En la última década, la inversión extranjera directa (IED) recibida por Uruguay se multiplicó por ocho según un informe elaborado por el Instituto Uruguay XXI. En 2011, las inversiones captadas por el país constituyeron una cifra récord de 2.528 millones de dólares, cifra que representó más del 5% del Producto Interno Bruto (PIB) del año pasado, que sumó aproximadamente 51.500 millones de dólares. Los subsectores de “agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (forestación), “construcción” e “industria manufacturera” representaron más del 60% del total de la IED del período 2001-2009, señala el informe. El incremento de la captación de capitales extranjeros es un fenómeno que se repite en los países de la región y el continente. “En la última década, el flujo de IED en el Mercosur ha seguido una tendencia creciente, registrando en el período 2001-2010 una tasa de crecimiento promedio de 20%”, agrega. Brasil siguió siendo en 2011 el mayor receptor de capitales foráneos de la región (80%), seguido de Argentina (11%), Uruguay (4%) y Paraguay (1%). Si bien Uruguay recibe capitales desde más de 30 países, son cinco los que con su participación representaron, en promedio, 60% del total de la IED en el lapso 2001-2009, precisa.

De todas partes vienen

Argentina, que históricamente se ubicó entre los tres principales orígenes de la IED captada por Uruguay, ha concretado inversiones en los sectores de agronegocios, industrias manufactureras y servicios. En el período 2001-2009, los fondos captados por Uruguay y provenientes de la vecina orilla representaron 20% en promedio, añade el documento. España, que entre 2001-2009 representaba aproximadamente 10% de participación promedio en la IED llegada a Uruguay, pasó a representar sólo 3% del total en el último año mencionado. Los capitales españoles se destinan, principalmente, hacia los sectores de servicios financieros y call centers, e industrias (básicamente forestal). La participación de EEUU y de Brasil durante el período 2001-2009 ha sido pareja en la IED local por diferentes circunstancias. La potencia norteamericana, que tiene destacado protagonismo en la inversión en servicios audiovisuales, hoteles y recreación, e industria, tuvo mejor participación a principios del período (en 2001 el 25% de la IED provenía de ese origen), y disminuyó hacia su final. Brasil, en cambio, incrementó su participación en la IED de Uruguay a partir de 2007, con una incidencia promedio de 7,4% en el total. Los capitales del gigante sudamericano se vinculan a los sectores de: agronegocios, agroindustrias, servicios financieros, y hoteles y recreación, detalla el informe. También se mencionan en el documento los casos particulares de Inglaterra, entre 2002 y 2008, y de Holanda, en 2009, que participaron significativamente en la inversión en el mercado local.

Optimismo

El informe de Uruguay XXI traduce cierto optimismo con respecto a la captación por Uruguay de capitales de origen externo, en función de lo cual se menciona el estratégico lugar que ocupa el país, que lidera actualmente el ranking de Clima Económico en América Latina (enero 2012). En este sentido le fue favorable a Uruguay el informe Doing Business 2012 que elabora cada año el Banco Mundial, donde escaló 17 posiciones para situarse en la posición 90 entre los 183 países analizados en esa materia. También se menciona la asignación en abril de la nota de grado inversor a la deuda soberana uruguaya por la calificadora estadounidense Standard & Poor’s como un hecho significativo para captar IED en el futuro. Con relación a la normativa, el informe señala que la tendencia creciente de la captación de IED por Uruguay se consolidó a partir de la aprobación de la Ley de Promoción y Protección de Inversiones (16.906). También señala el atractivo que representan para los capitales extranjeros las zonas francas, puertos y aeropuertos libres, parques industriales, régimen de admisión temporaria y depósitos aduaneros, entre otros mecanismos de promoción. Del otro lado, las dificultades de captación de IED por el país están relacionadas principalmente con la infraestructura (transporte carretero y ferroviario, puertos marítimos y fluviales), la energía y la educación.