El ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, resaltó el resultado de la operación de deuda pública lanzada la semana pasada, no sólo porque “se obtuvo la mejor tasa de interés de la historia” sino porque se despejaron los problemas asociados a la acumulación de vencimientos. Acompañado por la directora de la Unidad de Gestión de Deuda, Azucena Arbeleche, el ministro destacó que la intervención fue una de las “tantas hechas para mejorar el perfil de la deuda y sus vencimientos”, pero advirtió que en este caso “tuvo algunas singularidades”.

En este sentido, mencionó que se trataba de una emisión realizada en moneda extranjera y a 30 años de plazo, por lo cual la aceptación por parte de los acreedores es, a su juicio, una señal de confianza “en el país y su economía”. Lorenzo indicó que “pese al plazo prolongado, se trata de la mejor tasa de interés de la historia de las emisiones internacionales que el país ha hecho”y al respecto comparó la tasa de la operación (4,125%) con las anteriores. Recordó que el Bono 2033 se emitió a una tasa de 7,875% y la más reciente de 2006 se pactó a una tasa de 7,625%.

Agregó que la mejora de la calificación del país “hoy se está materializando en estas tasas y estos plazos”.

De los mejores

Se trata, dijo, de una “operación récord en el conjunto de los países emergentes y particularmente entre los países que incursionan en los mercados dentro de la región”. Y agregó que salvo la reciente emisión hecha por Chile -que obtuvo una tasa de 3,714%- “ningún otro país emergente obtuvo una tasa mejor”. Fue a más, señalando que las condiciones de la colocación “ya no son acordes con las calificaciones crediticias de nuestros países, sino de los mejores”.

El bono de referencia, con vencimiento en 2045, alcanzó una aceptación por 853 millones de dólares, 500 de los cuales fueron el resultado de hacer una emisión con el objetivo de obtener liquidez para recomprar títulos emitidos anteriormente. Fue enfático al señalar que el objetivo de la operación era hacer “un manejo de pasivos” y mejorar el perfil de la deuda y no “hacerse de liquidez”. Agregó, al respecto, que “el MEF no tiene ahora ni más ni menos liquidez que antes de la operación”.

El monto remanente es un canje de deuda mediante el cual los tenedores de títulos obtenían un bono con vencimiento en 2045.

Una década ganada

Lorenzo aclaró que la prioridad “eran los vencimientos más próximos”, en referencia a los bonos cuyo plazo era 2017, 2022 y 2025 y que se buscaba, en un contexto de crisis internacional, despejar dudas que pudieran existir sobre la sostenibilidad de la política fiscal y financiera.

Como resultado de la operación, aumentó la duración promedio de la deuda pública uruguaya, que pasó de 11,2 a 12 años, lo que llevó al ministro a afirmar que “la duración de la deuda ha dejado de ser un problema”.

Como consecuencia, el ministro indicó que en los proximos diez años Uruguay no tendrá que pagar amortizaciones mayores a 2% del PIB en ninguno de los años venideros. La Unidad de Gestión de Deuda estimó que las amortizaciones serán 0,5% del PIB en 2012, 1,5% en el promedio de 2013 y 2014 y 1,7% del producto entre 2015 y 2019, incluyendo aquí los pagos por el principal de la deuda con organismos internacionales.

Consultado acerca de la diferencia entre la oferta de 2.000 millones y los 853 finalmente pactados, indicó que contrariamente a lo que se puede pensar, es una señal de confianza, ya que es probable que quienes tienen títulos del gobierno uruguayo “no estén interesados en desprenderse de ellos por la seguridad que brindan”.