Era poco el movimiento que había ayer en el Aeropuerto Internacional de Carrasco. Sobre las 17.00 llegó al mostrador de informes un hombre que en portugués consultó por el vuelo de Pluna de las 19.20 rumbo a San Pablo. En español, aunque no había cómo no entender lo que decía, el muchacho de informes le explicó sin rodeos algo que ya a esa altura era un dicho repetido muchas veces: “La empresa se liquidó”. Agregó que la alternativa que tenía para viajar era por TAM, con la salvedad de que el vuelo de la compañía brasileña saldría a las 6.00 de hoy y las oficinas de TAM, donde tendría que preguntar si quedaban asientos libres, abría a las 22.00. Sin terminar de acreditar, dio media vuelta y se fue con los suyos, a barajar las alternativas.

Hacia la izquierda, en el ala de oficinas, Nelson Rosano, gerente de operaciones de Puerta del Sur, concesionaria del aeropuerto, no paraba de atender llamadas de periodistas. “Está movida la cosa”, comenté respecto de la situación, a lo que respondió: “Justamente, movimiento es lo que falta”. “Pluna tenía una participación [en el aeropuerto], tanto de vuelos como de pasajeros, de 40%”, agregó. El jerarca reseñó el impacto del cierre de Pluna: “En nuestra empresa se ha notado en el ingreso de personas a través de la tasa de embarque, ventas de free shop”, y agregó la merma en “los comercios del aeropuerto que ofrecen servicios, tiendas de venta o de comida y empresas que directamente cumplían servicio con Pluna, como el catering, el combustible, la asistencia en tierra”.

Parte de esto se veía al recorrer el aeropuerto; todas las oficinas de Pluna, cerradas, y comercios con promociones de 80% off. La mujer que atendía el kiosko frente a las extintas oficinas dio cuenta de la disminución de movimiento, de la desolación de las oficinas cerradas y comentó que había visto a los funcionarios mientras hacían cola para llenar los formularios de seguro de desempleo. Acotó que la empresa a la que pertenecía, del rubro de una farmacia, había mantenido el horario habitual de 24 horas, pero que el otro kiosko y la farmacia de la empresa estaban abriendo una hora más tarde y cerrando una antes.

Pese al trago amargo de la situación, Rosano se mostró optimista respecto de las salidas: “Esperemos que en el breve o mediano plazo algo suplante este vacío. Hoy se supo que se abre una nueva aerolínea, ya el panorama empieza a ser un poquito más alentador”, comentó, aunque sabiendo que la solución no sucederá en lo inmediato. No quiso vaticinar qué medidas se podrían tomar, pero reconoció: “Si esto permanece en el tiempo va a resultar un problema difícil de resolver”.

Cambio de planes

Belisio Gonçalves Neto era el pasajero que había averiguado por los pasajes en el mostrador de la entrada. Cerca de una hora más tarde aguardaba junto a cinco personas en las sillas de espera frente a la oficina de TAM, cerrada hasta las 22.00. Habían venido a Uruguay de visita el viernes y se enteraron de la situación al llegar al aeropuerto; su pasaje decía TAM, tanto a la ida como a la vuelta, pero el vuelo de regreso había sido fijado por medio de Pluna. Lo que más los desconcertaba era que no había quién diera información: “No hay funcionario, no hay nadie para explicar, nadie da una solución, una propuesta”, exclamaba junto a sus familiares. Confiaban en que hoy habría lugar en el vuelo de TAM, aunque la señora que lo acompañaba remarcaba que mañana todos tenían que entrar temprano a sus trabajos. Habían visitado Montevideo, Punta del Este y Colonia del Sacramento “bárbaro”, refirieron, y agregaron “sólo el final con puntos suspensivos”.

Luis Grupenmacher era otro de los afectados. Un argentino que vive en San Pablo; el jueves, enterado del paro de funcionarios, había llamado a Pluna y le habían remarcado su pasaje para ayer a las 19.20. Al llegar recibió la sorpresa. Llamó al call center de la empresa cerrada pero nadie atendió. Igual su suerte iba por otro lado, y por ser socio de un club del casino del Conrad se iría hacia Punta del Este, y su afiliación le permitía viajar en charter hacia su ciudad. “El pasaje de Pluna está perdido, evidentemente”, comentó, pero remarcó que no le parecía mal estar unos días más en Uruguay. El caso del argentino-brasileño era una excepción en medio del caos generado por el drástico cierre de la empresa de bandera nacional.