El diario argentino Página 12 publicó ayer una entrevista a Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior de ese país, en donde adelanta la posibilidad de “relajar” las restricciones a las importaciones de productos a mediados de año. Argentina, tradicional socio comercial de Uruguay, lleva adelante una política de restricción a la compra de dólares desde hace más de un año, que ha constituido una traba importante a las ventas de productos hacia ese país.

Al ser consultado por el matutino acerca de si el esquema de controles a las importaciones se mantendrían en el largo plazo, Moreno indicó que en la medida en que los precios internacionales “se estabilicen, los empresarios podrán hacer una mejor planificación para buscar competitividad y el gobierno podrá relajar sus políticas de control a las importaciones”.

En relación a la crisis financiera internacional, Moreno destacó que desde la Secretaría de Comercio prevén que “en marzo se comenzará a ver la luz al final del túnel” y por eso indicó que “hasta mediados de año, al menos, prevemos continuar con la administración actual del comercio”.

En dicha entrevista Moreno consideró que la crisis está llegando a su fin y destacó que desde 2008 a la fecha “no hubo recaídas, sino que se mantuvo la tensión, con sus altas y bajas en distintas partes del mundo”. “Es una crisis de acumulación del capital, y lo que cambió no es el sistema capitalista, sino el foco de acumulación de ese capital, que a la Argentina la beneficia”, detalló.

Consultado por la diaria, el presidente de la Unión de Exportadores del Uruguay, contador Álvaro Queijo, opinó que las declaraciones de Moreno no ameritan “tener expectativas desde Uruguay” y destacó que “son más expresiones de deseo que otra cosa”. Agregó que lo dicho por Moreno implica que se cumpla la condición de que la economía internacional y la argentina “mejoren” para reducir las restricciones que “perjudican el comercio”. Opinó que la economía mundial “puede mejorar, pero los principales economistas no ven que la economía de Argentina vaya a hacerlo”.

Mencionó que “la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo es cada vez mayor y, por ende, cada vez es más difícil para los argentinos acceder al dólar oficial porque es cada vez más caro”. Si bien cree que “es lógico” pensar que si la situación de Argentina mejora “este tipo de medidas caigan y no haya necesidad de continuar con ellas; no parece factible que mejore el saldo comercial y disminuya la escasez de dólares en el corto plazo [en Argentina]”.

Luis Porto, subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas, declinó hacer declaraciones y dijo que estar “a la cabeza de las negociaciones” con dicho país “hace que cualquier cosa que yo diga pueda perjudicar lo que se está haciendo”.

Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores dijeron a la diaria que las declaraciones de Moreno eran “muy primarias” y en la medida en que no existía ningún anuncio oficial preferían no hacer comentarios “hasta que exista alguna concreción”.

Los muchachos empresarios

En la entrevista Moreno también hizo referencia a la evolución del dólar en ese país. Sostuvo que “pensar en un tipo de cambio a fin de año en torno de los seis pesos [argentinos], equivalente a una devaluación de entre 18% y 20%, no sería descabellado”, y descartó que la suba del último bimestre del año represente una aceleración o tendencia de largo plazo. Señaló que “en las reuniones siempre hay empresarios que piden mayor devaluación” y agregó que “en reuniones que uno tiene, de 80 empresarios, siempre hay alguien que lo puede pedir, pero en el fondo saben que eso genera puja distributiva, una caída en el consumo y aumento de precios, lo que termina siendo peor para las empresas”.

El denominado dólar blue o paralelo volvió a caer ayer en Argentina, pero analistas privados y del sistema financiero entienden que a fin de este año el dólar se ubicará entre ocho y nueve pesos argentinos, muy por encima de lo estimado por Moreno.

El diario La Nación destacaba en su edición de ayer que pese a los trascendidos de que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) “abrió el grifo de venta de dólares la semana pasada”, las cifras del organismo fiscal y del sistema financiero reflejan lo contrario. La nota indica que “nadie cree que el gobierno vaya a cambiar en un año electoral” y agrega que “el consenso del mercado es que, más allá del derrape de estos días, el blue volverá a escalar hasta ubicarse entre los ocho y nueve pesos a fin de este año”. De verificarse lo anterior, la brecha entre los valores oficial y paralelo se mantendría cercana a 50%.

Por su parte, el diario Cronista Comercial entrevistó al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien sostuvo que “hay situaciones en las cuales las devaluaciones son inevitables [...] como el caso actual”. El ex funcionario del gobierno de Néstor Kirchner, que se opone a la política económica llevada adelante actualmente, dijo que “la devaluación sola no sirve para nada” y opinó que “hay que ponerla como una pieza más dentro de un programa económico y social integral”.

Respecto del saldo comercial, Lavagna opinó que “los datos concretos muestran que el superávit en la cuenta en pesos, que es el superávit fiscal, desapareció; el superávit en la cuenta en dólares, que es la cuenta corriente del país, también desapareció y por eso tenemos el cepo cambiario”.