Probablemente, al puñado de uruguayos que por la mitad de los años 90 vibraba con Échate un cantecito (1992) nunca se les pasó por la cabeza que un catalán tan andaluz como Kiko Veneno colmaría 20 años después las instalaciones de una sala montevideana. De la misma manera que la multitud que coreaba sus canciones en La Trastienda tampoco acreditaría que un par de años después el creador de “Lobo López” se radicaría un mes en esta ciudad, para llevar a cabo un disco compartido con Martín Buscaglia. No podíamos dejar pasar la oportunidad para tan auspiciosa ocasión y en un alto de la grabación conseguimos esta charla con el amable catalán, casi sevillano.

-¿Cómo nace la idea de hacer un disco con Martín Buscaglia?

-El primer conocimiento que tengo de Martín es por medio de Jorge Drexler, quien nos cayó muy bien cuando llegó a España e hizo un par de discos que me fascinaron. Me hice amigo de él y un día le pregunté sobre los músicos de aquí y me habló de Buscaglia. Ya con Martín mantuvimos alguna comunicación por mail y cuando fue a España fui a verlo a un show en Madrid, compartimos allí y después fue por Sevilla donde canté con él, y en Madrid se integró Drexler. Siempre he tenido la idea de hacer un disco americano, hecho aquí. América es impresionante, desde Atahualpa Yupanqui, Caetano Veloso, hasta Estados Unidos, Nueva Orleans, Bob Dylan y Jimi Hendrix. ¡Es una bestialidad! Justamente ahora tenemos una canción para este disco que se llama “América es más grande”. Martín es una persona de una gran facilidad musical, el ritmo que tiene, cómo canta, cómo afina, ¿viste los directos que hace cuando se enchufa a todos esos cables? ¡Es impresionante! Nos conectamos de inmediato cuando lo vi, entonces le dije: “Mira, vamos a hacer un trabajito juntos”, a él le gusta mucho lo que yo hago así que fluyó la idea y la fuimos armando por mail, mandando letras y musiquillas. Así fuimos armando el proyecto, fijamos este mes para grabar y aquí estoy.

-¿Cuándo sale a la calle?

-Mira, no sabemos aún, pero ahora hemos recibido una gran noticia de mi amigo Jackson Browne, que nos ofrece su estudio en Los Ángeles para mezclar y masterizar allí, supongo que por el mes de julio. El disco lo queremos publicar sólo en América, en una primera instancia. Igual, tampoco es un disco exclusivo, lo hacemos para todo el mundo que le guste, pero el objetivo es América; un disco de vivencias compartidas de un español y un uruguayo para América.

-Además vas a publicar tu nuevo disco en España en setiembre. Diferenciémoslos.

-No tienen nada que ver. Mi disco es absolutamente mío y tampoco se parece a mis trabajos anteriores, lo estoy haciendo en Barcelona y lo grabaré cuando llegue a España. Lo estoy produciendo con Refree, un chaval joven de la nueva generación de músicos españoles.

-¿En qué cambia en relación a tus trabajos anteriores?

-Es algo nuevo, no sé cómo explicarlo, pero la música cambia radicalmente, nunca hice canciones así, ni con esas melodías, ni con esos arreglos, ni con esos presupuestos. Lo que estamos haciendo aquí también se sale de lo que yo hacía, o de lo que hace Martín. Además, es un disco que no podríamos haber logrado ninguno de los dos solos. No es un disco de canciones de uno y de otro, es de ambos y va más allá. Yo tiendo mucho a creer que las colaboraciones cuando se suman son muy buenas, cuando se apoyan las personas y se suman una a otra sale algo grande siempre, está claro.

-No es una actividad nueva para vos. Has trabajado en conjunto con Pepe Begines, más recientemente con G5, también con Juan Perro, ya sea en discos o giras.

-Es verdad, lo de Begines y lo de G5 fueron composiciones conjuntas. Creo mucho en juntarme con gente y no con cualquiera. Con Begines el disco pasó un poco desapercibido porque lo sacamos independiente; lo de G5 fue sorprendente porque en cuatro días hicimos diez canciones, tal como se nos ocurrían las cosas las escribíamos y tenían sentido.

-¿Te sorprendiste de encontrarte aquí con Urbano Moraes? Ibas a verlo cuando tocaba en Imán Califato Independiente...

-Sí, va a tocar en el disco también. Fue magnífico porque yo tenía un gran recuerdo de él en los 70, cuando tocaba en Imán Califato, allá en España. Fue bonito poderle encontrar y compartir con él, que es una persona extraordinaria.

