-¿Cómo se armó este proyecto?
-Mi parte de la historia es que estábamos un día con Raúl, el bajista -que es amigo mío y toca en Razorbacks-, y me dijo: "Marcos, estoy tocando en una banda medio thrashera con el Kolo, ¿conocés a alguien que pueda cantar?”. Estábamos chupando, medio en pedo, y le dije: "Dale, voy yo". Después cuando fui me dije: “¿En qué me metí?”, porque nunca había hecho este tipo de cosas. Fui a la sala y los tipos estaban tocando una cosa amorfa que nunca en mi vida... Uno viene del rock'n'roll, que es la cosa más cuadrada, y pasás a eso que es todo quebrado... No entendés nada. Pero tocaban bien los guachos, y nada, me cayeron bien y tenían todo bastante armado. El Kolo ya tiene todo armado acerca de qué es lo que quiere, tiene esa veta de hardcore medio ochentoso...
-Pero es de otra generación.
-Tiene 22 años, pero ahora hay una movida revival, guachos de veintipoco que no vivieron esa onda de pendejos pero están en ésa: cinturón de balas y todo eso. El Kolo es un tipo muy emprendedor y enseguida estaba con que "no puedo dormir si no grabamos". Al mes de empezar a ensayar, con un toque arriba, ya estábamos grabando. La primera vez que tocamos fue en un evento de skate, con tres o cuatro bandas y nosotros al final. Fue muy gracioso porque los guachos que estaban organizando habían comprado un montón de cerveza para vender, cuando empezamos a tocar nosotros se les cayó nafta de un generador y uno de estos guachos, en pedo, tiró un cigarro o un fósforo y se prendieron fuego las latas de cerveza. Estábamos tocando y de pronto una llamarada... “¡Qué bueno!”, dijimos, pero entonces vi que estaba el generador: "Esto se prende fuego y volamos todos a la mierda".
-Te estás acostumbrando a los accidentes durante los toques... ¿Cómo fue que te fracturaste tocando con Motosierra?
-Ah sí, tengo un imán. Eso fue el 9 de abril. Fuimos a tocar a Buenos Aires en un minifestival al lado del Mercado del Abasto. Después de cinco bandas, yo estaba detonadísimo. Había una escalera para el escenario y ya de entrada me caí de culo, ya entré mal. Como el escenario era medio angosto me caía todo el tiempo, me iba contra el público a arengarlo y en una me levantaron y me entraron a pasar tipo Lollapalooza, pero me les escapé de las manos y me fui al piso. Después de 12, 13 años me tenía que pasar una de éstas. Me caí de cabeza y perdí el conocimiento. Y como después caí de espaldas se me salió el aire de los pulmones y quedé sin respirar. Es decir, estaba en el piso, desmayado y sin respirar. Había como 400 personas y piraron: “¡Se murió!”. Me sacaron a la puerta y cuando recuperé el conocimiento estaba rodeado por los tipos del boliche, pero también por policías, bomberos... Yo dije: “¿Estamos en Montevideo o en Buenos Aires?”. "Estamos en Buenos Aires". "Ah, entonces vamos a tocar", me levanté y cuando pisé, crac, sentí que tenía el pie quebrado...
-Pero si te caíste de cabeza, ¿cómo te rompiste un pie?
-No sé qué me pasó. Además me pegué del lado derecho y me quebré el metatarso del lado izquierdo... Ahí me llevaron al hospital Ramos Mejía, donde me trataron como el orto. La salud pública en Argentina es espantosa, te tratan como ganado, me querían alquilar muletas... De allá me vine derecho para el Clínicas, donde me dijeron: "Te hicieron mal el yeso, vamos a hacer todo de nuevo". Me quedé dos meses sin poder caminar y pinchándome inyecciones de calcio en la barriga. Sobreviví.
-¿Y en qué está Motosierra hoy en día?
-No sé, lo único que voy a decir sobre Motosierra hoy es lo que dice la camiseta que tengo [“Motosierra”]. Vamos a hablar de los Rotten... Con Motosierra estamos viendo si vamos a tocar a Brasil o si vamos a sacar un disco, pero ahora lo que quiero es hablar de los Rotten.
