Son varias las novedades de esta novena edición de LPSFF. Por un lado, el número de los cortos que se inscribieron para concursar este año duplicó al de 2012 -450, de 20 países, casi el doble que el año pasado, que fueron 11-; por otro, se sumó un premio de 1.000 dólares por concepto de derechos de exhibición, otorgado por Efecto Cine, la muestra itinerante que hace años se encarga de proyectar los cortometrajes (y que este año paseará la obra ganadora por 80 localidades de todo el país). Este verano lo hará en Punta del Diablo (el 13 de enero), en Valizas (el 14), en Santa Teresa (el 15) y en Barra del Chuy (el 16), con un cierre en la plaza Fabini de Montevideo el 14 de febrero, organizado por el Centro de Exposiciones Subte.

Cortos y al pie

“Entre tantos cortometrajes que se inscriben, tenés la posibilidad de elegir algunos de muy buena calidad”, comentó a la diaria Sergio Miranda, director y fundador del festival, que este año cuenta con el apoyo del Fondo de Fomento Cinematográfico del Instituto del Cine y Audiovisual del Uruguay. Los cortometrajes preseleccionados concursarán ante un jurado conformado por la actriz uruguaya Mirella Pascual (Whisky, El cuarto de Leo, Miss Tacuarembó), la directora de fotografía y docente cubana Lily Suárez y el director, guionista y publicista Federico Álvarez (creador de Ataque de pánico, que llamó la atención en todo el mundo y motivó al director estadounidense Sam Raimi a ofrecerle la dirección de la remake de su película de 1981 The Evil Dead). Los criterios para elegir las piezas concursantes fueron “el atractivo de la historia pero también cómo se cuenta: el uso del lenguaje audiovisual, las actuaciones; la originalidad global de las propuestas”, comentó el organizador.

Miranda admitió que en un principio el estilo de los cortometrajes iba más por el lado de los “chistes filmados”, pero en los últimos años la calidad fue en aumento. “La cantidad de inscripciones habla de la consolidación del cortometraje a nivel mundial: el LPSFF integra el calendario anual de festivales de cortos en el mundo”, aseguró. El festival premió en ediciones anteriores a varios creadores que luego hicieron carrera, como el director de fotografía Pedro Luque, que trabajó en Miss Tacuarembó y La casa muda, a Gustavo Hernández-que dirigió esa última película- y a Federico Álvarez.

Pero parece que el nivel local no podría dar más: “En Uruguay el nivel es regular. Al ser tan bueno el resto, la exigencia es mayor y tenemos que estar a la altura. No fue fácil elegir”. En total se seleccionaron seis, de más de 30 cortos nacionales inscriptos. Según Miranda, en el aspecto técnico (sonido, luces, cámaras, posproducción) la producción uruguaya acompaña el nivel internacional; los problemas están más que nada en los guiones y en la dirección de actores.

“Desde el festival valoramos que [los cortos] te hagan reír, emocionar, o lo que sea, pero que no sea una cosa que si mirás o no mirás es lo mismo. Cuando pasa eso es terrible. A mí me da hasta rabia, porque hubo muchas horas invertidas, recursos, trabajo”. Según el organizador, la calidad de las piezas es síntoma de algo mucho más grande. “Uno de los motivos es el nivel de la formación de cine en Uruguay, que no es bueno”, criticó el ex director de la Escuela de Cine del Uruguay. “Yo creo que La casa muda y Relocos y repasados van a proponer algo nuevo. No está mal que haya mucho cine de autor, pero las películas de género siempre son una buena noticia”.

Lo primero es la familia

El año pasado, en entrevista con la diaria, Miranda observó que la mayoría de los cortos europeos giraba temáticamente en torno a la crisis del continente. “Este año hay muchas historias familiares. Incluso hay un par de cortos cuyas protagonistas son abuelas. Hay mucho universo familiar, de contenido emocional pero contado desde un lado interesante, para nada cursi”.

También comentó que llamó la atención entre los organizadores la predominancia de mujeres a cargo de la dirección, el guión y la dirección de fotografía, y de ahí se observa “un punto de vista diferente, centrado en cuestiones de género”. Además, hay un par de cortos que juegan con “un cine de terror muy bien contado” y de varias experimentaciones que mezclan animación con actuaciones de carne y hueso.

“Si bien es cierto que el corto es un formato muy utilizado por estudiantes, también hay un montón de casos de realizadores profesionales, como Almodóvar, que siguen haciendo cortos; es como el cuento a la novela, un formato en sí mismo. Me encanta porque te obliga a una síntesis y es un desafío: el de lograr contar en unos minutos algo contundente”, evaluó. El cronograma del evento puede consultarse en www.lapedrerashortfilmfestival.com/programacion .