La Red Nacional de Educación Ambiental para el Desarrollo Humano Sostenible (Renea) está integrada de manera mixta, por 67 organismos gubernamentales y no gubernamentales -entre ellos la Universidad de la República (Udelar), la Administración Nacional de Educación Pública, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Comisión Nacional de Fomento Rural-, y 42 organizaciones de la sociedad civil. Formada en 2005, sus principales acciones han sido la implementación de cursos y posgrados dictados por organizaciones habilitadas, la concreción de los encuentros regionales y nacionales y la elaboración de un banco de datos de organizaciones que trabajan la temática ambiental con el objetivo de mejorar la coordinación interinstitucional.

En la inauguración Laura Barcia, coordinadora de la red, celebró la participación de docentes y estudiantes de Educación Técnica, Secundaria, Formación Docente y Udelar. Lamentó la ausencia de maestros porque no pudieron “resolver que les acrediten las faltas”: “Las ausencias hablan, son gestos políticos”, deslizó.

Barcia enfatizó que no se refieren a “ciudadanía ambiental” porque sea “una palabra de moda” sino porque están convencidos de que “la sustentabilidad es hacia el futuro”. Pero acotó que si bien trabajan con las generaciones futuras es necesario trabajar con la población adulta, que cualquier ciudadano “se forme en procesos educativos, que sepa cuáles son sus derechos ambientales, su derecho a vivir en ambientes de calidad, que entienda que el conflicto ambiental implica un conflicto social [...] Entonces, es un compromiso ético trabajar para que la ciudadanía ejerza sus derechos ambientales, es tiempo de que los uruguayos cogestionemos nuestro territorio”.

Alimentación

Por la mañana se desarrollaron tres paneles paralelos: “Alimentación saludable”, “Medios de comunicación” y “Desarrollo y territorio”. la diaria asistió al primero, donde expusieron Pablo Yglesias, del Sindicato Uruguayo de Nutrición; Yolanda Araújo, de Consumidores Organizados de la Producción Agroecológica del Uruguay (Copau), y Hugo Bértola, agricultor familiar ecológico.

El nutricionista dio cuenta de los principales problemas de salud en nuestra sociedad: uno de cada cuatro niños con sobrepeso, 25% de los chicos atendidos en el Pereira Rossell tienen desnutrición; uno de cada dos adultos tiene sobrepeso y uno de cada tres padece hipertensión arterial.

Para revertir la situación el sindicato de nutricionistas propone desarrollar “una política alimentaria nacional”, para lo que sugiere crear una “canasta saludable”, que los alimentos sean rotulados con información de su composición nutricional y que se diga si son transgénicos, que se cree una tasa bromatológica que dé incentivos a quienes producen alimentos saludables, promover la alimentación saludable en establecimientos educativos, hacer campañas de difusión sobre qué es recomendable comer.

Así surgió el comentario del proyecto de ley “Alimentación saludable en los centros de enseñanza” impulsado por el diputado Javier García, que fue aprobado el martes por la Cámara de Diputados, que propone controlar que en los centros educativos “no se priorice la venta de alimentos, productos alimentarios o bebidas que contengan azúcares simples, grasas saturadas o trans y sal agregada” y que no haya saleros a la vista. Yglesias opinó que ese proyecto “no va a hacer grandes cosas porque no va a cambiar el perfil epidiemiológico con sacar el salero de las escuelas y los alfajores”. Y tanto él como otra nutricionista que lo acompañaba señalaron que no tuvieron éxito “con ningún partido político” para modificarlo e incluir aspectos como los que detallaron.

Tanto Araújo como Bértola dieron cuenta de la expansión que han tenido los productos orgánicos y las formas alternativas creadas para su comercialización. Se habló de la contradicción que se da, puesto que en América Latina en los últimos años se incrementó la desnutrición al tiempo que aumentó la producción de alimentos.

Bértola señaló como una forma de educación ambiental hacer recorridas por predios de agricultores y ver las formas de asociación para conservar semillas y salvar variedades locales de frutillas o boniatos. Ante un auditorio interesado en la temática, enfatizó en la necesidad de presionar para conseguir la información sobre los residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas que llegan al Mercado Modelo; puntualizó que debido a los resultados alarmantes conocidos en 2004, la Comisión Administradora del Mercado Modelo no difundió ni permitió difundir más datos de análisis que se siguen haciendo.

Intercambio

Una de las experiencias que se presentará hoy es la de “Amigos del viento”, un grupo de meteorólogos que junto con personas de otras profesiones y oficios trabajan en un proyecto llamado “El clima y tú” en cinco escuelas rurales en el entorno de San Jacinto, Canelones.

Graciela Salaberri, integrante del colectivo, dijo a la diaria: “Nuestro trabajo ha sido dar a conocer el valor de la atmósfera, que los chicos aprendan del reconocimiento de las variables atmosféricas y meteorológicas, tratamos el tema del cambio del clima” y también les enseñan a “reconocer cuáles son las nubes que pueden ocasionar un impacto fuerte”, comentó.

Pero el trabajo es de ida y vuelta: “Reconocemos los saberes locales buscando en sus propias historias a través de impactos que han ocurrido”. La meteoróloga valoró: “Aprendemos mucho más de ellos que lo que nosotros podemos ir aportando, es un intercambio”, y por eso lamentó todavía más que las docentes ni los alumnos pudieran estar allí.