El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta, el director nacional de Seguridad Social, Roberto Baz, e Ivonne Pandiani, de la misma unidad, presentaron ayer un informe sobre la evolución de las pasividades, tanto jubilaciones como pensiones, desde 1985 hasta la fecha. El estudio muestra los impactos de las diferentes normas que se han impulsado desde la cartera y destaca que las pasividades hoy en día están en su nivel más alto desde “la vuelta a la democracia”. Agregaron que este año también aumentaron y lo harán con el próximo por decreto del Poder Ejecutivo.

La cantidad de jubilados muestra una tendencia creciente desde el inicio del período estudiado por el informe hasta 1999 cuando comienza un descenso sostenido. A partir de 2008, con la entrada en vigencia de la ley de flexibilización de las condiciones de acceso a los beneficios jubilatorios, vuelve a verificarse la tendencia ascendente y “es notoriamente mayor”. Esta ley, entre otras cosas, restablece los 30 años como tiempo de servicios suficiente para acceder a la jubilación, reconoce el derecho de las mujeres a computar un año adicional de servicios por cada hijo, permite la jubilación por incapacidad total y el subsidio transitorio por incapacidad parcial. Hoy en día el total de jubilaciones supera las 400.000.

El monto promedio de las jubilaciones a precios constantes es una clara muestra del efecto de la reforma constitucional de 1989, que asoció la evolución de las jubilaciones al salario, con lo que provocó un notorio aumento hasta la crisis de 2002, cuando se generó una baja importante en los montos. Pandiani aseguró que la jubilación promedio hoy en día se encuentra en el valor máximo del período considerado, y el ministro estimó que con el ajuste que se producirá en enero tendrán un nuevo incremento del entorno de 12%.

Un comportamiento muy similar se observa en el monto promedio de las pensiones, que se encuentran en un valor próximo a los 6.000 pesos (también a precios constantes de enero de 2012).

Con respecto a las jubilaciones y pensiones mínimas, se dio un cambio importante desde el decreto de 2007 que estableció una política de aumentos obligatorios año a año, comenzando, por aquel entonces, en 1 Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC). Hoy en día alcanza las 2,25 BPC, lo que representa “un crecimiento de más de 300% en términos reales desde 2005”, señaló Brenta. En 2008 también fueron incluidos los pensionistas mayores de 65 años, que integran hogares con ingresos menores a 3 BPC por persona. Pandiani observó que “el aumento de los montos mínimos contribuyó asimismo a la mejora de las jubilaciones promedio”, lo que se aprecia al graficar ambas evoluciones, que en el período analizado recién se “sincronizan” a partir de 2006.

El director de la unidad de análisis aseguró que lo observado “no es fruto de una casualidad”, sino de políticas “deliberadas”. Sin embargo, consideró que “aún no es suficiente” e hizo referencia a los niveles “extremadamente bajos con los que arrancamos”. A modo de conclusión, Brenta criticó las “típicas políticas de ajuste”, las que considera que “no son respuesta” a las crisis y aseguró que tenemos un sistema “sano” y lo demuestra el “impacto muy directo que ha tenido en la reducción de los índices de pobreza y indigencia”.