El común amigo

Domingo Faustino Sarmiento, el prócer argentino, no sólo fue lector de Dickens, sino que asistió a una de sus conferencias en Nueva York, en 1868. Mientras los estados latinoamericanos transitaban su juventud independiente, muchos de sus intelectuales leían al británico, y esa relación se continuó a lo largo del siglo XX. Estas reinterpretaciones desde el sur, así como la presencia de nuestro continente en la obra de Dickens, fueron los ejes del coloquio “Charles Dickens y América Latina” (luego recopilado en un libro editado por Linardi y Risso) que tuvo lugar en 2003 en el Museo Nacional de Artes Visuales. Borges, Arlt, Armonía Somers y Tomás de Mattos fueron algunos de los escritores puestos en relación con Dickens, y también hubo lugar para un repaso de la representación uruguaya de obras teatrales del británico, para una reconstrucción, a cargo del historiador José Pedro Barrán, de lo que significaba la Inglaterra victoriana para los uruguayos del siglo XIX y para un análisis de las distinciones de clase social y procedencia étnica en la cosmovisión de Dickens, realizada por Lindsey Cordery. Por su parte, la investigadora Beatriz Vegh, principal impulsora del coloquio -que resultó ser sólo el primero de una serie, “Montevideana”, que continúa indagando en las relaciones sur-norte con eje en la literatura-, examinaba las resonancias entre las ilustraciones de Rafael Barradas para la traducción española de la novela “Hard Times” (Tiempos difíciles) en 1921. Hoy, uno de los asistentes a aquel encuentro, el especialista Michael Hollington, continúa la senda abierta por Vegh expandiéndola a la relación entre Dickens, el circo y la línea hispánica, que incluye también a Ramón Gómez de la Serna. Hollington, además, fue uno de los organizadores de un "peregrinaje-seminario" por varias ciudades significativas en la vida de Dickens. Del 4 al 8 de febrero “Dickens and the Idea of The Dickensian: A Tale of Four Cities” (Dickens y el concepto de lo dickensiano: una historia de cuatro ciudades) pasó por París (donde el escritor finalizó la novela Little Dorrit), Rochester y Chatham (donde creció) y Londres; Vegh fue una de las devotas que realizaron el viaje.

En un año en que el gobierno conservador inglés afronta críticas internas e internacionales, un año en que la economía se encuentra en crisis y recesión severa, cuando la independencia escocesa -que se debatirá en 2014- aparece como una posibilidad en el debilitamiento de la cartografía británica y un posible conflicto neocolonial con Argentina y las islas Malvinas se ha instalado en el imaginario, Inglaterra ha elegido festejar aquellos aspectos del “espíritu dickensiano” que van de la mano con la filantropía, la defensa de los pobres y de la clase obrera, dejando atrás, por ejemplo, el polémico conflicto racial expuesto en “El buen salvaje” (“The Noble Savage”, 1853), un ensayo un poco olvidado en el que Dickens expresa su repugnancia por los indios americanos y la necesidad de su civilizamiento o desaparición. También queda relegada la relevancia de las experiencias coloniales en su narrativa.

De esta manera, el sitio oficial de los festejos, www.dickens2012.org, despliega citas como: “La injusticia genera injusticia” (“Bleak House”, Casa desolada, 1853) y “Una renta anual de veinte libras, y un gasto anual de diecinueve libras con seis centavos, resultado: felicidad. Una renta anual de veinte libras, y un gasto anual de veinte libras con seis centavos, resultado: miseria” ("David Copperfield", 1849). Es decir, se celebra al Dickens trabajador dedicado, padre de diez hijos y un comprometido con las causas sociales. Se celebra al Dickens popular.

Después de todo, "La palabra dickensiano [Dickensian]”, señala el príncipe Carlos, "conjura inmediatamente una pintura vívida de la era victoriana con todos sus contrastes e intrigas". El ciudadano inglés promedio sabe de memoria alguna que otra cita de sus obras, y expresiones como “Bah! Humbag!” (frase que usa el avaro Ebenezer Scrooge en “Un cuento de Navidad” para desdeñar la Navidad como un fraude) son un clásico en chistes y escenas de humor.

Grandes esperanzas

En sintonía con el espíritu victoriano de expansión imperialista en el que vivió Dickens, su bicentenario se desarrolla de manera global. Durante todo el año se realizarán exhibiciones de su vida, obra y legado cultural no sólo en Inglaterra sino también mediante proyectos coordinados entre Inglaterra y Suiza, Francia, Argentina y Estados Unidos. El Consejo Británico para la Cultura (British Council) organizó el 7 de febrero una maratón de lectura de pasajes representativos de sus textos que duró 24 horas y en la que participaron 24 países. A cada hora se colgaron en la web videos -24 en total- en los que se muestra a personas de todo el mundo y de todos los colores leyendo varios extractos narrativos. Esta maratón y otras actividades se pueden seguir en Twitter con enlace a los respectivos videos @BritishCouncil.

