Flanqueado por Washington Burghi, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), y Fernando Vieites, de la Asociación de Supermercados (ASU), el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, destacó su beneplácito en anunciar junto a “actores privados relevantes” medidas que catalogó como “heterodoxas” para el control de la inflación. Lorenzo indicó que hace más de un año, actuar sobre las presiones inflacionarias se ha convertido “en la principal preocupación del equipo económico” y agregó que las medidas de congelamiento de precios “se justifican en un contexto de presiones inflacionarias” derivadas de los problemas de oferta en algunos mercados. “En estos últimos dos o tres meses se han configurado alzas en un conjunto de precios cuya razón está en los mecanismos de formación de esos precios”. Esas circunstancias específicas en algunos mercados fueron calificadas como “transitorias” por el ministro, pero explican “una parte demasiado sustancial” de los precios del país y del consumo de los uruguayos.

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El director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas, Andrés Masoller, señaló que el equipo económico prorrogó la exoneración del IVA a la carne avícola y que el Inac “está contribuyendo a controlar la efectiva rebaja”. Por su parte, se está analizando, junto con las empresas públicas, la postergación de ajustes previstos para enero. Además se decidió rebajar el Imesi al rubro “Artículos de cuidados personales”, tales como jabón líquido y afeitadoras.

“Entendemos en concordancia con el Banco Central del Uruguay que las políticas macroeconómicas y su accionar sobre estos fenómenos tienen menos potencia que la que necesitaríamos para atacar este problema”, y agregó que el mecanismo de congelamiento voluntario de precios es el más adecuado para hacerle frente.

Enfatizó que no se trata de un acuerdo entre el gobierno y los privados, sino que es una iniciativa voluntaria de las empresas minoristas y la industria. “[ASU y CIU] ofrecieron, durante un período transitorio, ayuda para que esas presiones en esos mercados no ocurran”. Vieites aclaró que el congelamiento de precios regirá hasta fin de año “para una lista de más de 200 productos que excluyen carne y vegetales”. La razón por la cual no se incluye a los vegetales es la volatilidad de los precios que caracteriza a estos productos, pero que según el presidente de ASU dicha volatilidad se revertirá a partir de octubre. Acerca de la carne, indicó que ha tenido aumentos “muy importantes” desde hace semanas y que estos días ha comenzado a bajar. Aseguró que dicha rebaja “se trasladará al público” y recordó además que otros artículos “bajarán 10% en la venta al público”.

Es una rebaja

Vieites dixit: “Estamos congelando todos los precios y no sólo los que están en la canasta del INE; es una rebaja de precios, no del IPC”.

Ante la pregunta acerca de cómo se controlará la medida, Lorenzo fue claro: “No va a haber control, no vamos a hacer nada a este respecto porque no es una medida de propaganda”.

Consultado sobre el informe de CINVE que señala que con estas medidas no se ataca el “fondo del problema”, dijo estar en “absoluta concordancia con ese diagnóstico”. “Para atacar las presiones básicas están la política monetaria, la fiscal y la salarial”, dijo y aclaró que estas acciones no las sustituyen. Definió que el principal objetivo de las medidas es acercarse al rango meta “lo más rápidamente posible” y recordó que “fueron los uruguayos los que con su esfuerzo permitieron que la economía transite por donde va, y no vamos a comprometer el futuro por apegarnos al uso de medidas ortodoxas”.

Yo sé que estás

Cambadu: “Tenemos una cercana y estrecha relación con Cambadu. Ahora era más adecuado conversar con quienes estaban en condiciones de colaborar ya, pero es un actor relevante que no está aquí hoy, pero es como si estuviera”.

En relación con las demandas de sectores empresariales de moderar el crecimiento de los salarios, Lorenzo afirmó que “no es justo decir que la política salarial sea el factor que explique el alza de precios”, pero llamó a que “los actores involucrados” en las negociaciones “internalicen el problema para actuar de manera prudente y moderada” y vean el acuerdo voluntario de precios “como un ejemplo y una señal de encuadre para esa negociación”.

En materia de tarifas públicas, el ministro manifestó que el gobierno trata de hacer un equilibrio entre no hacer recaer los ajustes de precios en la población y, a su vez, no generar “situaciones de insustentabilidad de las políticas”, en referencia a los eventuales problemas financieros en las empresas públicas que puedan generarse. “Este año absorbimos costos de 1,5 puntos porcentuales del PIB para evitar trasladarlos a los usuarios e industriales, pero no vamos a poner en peligro la sustentabilidad de las empresas públicas”, sentenció.

Cuando se le preguntó si la medida anunciada por supermercados e industria había sido a iniciativa del Ministerio de Economía, indicó que éste los convocó inicialmente para plantearles la “preocupación por el alza de precios” con el objetivo de “conocer las razones”, y a la luz de experiencias anteriores en las que existió cooperación. “La inflación es el principal problema macroeconómico en el Uruguay”, y esta iniciativa de los privados “nos permite no ingresar en una trayectoria inflacionaria”.

A su juicio, esta medida representa tres aspectos que son destacables. El primero es la preocupación que tienen “los actores sociales” por mantener los equilibrios macro y “en particular por la estabilidad de precios”, lo que los lleva a “hacer una gran contribución en aras de sostener esa estabilidad de precios”. “Nadie como la industria y el comercio para valorar la estabilidad”, agregó. En segundo lugar, destacó que estas medidas están en sintonía con el interés de los consumidores y que en momentos en que actúan “fenómenos que erosionan la capacidad adquisitiva de los uruguayos, hay una preocupación común”. Y tercero, que “cuando las políticas públicas sintonizan con el sector privado, se multiplican sus efectos”. A su juicio, esta medida “es un ejemplo”, ya que el sector privado se transforma en un soporte más de la fijación de mecanismos y reglas en beneficio de todos los ciudadanos”.

“La industria conoce mejor que nadie que la estabilidad de precios antes se conseguía utilizando el tipo de cambio. Eso generaba problemas por los que no se quiere transitar nuevamente”. Para Burghi “son tan importantes los precios como el tipo de cambio” y resaltó lo que a su juicio es un desfasaje de competitividad respecto de Brasil. Agregó en cuanto al costo de la mano de obra que “en abril dijimos que la recuperación del salario real ya se había terminado en 2009 y desde entonces hubo alzas de salarios y precios que nos llevaron a sugerir pasar a convenios anuales en lugar de tres años, pero desde el Ministerio de Trabajo y los trabajadores se nos dijo que no”. Ahora los problemas llegaron, dijo y manifestó que “es tan mala la inflación alta como el tipo de cambio depreciado”.

Consultado por la diaria sobre los eventuales problemas de competitividad que generan los efectos de las políticas monetarias sobre el tipo de cambio, Lorenzo indicó: “Entendemos que el mercado ha sobrerreaccionado”, pero que el tipo de cambio volverá a su cauce normal.