-Bueno, una cosa que tiene que ver con las dos bandas. Motosierra es una banda ya conocida y Rotten State está empezando... Tengo la sensación de que para una banda nueva Montevideo está jodidísimo para conseguir lugares para tocar y fechas...
-Claro. Son tan escasas las oportunidades de tocar que está bueno tener una banda de repuesto para tocar más. Pero igual tenés que reservar tus toques porque el público es muy limitado. Es una cagada el medio; es tan chico que lo que querés hacer -que es tocar- no podés hacerlo.
-Pero además me parece que dentro de lo que tradicionalmente sería el público de rock hay un desinterés grande...
-Sí, y no hay mucha plata tampoco. Fijate el experimento que hizo el café la diaria cuando había toques. Iba mucha gente, pero era gratis. Si es gratis, la gente va. No se le da valor a que vos ofrecés un producto que te lleva esfuerzo. Vos sabés lo que es pagar una sala de ensayo, las cuerdas, los palos de batería... Pero la gente no le da valor a eso y si tiene que pagarte 100 pesos la entrada para verte presentar un disco por el que te rompiste el culo haciendo las canciones piensa: "Ah, ¿qué te voy a pagar 100 pesos?”. Si lo hacés gratis va todo el mundo.
-Y así se crea una mentalidad falsa de que la música es gratis, que hacer música es gratis.
-Es esa mentalidad medio tupamara, de comité de base, de que todo es de todos. Además hay mucha banda y mucha actitud de "no vamos a cobrar para tocar". Eso va en detrimento de la música. Yo no espero vivir de esto, a mí me pagan de otra manera, pero tampoco quiero pagar para tocar, porque a vos te sale plata tocar, alquilar equipos, sonidista, el tipo de la puerta... Esto no es un comité de base, es un negocio, todo se mueve por una moneda. Qué le vas a hacer... Capaz que el que el formato de la música haya cambiado, que tengas libre acceso a todo le quitó valor a la música. A un mp3 no lo valoro. Y lo que quedan son los viejos dinosaurios que todavía pueden llenar estadios... Porque ¿a qué banda nueva escuchás? Yo no tengo ni idea de lo que está pasando. [Llega Kolito Rossotti, guitarrista y creador de Rotten State].
-Vos tenías bandas hardcore antes y ahora estás más cerca del thrash. ¿Estás haciendo el proceso que hacían las bandas punk en los 80, que cuando aprendían a tocar mejor se pasaban al metal?
KR: -Claro, yo escuchaba hardcore pero después le entré a D.R.I., todas esas bandas que empiezan a metalear cada vez más, a hacer temas cada vez más lentos y pesados. Fue básicamente lo mismo. Lo empecé a hacer un año antes, pero nadie me siguió.
MM: -El otro día me encontré con el baterista anterior que tenía éste y me dijo: "El Kolito es muy estricto". Se ve que le rompiste los huevos también... Pero es necesario que haya alguien que rompe los huevos en una banda de rock'n'roll, si no, no funciona. Una banda de rock no es una banda de vagos, es todo lo contrario.
-¿Tuviste que cambiar tu forma de cantar?
MM: -Yo, para empezar, no sé cantar ni nada, hago lo mío. Pero sí, tuve que cambiar porque el Kolo me trae muchas melodías, él hace las letras y las melodías con la guitarra y yo intento reproducir eso. El berreo clásico lo tengo, pero cambió un poco; son cosas que nunca había hecho.
-¿Cómo llevan la brecha generacional? Porque tenés como 15 años más que ellos.
MM: -Perfecto.
-¿Son muy maduros ellos o muy pendejo vos?
-KR: Hay un equilibrio...
-MM: Nunca me metí en esta banda con la cabeza de “ah, todo mal con Motosierra, cumplí 38 años, quiero tocar con pendejos de 20”. Siempre dije: “Vamos a trabajar juntos”. Además, nos divertimos mucho juntos. Son todos pibes muy sanos. Menos Raúl. Raúl no es nada sano.