El cambio de régimen busca separar el mercado primario de títulos del secundario, restringiendo el número de operadores autorizados a operar en el primero. De acuerdo con el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, el cambio surge de analizar las experiencias internacionales y busca desarrollar el mercado secundario de títulos y, por esta vía, hacer más efectiva la política monetaria.

Quienes operen en el mercado primario serán exclusivamente bancos, y se los elegirá a partir de un ranking que ordenará a las instituciones en función de su asiduidad en la compra de títulos y de los volúmenes adquiridos. El puntaje se otorgará dependiendo no sólo de la compra de títulos en ese mercado primario, sino también de la participación en el mercado secundario.

Un total de siete bancos podrán participar en forma exclusiva de la subasta de Títulos de Deuda Pública que haga el BCU, sólo podrán decidir los montos a comprar, en tanto que la tasa de interés es fijada por el Central, y podrán, a su vez, comercializarlos en el mercado secundario.

Arreglen con ellos

El resto de los inversores institucionales no bancarios, como las AFAP, el Banco de Seguros del Estado, aseguradoras privadas, las cajas de jubilaciones bancaria, profesional y notarial, las cooperativas de intermediación financiera y administradoras de grupos de ahorro previo, podrá seguir invirtiendo en títulos públicos pero ahora exclusivamente comprándoselos a los bancos.

Bergara dijo a la prensa que este cambio hará que el mercado secundario tenga más “profundidad” e insistió en ver el cambio “en perspectiva” ya que dijo que permitirá una mayor efectividad de la política monetaria. Se espera que con un mercado secundario más activo la fijación de la tasa de interés de referencia tenga más incidencia que la que actualmente tiene.

La red de operadores primarios “serán parte de un grupo selecto pero tendrán deberes y amenazas”, dijo Bergara en referencia a que quienes integren la lista pueden verse desplazados por otros “bancos aspirantes” si no cumplen con participaciones permanentes en todas las emisiones con un mínimo de volumen.

Bergara señaló que es “natural” que los bancos sean los únicos participantes en la subasta de títulos ya que son los únicos intermediarios natos e indicó que las AFAP “no tienen vocación de operadores de mercado, no intermedian fondos, sólo buscan que su portafolio asegure determinada rentabilidad”. Sugirió que esta exclusión se fundamenta en la necesidad de evitar jugadores con gran poder de mercado “que puedan ser monopsónicos”.

Indicó que en principio la nueva normativa se aplicará a las emisiones rutinarias del BCU, pero no descartó que pueda extenderse a otros títulos del gobierno. “El BCU tiene que tomar algunas decisiones sin anestesia porque a la larga todos nos vamos a ver beneficiados”, sentenció.