La economía de la eurozona se contrajo en el último trimestre de 2011 y podría caer en recesión si la actividad vuelve a deteriorarse en el primer trimestre de 2012, lo que agrega temores sobre el futuro de la economía del viejo continente.

De acuerdo a los datos de la agencia europea de estadísticas Eurostat, el Producto Interno Bruto (PIB) del conjunto de los 17 países de la zona euro cayó 0,3% en octubre-diciembre respecto de julio-setiembre, lo que implica la primera caída de la actividad desde el segundo trimestre de 2009, en plena crisis financiera internacional.

En la comparación interanual, la zona euro registra una expansión de 0,7% en el cuarto trimestre frente al mismo período de 2010, lo que marca una fuerte desaceleración respecto de la expansión de 2,4% registrada a inicios del año, cuando Europa parecía recuperarse con fuerza.

De acuerdo a un sondeo realizado por la agencia de noticias Reuters entre analistas privados, la economía de la zona euro se contraerá 0,4% este año y recién volvería a crecer en 2013. Esa previsión va en línea con lo estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que prevé una caída de 0,5% en el PIB de la zona euro.

Eurostat no publicó cifras separadas por países, pero los informes de los entes de estadísticas nacionales revelaron diferentes realidades dentro del continente.

La buena noticia en Europa vino por el lado de Francia, que sorprendió al registrar un crecimiento de 0,2% en el cuarto trimestre de 2011 por una mayor inversión de las compañías y el gasto de los consumidores. De esa forma, la segunda economía de la eurozona podría evitar una recesión este año. En el conjunto de 2011, la economía francesa se expandió 1,7%.

Sin embargo, la mayor economía de la región, Alemania, dio la nota negativa al registrar una contracción de 0,2% en el cuarto trimestre, con el comercio y el consumo privado incidiendo negativamente. No obstante, cerró el año con una firme expansión de 3%.

En cuanto al país con mayores problemas, cabe recordar que Grecia cerró el año pasado con una caída de su actividad de 6,8%, quedando lejos del objetivo trazado por la Unión Europea que esperaba una contracción de 5,5%.

Otro de los países golpeados, Italia, registró una caída de su PIB de 0,7% en el último trimestre del año respecto del anterior, mientras que en términos interanuales el deterioro fue de 0,5%.

Por su parte, ayer se conoció que la economía holandesa entró en recesión tras una contracción de 0,7% del PIB en el cuarto trimestre de 2011. Holanda ya había registrado una caída de 0,4% en el tercer trimestre del año respecto del segundo.

El lunes arranco

Por otra parte, los ministros de Finanzas de los 17 países de la zona euro (conocido como el Eurogrupo) resolverán el lunes si desembolsan un segundo paquete de rescate para Grecia, estimado en al menos 130.000 millones de euros, según informó ayer el presidente del grupo Jean-Claude Juncker.

El funcionario dijo que confía en alcanzar un resultado positivo. “Confío en que el Eurogrupo podrá tomar todas las decisiones necesarias el lunes 20 de febrero”, señaló en un comunicado divulgado luego de la teleconferencia del Eurogrupo celebrada ayer.

Juncker evaluó que “se han realizado progresos sustanciales”. En primer lugar, la Unión Europea recibió la garantía de los líderes políticos de los dos principales partidos políticos (el socialista Georgios Papandreu y el conservador Antonis Samaras) de que aplicarán los recortes pactados, gane quien gane las elecciones previstas para abril.

Asimismo, el gobierno griego logró acordar los ajustes adicionales por unos 325 millones de euros para este año que eran reclamados por el Eurogrupo para otorgar el rescate, y estableció “una lista detallada de actuaciones previas con un calendario para su aplicación”, explicó Juncker.

La única cuestión pendiente que deberán discutir los ministros de Economía de la eurozona se refiere a “los mecanismos específicos para reforzar la vigilancia de la aplicación del programa y para garantizar que se dé prioridad al pago de la deuda”. En concreto se evalúa la posibilidad de que el dinero del rescate se deposite en una cuenta bloqueada con el objetivo de garantizar que Grecia dedicará los fondos, en primer lugar, a pagar sus deudas y sólo después a financiar sus servicios públicos.

La medida se está estudiando porque los países de la eurozona desconfían de las promesas de Grecia y temen que las autoridades no apliquen los ajustes una vez recibido el dinero, como ha ocurrido en gran medida con el primer rescate.