Amigos y alineados

-Bonomi reafirmó el viernes la importancia de la intervención policial en las zonas de contexto crítico para “defender a la gente de trabajo y estudio”. ¿Cómo ve desde el punto de vista de la inclusión esta contraposición entre quienes trabajan y estudian, y quienes no? -El mix entre la actuación policial para defender la seguridad y la actuación con políticas sociales siempre existió. Esta idea de que estamos enemistados [Bonomi y Olesker] es una estupidez. Si con alguien tengo amistad en el Consejo [de Ministros] es con él. Me parece que tiene que ver con esta lógica medio cronológica de que alguien se pensó que él [por Bonomi] va con un megaoperativo y atrás voy yo repartiendo tarjetas o Briozzo [Leonel, subsecretario de Salud Pública] dando vacunas.

-Pero eso surgió del propio discurso del gobierno, cuando sostuvo que los megaoperativos irían acompañados de una mayor presencia del Estado en esos barrios. -Pero de verdad fue acompañado. Si vos mirás los lugares donde hubo [megaoperativos] y cuantificás presencia de prestaciones sociales, aumentaron en todos (los barrios), en los que hubo y en los que no hubo megaoperativos. De hecho, el cambio de nuestros coordinadores territoriales de Montevideo, salvo en el este, fue para potenciar prestaciones que se estaban mal dando previo a nuestra llegada. Lo segundo es que vos llegás a un barrio donde hay narcotráfico organizado -que no sólo en los barrios pobres hay, en los barrios ricos también, obviamente- y tenés que diferenciar, ir a la defensa de la población que efectivamente quiere estar en esos lugares para poder transitar, circular, trabajar y estudiar. Y no creo que eso estigmatice; define dónde tiene que estar el centro de la acción policial, que no es para reprimir a una zona sino para garantizar el trabajo allí. Está en cómo cada uno lo toma. En el comunicado que salió del Consejo de Ministros se dijo que hay un nuevo plan que tiene un eje social y que el Mides lo va a articular, y los canales dijeron: “Nuevo plan coordinado por el Ministerio del Interior”. Hay una intencionalidad de querer darles a estos nuevos planes sociales una vertiente represiva, y no la tienen, claramente.

-¿Bonomi y usted tienen visiones alineadas en torno a la acción del gobierno en esos territorios? -Sí, claro. Con él discutimos mucho estos temas. En el tema de calles [se refiere al Plan Invierno, que dispuso en algunos casos el traslado obligatorio a refugios de las personas en situación de calle] también se dijo que el Ministerio del Interior quería levantar a prepo, y nosotros con convencimiento. En realidad tenemos una línea común.

-¿Qué opinión tiene del vallado policial que se estableció en el barrio Marconi en octubre? -No tengo una opinión. Es una valoración que puede haber hecho el Ministerio [del Interior] y tendrá sus fundamentos.

-Le pregunto en el sentido de lo que hablábamos, de la estigmatización. -Es posible que entre en esa misma lógica, pero no lo veo así.

-¿Considera que existe una “favelización” de algunas zonas de Montevideo como ha dicho Bonomi? -Creo que no. Más aún: tengo la idea de que Bonomi nunca habló de favelización, habló de feudalización, que es distinto. Porque favelización implica que te concentrás en un territorio inexpugnable. Feudalización es como cierta concentración poblacional, que es distinto. Favelización no..., pero él nunca lo dijo.

El gobierno anunció el viernes que elaborará un plan integral que apunta a la profundización y el rediseño de las políticas sociales, así como a la mejora en la gestión y la coordinación, para lo cual habrá recursos económicos adicionales. “Estamos hablando de cifras que no son relevantes en relación al gasto social global que hoy tiene el gobierno”, apuntó Olesker. Los ejes del plan serán la generación de habilidades laborales, la culminación de ciclos educativos y la acreditación de saberes, la vivienda y el acceso a la salud. Se trabajará en principio en cuatro zonas de Montevideo y dos de Canelones que terminarán de definirse esta semana pero que combinarán dos categorías: mayores índices de pobreza con menor presencia relativa de políticas sociales. En las próximas horas se reunirán el prosecretario de Presidencia, Diego Cánepa, Olesker y el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, para empezar a definir los detalles del plan.

Olesker afirmó que lo resuelto surge a partir de un planteo que efectuó en enero, en un Consejo de Ministros en Anchorena. Allí informó que, pese a la reducción de la pobreza y de la indigencia, subsistían “dificultades fuertes” tanto en el sector de pobreza extrema (30.000 hogares) como en otro que salió de la pobreza pero que en términos laborales y educativos presenta una situación similar al de extrema pobreza (100.000 hogares). Esta constatación motivó la implementación a mediados de año de los programas Jóvenes en Red, Uruguay Crece Contigo y Cercanías. Se determinó, además, que había “un número importante de hogares que, teniendo carencias críticas que correspondían a prestaciones Mides, no tenían la tarjeta”, y eso se corrigió. Se concluyó que en esos lugares era necesaria una mayor coordinación de las políticas sociales.

En octubre, en el Consejo de Ministros posterior a los incidentes en el barrio Marconi, Olesker volvió a referirse a la necesidad de evaluar las políticas sociales, y en un gabinete se resolvió hacer un encuentro especial de los ministros -que se concretó el viernes- para tratar el tema. “Fuimos haciendo cada vez más conciencia de que había una ruptura, una fragmentación social. A pesar del arrastre natural del crecimiento económico y del que generaron las políticas sociales, hay un puente que hay segmentos que no lo pueden pasar”, señaló Olesker. El ministro afirmó que se trabajará en coordinación con organizaciones de la sociedad civil. “Cualquier cosa que hagas que deje infraestructura instalada requiere que haya una organización social que esté dispuesta a seguirla”, argumentó.

Contrapartes y compañeros

El presidente José Mujica sostuvo el jueves en su audición radial que “hay que apretar en las contrapartidas exigibles mínimas” por “el respeto que merecen los recursos públicos que suda la gente”. Olesker reconoció las dificultades con el registro de las asistencias escolares para el cobro de la asignación familiar, pero remarcó que “lo que importa es el resultado”, y que hay 99,5% de asistencia escolar y siete puntos de incremento en asistencia liceal. “O sea que se está cumpliendo”, concluyó. “Donde me parece que Mujica puso el punto es en que, si vamos a potenciar algunas prestaciones sociales en algunas zonas, que ahí también se elaboren contraprestaciones, siempre con efecto educativo y no punitivo”, indicó, y recordó que más de 70% de las personas que tienen la tarjeta del Mides también trabajan.

Olesker evaluó que los proyectos de ley elaborados por el Ejecutivo en el marco del paquete de medidas por la seguridad tuvieron “buena receptividad” en la bancada oficialista. “Sobre algunos temas hubo distintos puntos de vista, pero no creo que haya una oposición entre una visión realista y una visión romántica. Desde el Ejecutivo hay una mirada de algunas necesidades que se tienen para actuar, que no siempre en el Legislativo se ven”, acotó. “La visión general es mirar la seguridad del lado de la convivencia, y lo que podría llamarse endurecimiento fue marginal a la cuestión”, evaluó. “Después, como ese documento se expresa en 15 medidas, puede haber ciertos desequilibrios en algunas, no lo niego”, apuntó, pero consideró que las diferencias son solamente “en el plano de la implementación”.