Las variadas acciones elegidas por Buenos Aires para cubrir a su economía doméstica de la crisis internacional “se caracterizan por su discrecionalidad y falta de transparencia, así como por un intento de protección a la industria argentina que seguramente persista en el tiempo”. Y si bien no fueron concebidas para perjudicar a ningún país “seguramente impactarán de manera significativa en la economía uruguaya”, estima el Cinve, instituto académico que antes de 2005 fue dirigido durante varios años por el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo.

Argentina sigue fuera de los mercados mundiales de deuda, ya que no terminó de renegociar con sus acreedores del denominado “Club de París” el canje de una parte del pasivo declarado en default luego de culminados los episodios posteriores a la crisis financiera y política de 2001. Sobre ello, registra tres años consecutivos de egreso de capitales, por lo que la administración necesita divisas, en virtud de lo cual estableció controles a la remisión de utilidades de las compañías transnacionales hacia sus casas matrices en el exterior, así como un estricto control a la venta interna de dólares a empresas y particulares. Esta última disposición generó, “como la teoría económica postula”, un mercado negro de divisas donde la unidad de la estadounidense “llegó a cotizar 20% por encima” del dólar oficial, “mostrando una sobrerreacción inicial de los agentes”; aunque ahora estabilizado, el dólar paralelo cotiza a cinco pesos argentinos.

“Este comportamiento implica que los agentes descuentan un mayor precio del dólar en el futuro, dado que la inflación se encontraría, según estimaciones privadas, por encima del 20% y el tipo de cambio oficial no ha acompañado ese fenómeno” alcista de precios internos.

Historia I

La economía uruguaya estuvo -está- históricamente expuesta “al acontecer del barrio a través de vínculos estrechos” con los dos grandes vecinos, por lo que “los episodios de la coyuntura económica en Brasil y Argentina suelen tener efectos, tanto positivos como negativos”, sobre aquélla. “Paradigmático” fue en ese sentido el caso de la crisis de 2002 tras la de 2001 en Argentina, luego de lo cual “Uruguay comenzó paulatinamente a disminuir este vínculo, a través de una reducción del canal exportador y del financiero”, recuerda el Cinve. Pero la geografía determina mucho: el vecino del Plata compró en 2011 el 7,3% del total de bienes comercializados desde Uruguay, y fue el origen de más del 60% del total de turistas llegados al país.

La industria oriental de automóviles y autopartes es la más afectada por el factor de referencia, desde que las exportaciones le reportan 68% de sus ingresos, y 52% de ellas se concreta en la vecina orilla. El rubro emplea a unas 2.000 personas “y ha sido destino de recientes inversiones de capitales extranjeros”.

La cadena industrial textil-vestimenta “es otra de las grandes perjudicadas” por el rumbo comercial argentino, que incide sobre los tres subsectores de la cadena: textiles con tejidos de producción posterior (toallas, frazadas, toldos), tejidos de punto y prendas de vestir, ramas que exportan 44%, 39% y 41% de sus ventas totales, respectivamente, y que colocan en Argentina 39%, 40% y 42% de sus ventas externas, en cada caso. De ahí que las trabas de Buenos Aires podrían afectar aproximadamente el 20% de los ingresos de los tres rubros. Pero éstos son de “suma importancia” para la “ocupación industrial” al sumar el 15% del personal total de la industria manufacturera uruguaya, casi 30.000 personas. Casos diferentes son los de las actividades de imprenta, y de fabricación de papel-encuadernación-impresión. Aunque sus firmas colocan en Argentina 57% y 62% de sus exportaciones totales, respectivamente, sus ventas externas representan sólo 9% y 5% respectivamente de sus ventas totales. Con ello, cada subsector vería afectada la comercialización de sus productos en torno a 5% y 3%, respectivamente. Sin embargo, se trata de una cadena industrial relevante en materia de empleo, ya que da trabajo a más de 13.000 ciudadanos. Un rubro que podría verse afectado por otra disposición, ésta referida al intercambio comercial de servicios, podría ser el de producción de software, que destina a la vecina orilla 9% de sus exportaciones. Y sin que se conozca ninguna cuantificación de perjuicios, ya hay afectación negativa sobre los subsectores de logística y transporte internacional.

Millones de amigos

Al reportar divisas al país durante 2011 por valor de aproximadamente 2.172 millones de dólares excluyendo la operativa de los cruceros, el turismo receptivo generó 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB). Los argentinos dejaron al país más de 50% de las divisas generadas por concepto de turismo. Los visitantes argentinos generaron 57,2% de los ingresos por turismo receptivo. No obstante, diez años atrás aportaban el 60%. “Se estima que de no haberse implementado” ese mecanismo al otro lado del Plata, “habrían arribado 24% más de turistas argentinos durante la temporada, con respecto a 2011”, resultando “probable que el efecto sobre el gasto haya sido más significativo aún”.

La relevancia de Argentina para la economía de Uruguay también puede verificarse en la inversión extranjera directa que recibe el país, 30% de la cual procede de allí, proporción que supone “una debilidad en el contexto actual dado las medidas adoptadas por el gobierno argentino. En este sentido las restricciones a la compra de dólares y en especial a la salida de capitales aumentan la incertidumbre sobre algunos proyectos de inversión de capitales argentinos”.

En otro aspecto, a diferencia de la situación de 2002, los depósitos de no residentes en el sistema financiero local disminuyeron hasta 16% del total colocado al tercer trimestre del año pasado. Asumiendo que los vecinos occidentales “son tradicionalmente los principales depositantes extranjeros en bancos de Uruguay” puede pensarse que el canal financiero “implica un riesgo menor” para el país que en aquel año bisagra.