Con la economía local en proceso de desaceleración e incluso contracciones sectoriales como en la industria manufacturera, otros sectores de actividad como el comercio, los servicios y las exportaciones tradicionales siguen expandiéndose, lo que debe considerarse “en la negociación salarial” tripartita factor de definiciones salariales.

Ese cuadro surge del Informe de coyuntura trimestral correspondiente al segundo trimestre, elaborado por el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, en el que se evalúa que si bien incluso algunos de los rubros más dinámicos verifican “cierto estancamiento, cabe preguntarse si es imperante un freno en el proceso de crecimiento del salario real o si el aumento en los márgenes de ganancia percibido en los últimos años permite seguir avanzando en la mejora de la distribución del ingreso”. Tener en cuenta ese análisis resulta “particularmente importante” para los giros con salarios “relativamente bajos”, dado que “su incremento conduce a una menor desigualdad salarial y por esta vía a una mejora en la distribución del ingreso”.

Estas situaciones se producen en el ámbito local pero en un “contexto externo deteriorado en lo que va del año”, en cuyo desarrollo “las perspectivas de evolución de la economía mundial para 2012 han empeorado”. Puede esperarse entonces que “el aporte de las economías desarrolladas al crecimiento mundial seguirá siendo escaso, sin lograr superar aún la crisis internacional que emergió hace ya cuatro años”, proyecta el centro de investigación del movimiento sindical uruguayo.

El informe del instituto describe los efectos negativos de las políticas fiscales restrictivas que se aplican en Europa recordando que en otros períodos históricos se verificaban en Uruguay y la región. “En el pasado, la respuesta automática a un empeoramiento en el contexto externo implicaba contener el crecimiento del salario, como vía de frenar el aumento de los costos a los que se enfrentan las empresas, y retraer el gasto público”.

Tales políticas contractivas, “en conjunto, refuerzan internamente el enlentecimiento importado desde el exterior”, por lo que “no han conseguido los resultados deseados y han impactado negativamente sobre empleo, el salario real, la pobreza y la distribución del ingreso”.

El contexto internacional adverso ya afecta severamente las economías de Argentina y Brasil, “y en ambas las exportaciones cayeron”. El gigante sudamericano lleva dos trimestres con virtual estancamiento del Producto Interno Bruto y “caídas relevantes en algunos sectores de actividad industrial vinculados a las exportaciones”. En función de ello es que el gobierno brasileño aplica una estrategia integral de activa promoción económica que incluye una política monetaria expansiva, fomento del consumo, la inversión y las exportaciones, así como “una política comercial mucho más proteccionista”. Argentina, que en cambio “siguió creciendo en los primeros meses del año, también viene aplicando una política de fuerte defensa comercial”, utilizando a ese efecto “trabas no arancelarias al ingreso de varios productos del exterior y promoviendo políticas de sustitución dde importaciones”. Es así que “la situación regional refuerza los efectos de la crisis internacional y configura un contexto externo peor al enfrentado por la economía uruguaya en los últimos años”, evalúa el instituto.