El crecimiento que experimentaron las tecnologías de la información y comunicación (TIC) se caracterizó por su volumen e intensidad. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la adopción de tecnologías como la telefonía móvil o internet comercial fue del orden de 60% en 15 años, mientras que la telefonía fija tardó 75 años en llegar a ese mismo nivel. Comunicación y educación son los principales motivos por los que los usuarios de entre cinco y 74 años del continente se conectan a internet, según datos del Observatorio de la Sociedad de la Información en Latinoamérica y el Caribe (Oscilac). En el caso de Uruguay se mencionan datos de 2006: 85% de los usuarios utilizaba la red para comunicarse, más de 40% utilizaba servicios de educación electrónica, mientras que el uso de banca y compra electrónica representaban únicamente entre 5% y 6%, respectivamente. Los cambios en los hábitos de compra son paulatinos pero inminentes. La empresa latinoamericana de retail Mercado Libre publicó que los artículos vendidos a través del portal fueron 39.200.000, lo que significó un ingreso de 697.500.000 dólares en 2010. El comercio electrónico modificó el modelo de negocio, lo que amplió las posibilidades de relacionamiento sin intermediarios de empresa a empresa, de empresa a consumidor, de empresa a gobierno y de consumidor a consumidor. El éxito de esta actividad requiere de mercados confiables en las transacciones a distancia, de la adquisición de tecnología y la capacitación en los procesos.

Entre gigantes

El comercio digital no escapa a las diferencias que se encuentran en otras actividades económicas de los países miembros del Mercosur. De las operaciones de Mercado Libre en 2010, cerca del 50% correspondió a Brasil y cerca del 20% a Argentina, mientras que Uruguay, Chile, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela compartieron el 10% de las transacciones. En este contexto surgió el proyecto Mercosur Digital, que tiene como objetivos reducir las asimetrías legales y tecnológicas para la integración económica, y fomentar el desarrollo del comercio electrónico entre los países miembros del bloque. El proyecto, cofinanciado por la Unión Europea, ejecutará 9.623.600 euros, y producirá un marco regulatorio común con relación a los aspectos de certificación digital, infraestructura de claves públicas, sello de tiempo, protección de datos para negociaciones transnacionales, y desarrollo de una plataforma común para la venta de productos y servicios direccionados a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). La creación de la Escuela Virtual del Mercosur también es producto del proyecto. El catálogo de cursos para el primer semestre de 2012 está disponible en la web y cuenta, entre otras alternativas, con la capacitación en certificación de canales de venta on line y la especialización en marketing por internet y redes sociales. La contraparte de Mercosur Digital en Uruguay es la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (Agesic), que no cuenta con datos actuales de comercio electrónico con foco en las mipymes. En comunicación con la diaria, Virginia Pardo, de la Agesic, comentó que en el marco del proyecto se está trabajando en el diseño de un relevamiento sobre el tema juntamente con la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).

Del barrio al mundo

En Uruguay, algo más de 13% son pequeñas firmas, 3% son medianas y aproximadamente 83% son microempresas, clasificación que surge de la cantidad de personas empleadas por cada una y sus facturaciones anuales. La Encuesta Nacional a Mipymes Industriales y de Servicios, a cargo de la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme, 2008), constató que 80% de estas unidades económicas tiene como clientes a los consumidores finales, y para 64% de ellas el consumidor final representa más de 50% de las ventas. 
La principal limitación señalada por los empresarios encuestados es la dificultad del acceso a nuevos mercados. El 75% de las empresas comercializa su producción en la ciudad en que se localiza, mientras que 35% de las mipymes lo hace en su barrio y sólo 5% exporta su producción, que con exportación vía terceros llega a 8%. Con relación a la adquisición de tecnología necesaria para el comercio electrónico, 65% de aquellas firmas cuenta con computadoras, 92% tiene entre una y cuatro, y solamente 7% más de cuatro equipos informáticos. El 87% de las mipymes que poseen computadoras accede a internet, 49% lo hace con ADSL residencial y 42% con ADSL empresarial, quedando sólo 8% con conexión telefónica. Los datos aportados por la encuesta realizada por la Dinapyme, sumados al hecho de que Uruguay en 2011 lideró la región con relación al índice de desarrollo de TIC de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), muestran un escenario favorable para el desarrollo local del comercio electrónico.