fetos en 1999. En 2009 apareció Carlota podrida, que recibió el premio del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y estuvo considerada como Revelación en los Bartolomé Hidalgo. El escritor dijo que ignora si Las arañas de Marte será presentado a los premios del MEC por su editorial, Hum. En todo caso, afirmó estar decidido a no publicar una nouvelle que escribió entre China es un frasco de fetos y Carlota podrida.

Premios Quiroga

También este fin de semana se dio a conocer el resultado de la tercera edición del Concurso Internacional de Cuentos Premio Horacio Quiroga. El jurado, integrado por Miguel Ángel Campodónico, Ricardo Pallares y José Gabriel Lagos (editor de estas páginas) se decidió por la colección de relatos Los restos del secreto, de la argentina Alejandra Kamiya, y otorgó una mención a Sol de mi vida y otros cuentos, del uruguayo, residente en Buenos Aires, José Miguel Barcos Cánepa.