-Tengo entendido que también estuviste con Mandrake Wolf.

-Nos pasó que regresábamos una noche y un borracho estaba cantando “y me parte la boca” a grito pelado y nos mató. Estuve compartiendo un asado con Mandrake, aparte de haber compartido escenario la única vez que actué aquí. Ahí toqué con su guitarra eléctrica. Es un personaje de un corazón extraordinario, un poeta.

-Fue el primero en cantar tus canciones por aquí, versionaba “Lobo López”, y justamente esa parte que mencionás de “Amor profundo” hace clara referencia a Camarón de la Isla.

-Mira, ya le buscamos un hueco en el disco porque tiene que estar. ¡Esa canción es increíble!

-Tal vez otro de los puntos de contacto contigo es que tuvo un despegue tardío en cuanto a popularidad y si se quiere en manos de otro artista como Jaime Roos, que fue quien popularizó la canción.

-Bueno, como a “Volando voy” le pasó con Camarón, igual. Una canción inmediata que la gente escuchó y se volvió loca.

-¿Qué opinión tenés de “La marcha tropical”, de Juan Campodónico, que se construye a partir de una frase tuya, precisamente de “Volando voy”?

-Sólo utiliza “a mí me va mucho la marcha tropical”. Son fusiones, es bonito, a mí me gusta que meta la frase.

-¿Te genera derechos de autor?

-Sí, es que prácticamente la única letra que tiene es ésa, no recuerdo la negociación que hicimos pero seguro que sí. Antes de conocer la versión yo di mi permiso, no puedo negarme ya que eso es público, cuando nosotros hacemos canciones ellas echan a rodar y ya son de la gente. Lo hagan bien o lo hagan mal ya no podemos hacer nada. Yo tuve problemas con la versión de “Volando voy” que hizo Chambao -menos mal que no tuvo mucho éxito, no sé si la conoces-; me disgustó, siendo un grupo que me gusta, pero me transformaban la melodía y eso no me gustó. Ojo, me han versionado bastante y nunca tuve una queja; Raphael me versionó “Joselito” y ¡olé por Raphael! No hay problema, pero me disgustó la de Chambao porque tomaron la letra para hacer otra música.

-Hablemos de los sellos discográficos: has pasado por varios, Ariola, un período de autogestión y ahora Warner.

-Arranqué con CBS en mis comienzos con el grupo Veneno por el año 77. Hice mis dos primeros discos con ellos y el primero fue el que me abrió las puertas de la música, Veneno, que no incluye “Volando voy” aunque ya lo tenía compuesto. Era un disco demasiado fuerte…

-Casi flamenco punk...

-Claro, era el año 77, la época del punk, pero después se separó Veneno y mi relación con los gitanos que hicieron Pata Negra y yo quedé muy desconcertado. Había entrado a la música de una forma muy mágica con esta gente, sin proponérmelo. Entonces tuve unos años en que hice “Seré mecánico por ti” (1982) con CBS, después otros discos por los 80, realmente sin encontrar un camino satisfactorio, al punto de que iba a retirarme porque estaba harto de dar vueltas y me propuse hacer mi último intento en el que me ayudó Santiago Auseron -Radio Futura, Juan Perro-; fue cuando salió Échate un cantecito.

-Salteamos varios discos: Si tú, si yo (1984), El pueblo guapeao (1989), Pequeño salvaje (1987).

-Pero son discos de lucha, claro que me reconozco ahí y tienen cosas buenas pero eran intentos de seguir ahí. Sabía que no era lo que podía hacer, pero los tenía que hacer para seguir activo. Como un futbolista que no juega pero tiene que entrenar para que lo vea el entrenador y encuentre su momento de jugar en primera.

-Pero, entonces, ¿podemos hablar de que jugás en primera división desde tu debut o considerás que fue a partir de Échate un cantecito?

-No, a partir de Veneno, ¡y en primera especial!, ganándole a todos los de aquella época, pero sin querer, porque fue una bestialidad lo que hicimos. Nos pusimos en primera, porque el alcance musical y poético de ese disco estuvo fuera de lo esperado. Pero, como te decía, después vino el gran bajonazo, cuando se rompe Veneno.

-¿Cómo nace tu amistad con los hermanos Rafael y Raimundo Amador? ¿Cómo llegás al mundo del flamenco?

