La economía china cerró 2012 con un crecimiento de 7,8%, la tasa de expansión del producto más baja desde 1999, según anunció el viernes 18 la Oficina Nacional de Estadísticas. Sin embargo, los datos del último trimestre estuvieron por encima de los esperados y muestran un repunte del crecimiento de la segunda mayor economía del mundo.

El enlentecimiento que vive la economía China desde 2010 se debe, por un lado, a la desaceleración de sus exportaciones por la recesión europea y la lentitud de la recuperación de Estados Unidos, principales mercados de destino de sus productos. Pero, por otro, a la decisión del gobierno de “enfriar” el mercado inmobiliario. En 2010 el Producto Interno Bruto (PIB) creció 10,4% y un año después cayó más de un punto y se situó en 9,3%. Por eso, el dato de 2012 debe ser considerado una continuidad en la tendencia a un menor ritmo de crecimiento.

Sin embargo, en el último trimestre el producto chino subió 7,9%, frente al 7,4% del tercer trimestre, que fue el valor más bajo desde el primer trimestre de 2009, y está por encima de las previsiones del gobierno y los analistas públicos y privados de distintos países.

El comunicado de prensa del organismo estadístico chino destaca que el comportamiento económico general del país “está siendo estabilizado” y agrega que “en la próxima fase deberíamos […] centrarnos de forma prioritaria en cambiar el modo de crecimiento económico y mejorar la calidad y la eficiencia del crecimiento”. Citado por diversas agencias de noticias, su director, Ma Jiantang, advirtió que la situación seguirá siendo complicada este año y que no es de esperar una vuelta a la era del “crecimiento súper rápido”. Aseguró, además, que deberían esperarse tasas de crecimiento del entorno de 8%.

Ma Jiantang sorprendió a la prensa unas semanas atrás al indicar que la fuerza laboral del país está “decreciendo” y opinó que esto debería generar “una preocupación particular”. Asimismo, se aventuró hacia temas sensibles al sugerir que la política de “un niño por familia” y la baja edad de retiro deberían ajustarse.

El repunte del último trimestre coincide con las recientes medidas “de ajuste fino” tomadas con el objetivo de reactivar la economía. A mediados de 2012 se decidió un recorte de tasas de interés y tres rebajas al requisito de reservas de los bancos con el objetivo de dinamizar el crédito bancario. También se aceleró la inversión pública en infraestructura y se generaron incentivos a las exportaciones y el consumo doméstico. Los resultados parecen haber sido buenos ya que se verificó una aceleración de la producción industrial (sobre todo en octubre y noviembre), creció la inversión y se verificó un “rebote” de las exportaciones en el último mes del año (cuando creció 14,1% interanual, el valor más alto de los últimos siete meses).

Las nuevas autoridades del gobierno chino, que asumirán en marzo, no sólo anunciaron que continuarán con esta política de ajuste fino, sino que prometieron llevar a cabo importantes reformas estructurales de la economía para conservar el crecimiento a largo plazo.

De acuerdo a las previsiones del Banco Mundial, el crecimiento de la economía china en 2013 será de 8,4%, cifra que surge de revisar a la baja la previsión de 8,6% realizada hace unos meses por el organismo. Asimismo, desde el Deutsche Bank se estima que el PIB chino crecerá 8% en la primera mitad de 2013 y se acelerará en el segundo semestre cuando se estima que crecerá 8,5%.