Asimismo, nuevas adaptaciones teatrales están planeadas para estrenarse en este 2012, incluido un tour teatral femenino, “Dickens’ Women Tour” y “The Uncommercial Traveller in Pakistan”, un proyecto intercultural de intercambio con distintas ciudades de Pakistán en relación a la obra de Dickens “El viajero sin propósito” (The Uncommercial Traveller, 1859). Dickens en la pantalla siempre ha sido un éxito, desde 1901 cuando se produjo la primera adaptación cinematográfica de “Un cuento de Navidad” (A Christmas Carrol, 1843) hasta nuestros días. Todas sus novelas han sido adaptadas al cine o a formato televisivo en varias ocasiones y una miniserie de “Grandes esperanzas” (Great Expectations, 1861) se estrenará en abril.

Historia de 100 ciudades

Londres, la ciudad más representativa del mundo dickensiano, celebra de 1.000 formas variadas los 200 años del nacimiento del escritor. FLAMIN (The Film London Artists’ Moving Image Network), una organización cultural dedicada a creadores londinenses que trabajan en cine, videoarte, animación y proyectos audiovisuales en general, ha lanzado una iniciativa llamada “Dickens en Londres” que consiste en cinco cortos realizados por Chris Newby y varias comedias radiofónicas escritas por Michael Eaton, todos basados en la obra y vida de Dickens. También en formato maratónico se dieron a conocer del 6 al 10 de febrero y son transmitidas por BBC Radio 4 y BBC Radio Drama.

La fiesta en la capital inglesa se extiende hasta el que ahora es el Museo de Dickens pero que antes fuera su casa, en Doughty Street, en donde el príncipe Carlos y su esposa, la duquesa de Cornwall, fueron invitados a una lectura íntima y privada de las obras del escritor a cargo de la actriz Gillian Anderson, quien interpreta (además de a la agente Scully en “Los archivos X”) a Miss Havisham en la reciente adaptación de “Grandes esperanzas” llevada a cabo por la BBC.

El rincón de los poetas de la abadía de Westminster, donde se encuentran los restos del escritor, junto a los de otros importantes poetas como Lord Alfred Tennyson y Robert Browning, también ha sido un sitio de ceremonias conmemorativas. Miles de admiradores recibieron los restos de Dickens en la abadía en 1870 y tantos otros lo visitan hoy.

En Portsmouth, la ciudad natal de Dickens, las celebraciones han tenido un cariz más nostálgico y familiar. Su tataratataranieto Ian Dickens depositó, la mañana del 7 de febrero, una corona de flores en la entrada de la casa en la que nació el escritor. Luego, los actores Simon Callow y Sheila Hancock prosiguieron con lecturas de “David Copperfield” y “Oliver Twist” (1839).

La Universidad de Exeter organizó una interesante exhibición de rarezas dickensianas que son parte de su inmensa colección de archivos literarios y visuales. Ilustraciones y extractos de las revistas victorianas originales en las que se publicaron las novelas de Dickens se muestran junto a adaptaciones cinematográficas de “David Copperfield” y una linterna mágica con diapositivas que ilustran escenas de “Un cuento de Navidad”.

En el plano de las letras y los libros, los festejos son también de novedades editoriales y de lecturas innovadoras y originales. En octubre de 2011 se publicó una nueva biografía para acompañar el bicentenario; a cargo de Clair Tomalin, el libro se titula “Charles Dickens: A Life”. Este mes se publica “Walking Dickens’ London”, de Jackson Lee, en el que se sigue los pasos de varios personajes en sus movimientos por la urbe. El libro consiste en una guía ilustrada de ocho caminatas para realizar en Londres, llenas de detalles dickensianos y de referencias a sus textos. En marzo sale a la venta una nueva reedición de las cartas del escritor, editadas por Jenny Hartley y publicadas por la Universidad de Oxford: “The Selected Letters of Charles Dickens”.

En suma, las fiestas callejeras han sido muchas y las celebraciones locales, incontables. Cada pueblo y cada ciudad de alguna manera ha homenajeado a ese escritor que se ha convertido no sólo en un símbolo literario sino en una cohesiva figura del sentimiento nacionalista. Lo cierto es que Charles Dickens fue la primera superestrella literaria, un artista sumamente exitoso, un viajero incansable que realizó varias giras mundiales para promocionar su obra y así, con el mismo fanatismo y con el mismo fervor, por sus obras y por lo que su persona representa, lo conmemoramos hoy. Happy birthday, Mr. Dickens!