-En Sevilla, en la calle. Al flamenco lo descubro en Estados Unidos, en California, donde estuve con un gitano, aunque ya había conocido unos judíos en Boston aficionados al flamenco que iban a Morón de la Frontera, un pueblo de Sevilla en el que estaba Diego del Castor, un guitarrista legendario, personal, con un estilo inconfundible. Por la proximidad con una base aérea norteamericana... no sé cómo; el caso es que iban a Morón y tomaban clase con Diego y se creó un grupo sobre todo de judíos, curiosamente, aficionados a la guitarra flamenca y de la escuela de Diego del Castor. La cuestión es que me contacté con uno en Boston y fui a las reuniones, porque eran como una religión, se reunían los fines de semana y se ponían a tocar en guitarra el estilo de Morón. El asunto es que cuando volví a España yo ya estaba envenenado de flamenco, me fui a las ferias de Morón y quede totalmente contagiado.

-¿Vos ya vivías en Sevilla? Porque naciste en Cataluña y te criaste en Cádiz.

-Sí, ya estaba en Sevilla; en Cádiz estuve hasta los nueve o diez años, en Sevilla estudié mis años de secundaria y universidad. Cuando regresé de Estados Unidos tendría 22, ya había terminado mis estudios de historia en la universidad, era fanático de la música pop y el rock progresivo, así que ahí me quedé, prendado del flamenco. Aquí estoy leyendo revistas como Pelo de esa época y estoy flipando con la mentalidad que había, con el respeto que se recibía y la importancia cultural que realmente tuvieron esos años, para todo el mundo. Pero te decía que por esa época, enamorado del flamenco, me iba a los festivales en los pueblos, algo que se ha perdido bastante, lamentablemente. El flamenco siempre estuvo muy vinculado a lo rural y los pueblos. Y eso es de los grandes vacíos culturales que se producen hoy en España, políticos, sociales, culturales… el abandono del campo.

-Igual que acá…

-Es que el capitalismo siempre predicó eso, que el campo era lo último, para los más pobres o los mas tarados que no saben hacer otra cosa. Si consiguiéramos darle la vuelta a eso y darnos cuenta de que el campo es lo único que hay, bueno, [lo único] real y sostenible, a diferencia del resto. El gran vaciamiento del flamenco se produce porque se va desvinculando de su medio natural. Esto te lo contaba porque en esos festivales conocí a Raimundo Amador y su hermano Rafael, después me voy al barrio del Polígono Sur.

-A las 3.000 viviendas...

-Claro, tenía mi casa cerca e iba para ahí todos los días. Empecé a tocar la guitarra con ellos y a hacer canciones. Ellos tenían 17 años. Arrancamos a hacer canciones por diversión, fueron años mágicos. Ahí Ricardo Pachón nos ve. Ya había producido a Lole y Manuel que había sido un éxito, por el 75, el primer disco de la democracia, en el que revive el aroma de Lorca y se pierde el miedo a esa poesía que nos habían mutilado desde la guerra. Pachón se fijó en nosotros, le gustaba mucho este ambiente, nos produjo Veneno y entonces esta gran locura que teníamos de componer canciones y cantar cosas raras la pudimos plasmar.

-Un arriesgado visionario que después junta jóvenes con una gran figura como Camarón para hacer La leyenda del tiempo y romper todo.

-Camarón había perdido la compañía de Paco de Lucía por esos años, ya que éste había comenzado su carrera solista, entonces también tenía un guitarrista joven que era Tomatito y todo iba en la dirección de buscar algo nuevo, porque los discos clásicos de Camarón y Paco ya no iban a poder hacerse más y le cuadró esto, lo vio claro y tiró pa’ delante.

-También hay un poco de plasmar el espíritu hippie.

-Pero, ojo, que Camarón era superhippie, había estado en Londres con Mick Jagger, era un adelantado.

-Se da una dualidad un poco extraña en España con los gitanos, porque son venerados por todo lo que refiere al flamenco, pero, por otro lado, discriminados. ¿Cómo se entiende eso?

