La Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU) acordó con el Ministerio de Economía y Finanzas un plan para contener el alza de los precios de algunos productos. La iniciativa está sustentada en dos elementos: por un lado, el congelamiento de los precios de bienes que no incluyen la carne y las hortalizas, y por otro, la formación de una canasta de productos a la que se le aplicará una rebaja de 10%. Consultado por la prensa, el presidente de ASU, Fernando Vieites, destacó que se trata de una lista de productos que componen la “canasta básica” y agregó que incluyen rubros como bebidas, alimentos, higiene personal y limpieza, entre otros. El plan de rebajar los precios de 150 productos estará operativo a partir del próximo fin de semana, pero la medida de congelamiento de una serie de bienes ya está vigente, de acuerdo a lo que señaló Vieites a El Espectador. Los supermercados aplicarán la medida de rebaja a una sola marca por artículo y el resto quedarán congeladas hasta el 31 de diciembre. La canasta de productos cuyos precios no tendrán aumentos está constituida por unos 200 artículos. “Apoyamos la intención del gobierno de contener la inflación y por eso acordamos no subir los precios hasta fin de año”, dijo Vieites a esa emisora.

La medida busca impactar en productos que conforman la lista de bienes cuyos precios son tomados en cuenta para calcular el Índice de Precios al Consumo (IPC). Los datos recientes indican que los precios al consumo crecieron 1,21% en setiembre, cifra que ubicó la inflación anual en 8,64%, bastante por encima del tope del rango meta del Banco Central del Uruguay (BCU), establecido entre 4% y 6%. Pero además, se acerca a los dos dígitos que implicarían que se activen automáticamente los mecanismos de ajustes de salarios en distintas ramas de la actividad económica. Ello preocupa a las autoridades gubernamentales, en tanto genera la eventualidad de ingresar en un espiral de aumentos de salarios y precios, y también por una presión sobre las cuentas públicas que generaría el incremento de los salarios púbicos.

En particular, la medida está pensada para impactar en el rubro Alimentos y Bebidas, que tiene una fuerte incidencia en la variación global del IPC. Los precios de esta división crecieron 8,32% en lo que va del año y 9,9% en los 12 meses cerrados en setiembre, bastante por encima del promedio. Esta medida, algo que algunos economistas caricaturizan como “IPC-targeting”, se complementa con la medida de fondo de política monetaria tomada por el BCU que implicó una suba de la tasa de interés que buscó frenar la demanda interna y abaratar los productos importados.

Según El País, Vieites convocó a los pequeños comerciantes agremiados en Cambadu “a seguir el mismo camino” que los supermercados “en vez de criticar”, en referencia a los señalamientos del presidente de esta gremial, Mario Menéndez, quien había dicho que para los supermercados esta medida de congelamiento y rebaja era “una isla de pérdidas en un mar de ganancias” y que los costos de este congelamiento eran muy difíciles para los pequeños comerciantes.

Mientras tanto, la Cámara Nacional de Comercio y Servicios no comparte el método de los acuerdos de precios para contener la inflación. Su titular, Marcelo Lombardi, dijo a El Observador que “es sobre el gasto público y la política salarial que puede corregirse el rumbo de crecimiento de los precios”.

En un comunicado de prensa emitido ayer, el Instituto Nacional de Carnes señaló que la industria frigorífica comunicó a ese organismo que bajarán el precio de la media res a partir de mañana. La reducción será de 30% “en el monto incrementado la semana pasada”.