No es fácil definir lo que es el post-rock, y al parecer a ninguna banda le gusta mucho la etiqueta, pero podría resumirse en un género algo impreciso del rock indie -generalmente basado en guitarras- en el que lo instrumental prima por encima del formato “canción”. Generalmente compuesta por instrumentistas de primer nivel, el post-rock se diferencia (más allá de la procedencia de sus integrantes, frecuentemente relacionados con el punk hardcore o el noise) de otras ramas del rock instrumentalmente virtuoso en la predilección por los climas, los timbres y las repeticiones, antes que el desempeño personal de los músicos, las variables compositivas y los solos, también demostrando en sus composiciones una cierta aproximación a las dinámicas de la música electrónica y sus recursos.

Mogwai -banda que debe su nombre a un personaje de la película 
Gremlins (Joe Dante, 1984)- suele ser definida como una banda de post-rock, pero a diferencia de otras formaciones relacionadas con el término (Tortoise, Godspeed You Black Emperor!, Gastr del Sol), siempre pareció más cercana a las estructuras clásicas del rock de guitarras. Sin deambular en exceso por otros géneros ni jugar mucho con los tiempos y afinaciones, los Mogwai se hicieron fuertes en las composiciones fuertes y concretas, que en sus shows en vivo alcanzan cuotas realmente asombrosas de volumen e intensidad.

Formados en 1996 en Glasgow (Escocia) por el guitarrista y vocalista Stuart Braithwaite, el guitarrista Dominic Aitchison y el baterista Martin Bulloch, los Mogwai tuvieron un debut discográfico impresionante con el ahora clásico Young Team (1997), una obra en la que demostraban haber aprendido a la perfección los crescendos guitarrísticos de bandas como Sonic Youth, llevándolos a nuevos niveles de trance instrumental y ruido en temas como “Yes! I Am a Long Way From Home” y “Like Herod”, alcanzando su momento cúlmine en los épicos 16 minutos de “Mogwai Fears Satan”. El disco, si bien no tenía características muy comerciales, los convirtió en unos favoritos instantáneos de la crítica, y se contaba entre sus admiradores y defensores John Peel, legendario disc-jockey inglés, recientemente fallecido, notorio por su entusiasmo a la hora de difundir bandas nuevas y musicalmente radicales.

A pesar de ser una banda fundamentalmente instrumental, los Mogwai perfeccionaron -como lo hicieran los Godspeed You Black Emperor! con intencionalidades más políticas- el arte de opinar sobre la escena musical y la cultura en general, desde los nombres de sus temas desprovistos de letras (o de sus discos), que incluyen títulos con frases y definiciones autoexplicativas y risueñas, como “Máquinas aburridas perturban el sueño”, “Vengan y mueran jóvenes”, “Soy Jim Morrison, estoy muerto”, “La vergüenza de Escocia” o “El hardcore nunca morirá, pero vos sí”. A su vez, colaboraron -en conjunto o sus integrantes por separado- con una gran cantidad de compositores, entre los que se encuentran sus poéticos coterráneos de Arab Strap o el legendario genio loco de Texas Roky Erickson.

Antes del show tuvimos la oportunidad de tener un diálogo previo por escrito con Barry Burns -guitarrista y multiinstrumentista de la banda- que, en sintonía con la música del grupo, fue más bien parco y lacónico, pero expresivo.

-¿Es la primera vez que visitan América Latina?

-No, estuvimos antes en Brasil y Chile, pero eso fue hace más de diez años.

-Ustedes provienen de un ambiente en el que las letras de las canciones eran particularmente importantes, ¿desde un principio se plantearon ser una banda instrumental?

-Creo que al principio eran en su mayor parte canciones con letras y voces, pero los temas instrumentales se fueron volviendo cada vez más fuertes y en algún momento prácticamente casi todos los temas se volvieron instrumentales.

-El momento en que se formaron parecía ser un tiempo excepcionalmente fértil del rock y el pop independiente escocés, había un buen número de bandas con proyección internacional -Belle & Sebastian, Arab Strap, The Beta Band-, todas muy distintas y muy exitosas internacionalmente. ¿Qué tenía de especial ese momento?

-Honestamente, es difícil recordarlo. Siempre ha habido un montón de bandas en Glasgow y no sé por qué.

-Siempre pensé en Mogwai esencialmente como una banda en vivo. ¿Qué pensás sobre los discos como formato y las nuevas formas de compartir música fuera de dicho formato?

-Yo también prefiero a Mogwai como una cosa en vivo. Somos mucho mejores en vivo que en disco. Todavía me gusta escuchar discos, aunque creo que el Ipod (y todo lo relacionado) ha cambiado eso.

-¿Qué tan importante es el volumen en su música?

-En vivo es muy importante, porque nos permite controlar lo que pasa y hace más rica la experiencia. Supongo...

-Ustedes utilizan una cantidad extraordinaria de pedales de guitarra, ¿cuál es el más inusual o el más distintivamente personal que hayan utilizado?

-Solíamos tener uno que era una cabeza de bebé hecha con un viejo muñeco de juguete. Tenía un sensor de luces en la cabeza que hacía un ruido extraño cuando las luces del escenario pasaban sobre él.

-¿Cómo fue colaborar con alguien como Roky Erickson?

-En realidad, no llegamos a pasar ningún momento con Roky, porque todo fue hecho desde distintos 
continentes.

-¿Qué relación tienen con la música electrónica?

-Estamos felizmente casados y vivimos en una casa enorme en el sur de España.

-A pesar de ser una banda instrumental parecen pasar un buen tiempo poniéndole nombre a los temas, ¿cómo los nombran?, ¿empiezan a hacer chistes o es algo más elaborado?

-Generalmente son chistes o cosas que dijimos estando borrachos. O en ocasiones cosas que leemos en los diarios. No quieren decir nada.

-¿Tienen las drogas algún rol importante a la hora de componer su música?

-No.

-¿Hay algún otro grupo de guitarras del que se sientan cerca artísticamente?

-En realidad, no. Pero eso no quiere decir que estemos solos.

-Ustedes eran una de las bandas favoritas de John Peel, ¿qué recuerdan de él?

-Su amistad, su voluntad de ayudar y su amor sin igual por distintas clases de música.