-En España se da la discriminación de ambas partes, por un lado, la clásica discriminación de la población hacia los gitanos, algo histórico, por otro, se produce la discriminación por parte de los gitanos hacia los payos. Curiosamente ésa es mucho más bloqueante y peligrosa culturalmente. Porque si la primera discriminación era dolorosa, pero al fin y al cabo los gitanos eran minoría, estaban marginados pero se sabían dueños de un poder musical, un poder de ensoñación, de un romanticismo que fue muy válido para ellos como medio de sobrevivencia, porque se hicieron fuertes en el flamenco, que no era suyo pero ellos como grandes intérpretes lo hacían suyo. Entonces fue muy bueno para ellos, pero también para los demás que se encontraron con un arte consumado, con Carmen Amaya, con Savicas, que trascendió fronteras. Entonces, ¿qué pasa? Se produce un movimiento de halago hacia los gitanos, un movimiento intelectual después de la guerra que comienza a complicar las cosas, diciendo que el flamenco es gitano y los gitanos pasan a ser consentidos. Empiezan a circular las teorías de Ricardo Molina y una serie de gente muy negativa para la vida cultural española que empieza a poner a los gitanos como los creadores del flamenco y como que teníamos una deuda con ellos. Sí tenemos una deuda social, histórica, vital y personal, por la marginación a la que fueron sometidos, pero en lugar de producirse el fenómeno de la integración de los gitanos, de que aprendieran a leer y escribir, de integrarse fuertemente a la cultura española...

-Como debería ser...

-Eso, entonces les dan pisos de procesión oficial y ellos empiezan a quemarlos y destrozarlos, comienzan a no sentirse responsables de las cosas que de pronto con el nuevo régimen democrático empieza a haber, una serie de políticas sociales de integración que ellos no aceptan. A partir de ello se produce lógicamente el movimiento en contra, y los gitanos empiezan a estar excesivamente creídos de sí mismos y en consecuencia dejan de crear y comienzan a creérsela… Lo que pasa es que después de Camarón, José Merce y Duquende, que son quienes le siguen, empiezan a desaparecer y, ¿dónde están las nuevas generaciones gitanas?, no están, siguen sin ir a la escuela, sin integrarse al mundo, al mismo tiempo que están abandonando su arte. Entonces, esto también crea -al igual que la marginación había generado cosas positivas para ambas partes- condiciones negativas para ambas partes; porque los gitanos empiezan a no destacarse, a no dedicarse al arte, para dedicarse a la comodidad, a vivir del cuento y la subvención, a vivir del Estado, ¡porque los miman! Les permiten no llevar a los niños al colegio -lo cual está penado en España - y, al mismo tiempo, la cultura española se resiente enormemente, porque nos quedamos sin los genios. La cultura se resiente por la falta de su aporte. Llegamos a un momento en que se cierra el círculo, cuando las nuevas generaciones gitanas quieren romper, que es lo que pasa hoy, que ya no quieren ese asunto de los gitanos artistas y privilegiados que los padres le quieren legar, se empiezan a casar con gente no gitana y a romper el círculo de aislamiento. Lo negativo es que esta gente joven no es estudiosa ni aficionada al flamenco clásico, tiran pa’ otro lado, no son conocedores de la tradición y todo se pierde.

-Entonces, ¿el flamenco es netamente español?

-Siempre fue español, no tiene nada que ver con el mundo gitano. Ellos van a Hungría, agarran los violines y tocan clásico, van a los Balcanes y tocan la música de allí, la que vemos en las pelis de Kusturica. Los gitanos no tienen ninguna música; son grandes intérpretes, geniales adaptadores. El asunto es que ahora el flamenco como género español está muy decaído y no solamente por esto sino por un problema político y cultural, de cómo se vació la sociedad de contenido cultural y real durante los últimos 20 o 30 años, tras la gran burbuja del dinero y la especulación inmobiliaria. Ahora estamos muy perjudicados por eso y nos está costando trabajo salir de ahí.

-Para terminar: ¿que impresión te llevás de Uruguay?

-Amigable, un país muy musical -eso me gustó mucho-. Digamos que aquí la gente tiene una mayor consideración de la música que en España. Después, en el aspecto político muy coincidente en que la gente votó a partidos que ahora les hacen la vida imposible. En ese sentido de que la democracia nos prometía tanto... pero, claro, si la gestionan y establecen los mismos que tenían la dictadura es difícil que nos pueda aliviar. Nos da una tregua pero finalmente nos damos cuenta de que nos manejan a su antojo. Por lo tanto, ya renunciamos a cualquier tipo de izquierdismo y si renunciamos a eso nos dejan esta democracia que yo llamo pastelera, porque francamente son los mismos los que están detrás del asunto. En ese sentido esta mañana escribí un poco, tenía una imagen en la cabeza porque me comentaban lo del referéndum verde, de cómo la gente pudo votar aquí la amnistía para los torturadores de tus hermanos, primos, vecinos o amigos, y es el miedo, sin dudas que es el miedo el que sigue guiando al mundo, y ahí nos parecemos mucho. Así que como mensaje de última hora te dejo una frase de esta mañana: No tengas miedo, te vas a morir igual. Lucha por la vida, por tu ilusión y por tu esperanza.