La sequía en Estados Unidos (EEUU) afectó al 75% de la superficie cultivada de maíz y soja, según datos del organismo internacional. A estas pérdidas experimentadas en los cultivos de verano de la potencia norteamericana se suma la baja producción de trigo en Ucrania. “Si el año pasado fueron más de 22 millones de toneladas, este año se esperan límites de 13-14 millones de toneladas” de trigo, informó la Agencia Nacional de Noticias de Ucrania, Ukrinform.

Si bien los países de América Latina productores de grano -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- podrán aumentar sus exportaciones, simultáneamente “aumentan los riesgos de inseguridad alimentaria en poblaciones pobres de los países importadores netos de cereales”, explicó la FAO. El índice que elabora el organismo internacional y mide el precio de los alimentos aumentó en julio por primera vez luego de tres meses de contracción. El valor fue de 213 puntos en julio de 2012, hasta 12 puntos (6 %) por encima del nivel de junio, pero todavía muy por debajo del máximo de 238 puntos alcanzado en febrero de 2011, consigna el sitio web de la entidad. El ascenso de los precios de los alimentos fue impulsado principalmente por un alza en los de cereales y azúcar, y por aumentos más moderados de los aceites y las grasas, mientras que los precios internacionales de la carne, el arroz y los productos lácteos apenas sufrieron cambios, consignó la organización. Según el índice, los cereales alcanzaron 260 puntos en julio, 38 puntos por encima respecto de junio y sólo 14 por debajo de su máximo histórico de 274 puntos, registrado en abril de 2008.

Esperando la cigüeña

El informe de la FAO señala que la producción agrícola de América Latina y el Caribe se ha recuperado tras la caída verificada en 2011-2012, y pronostica un alza de 4% en la producción de cereales para 2012-2013, en especial del maíz. El Cono Sur lidera la producción, que posiblemente alcance 122 millones de toneladas, 8% más que en la temporada pasada. En este contexto, se estima una buena cosecha de maíz, con un total de 68.500.000 toneladas, 22% más que en 2011. Argentina reducirá en 12% su producción de maíz como consecuencia de la ausencia de precipitaciones, Bolivia aumentará la suya en 4%, en Chile, en Colombia será 8% mayor, y en México bajará 14% respecto de 2011. En el primer trimestre de 2012, las exportaciones agroalimentarias de América Latina crecieron 8% y representaron un valor de 47.000 millones de dólares. En este sentido, el organismo llama a “mantener el dinamismo del comercio de cereales para enfrentar el alza de precios” internacionales.

Lejos de la crisis

Según Buxedas, dadas “las ventajas de ser un país exportador”, el impacto local en el precio de los alimentos tras la suba de los commodities internacionales “será limitado”. Los datos sobre la cosecha de Uruguay se conocerán en seis meses, aunque se estima una cifra récord de 6.000.000 de toneladas entre las producciones de maíz, sorgo, soja y trigo, según datos aportados a El Observador por la consultora especializada Blasina & Asociados. La suba de los precios del maíz y la harina derivada de la soja, bienes utilizados como insumos para la alimentación animal, podrán tener una incidencia significativa en el precio del pollo y, en menor medida, del cerdo y el vacuno, estimó el especialista consultado. Sin embargo, la suba del precio del trigo no debería ser significativa en el precio final del pan, en el que la participación del cereal es de 12% y el restante 88% corresponde a otros componentes y gastos fijos, graficó el ex director de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Según sus datos, “la producción mundial de cereales se estima en la actualidad en 2.247.400.000 toneladas métricas (Mtm)”, cifra superior “en 431,1 Mtm” al registro de la llamada ‘Crisis Alimentaria’ del 2006-07, “que generó el alza de los precios en 2008”. En ese contexto, uno de los principales efectos sobre los precios del comercio agrícola es la especulación en la Bolsa de Valores de Chicago. “Los commodities son objeto de especulaciones: es la búsqueda de la valorización sin importar la mercancía en sí”, explicó Buxedas. La situación, en la que intercedió el gobierno de EEUU obligando a los operadores a contar con autorizaciones especiales, deriva de la búsqueda de utilidades en la compra por adelantado (futuros) de la producción agrícola. “En mayo, subieron los precios cuando la soja ya estaba vendida”, explicitó. La derivación “negativa” a largo plazo surge de que, dada la rentabilidad de la soja, se tenderá a destinar mayor superficie a su cultivo, que según datos oficiales difundidos por aquel diario local, en la temporada 2011-2012 fue de 869.000 hectáreas, nivel que afectará la conservación de los suelos. “El rastrojo de soja se lleva la tierra, tiene un impacto importante en el suelo”, advirtió.