-¿Cómo sucedió que teniendo una madre periodista de la televisión fuiste a vivir a la favela Rocinha?

-No viví allí. Viví muy cerca, abajo, en San Conrado, durante muchos años, me fui y después, de adulto, volví al barrio. Mi experiencia con la Rocinha comenzó cuando tenía 12 años, en la playa, en la calle. No viví en la comunidad pero conocí a la muchachada de allí y algunos frecuentaban mi casa. Fue por causa del surf y el skate que comencé a visitar la favela. Teníamos una historia que se hizo canción y se llama “Cantão”. Habla de nuestra amistad, de las ilusiones que de más grande terminé de comprender.

-Si tuvieses que escoger algo que aprendiste en la favela, ¿qué sería?

-La felicidad, que es una cualidad que admiro y no depende de la clase social, del poder, el estatus o la fama. Es algo que aprendí con mis amigos de allí, a ser feliz, ser alegre y no reclamar sin sentido… Aquí en Brasil tenemos una expresión que forma parte de “Maneiras”, una canción de Zeca Pagodinho que también grabó O Rappa y dice: “La cosa más fea es la gente que vive llorando de barriga llena”.

-Has formado parte de proyectos que vinculan niños, fútbol y favela. Contame algo de eso.

-Con el fútbol se generó una larga historia que trataré de resumir. Comencé ayudando a tres niños que querían probarse para convertirse en jugadores. Eran el hijo de un conocido y los sobrinos de otro, quienes me pidieron los contactos y amistades a los que podía acceder. Conseguí que los niños viajaran y posteriormente pedí ayuda a un empresario futbolístico de Porto Alegre, para que pudieran ir otros niños. Al tiempo terminé organizando un torneo, algo que nunca había hecho y que logré, con la ayuda de amigos que trabajaban en el fútbol y personas de la favela que conocía. Armamos equipos y se organizaron partidos a los que asistirían empresarios. A raíz de eso algunos entrenadores me hablaron para realizar otro proyecto, ya que los padres presentes en los partidos estaban contentos con mi presencia y me decían: “Gabriel o Pensador, en el fútbol tenés que ver el video de mi hijo, te voy a mandar mucha información”. De repente, una cosa que me gustaba me fue metiendo, sin que me diera cuenta, muy rápido en el mundo del fútbol, hasta que un contratista me convenció de formar un equipo juvenil del cual él sería el entrenador, ya que contaba con experiencia. El club fue creado en Duque de Caxias, en la Baixada Fluminense, cerca de Rocinha, donde se construyó un alojamiento para 13 muchachos de otras ciudades.

-Entre el fútbol y la música te has hecho tiempo para publicar tres libros: Diario noturno (2001), Um garoto chamado Roberto (2005) y Meu pequeno rubro-negro (2008). Dos de ellos son infantiles, ¿no?

-Sí, dos; son libros que trabajo mucho en las palestras -conferencias, charlas, debates- que hago en ferias de libros o en escuelas. Diario noturno es el primero que hice para jóvenes y adultos, contiene poemas y crónicas, tiene el espíritu de un diario. También tengo Um garoto chamado Roberto, para niños, que cuenta la historia en versos con rima sobre la discriminación o bullying a un niño que tiene seis dedos en la mano.

-¿Cómo está Brasil después de las manifestaciones que volcaran a gran parte de la población a las calles, y cómo se vive esto con vistas al Mundial de fútbol del que será sede? Hace pocos días por el Día del Profesor también hubo grandes disturbios…

-Justamente, fue el Día del Profesor, y la Policía continúa agrediendo, pero la gente está en un momento en que quiere seguir manifestándose. Los jóvenes que hasta hace poco no se interesaban por la política y las cuestiones sociales, que preferían estar alienados, hoy sienten la obligación de tomar partido y posicionarse, comprendiendo que son una gran masa de electores. No son sólo jóvenes convocados por las redes sociales, sino ciudadanía en general, preocupada por votar con más cuidado, por informarse mejor sobre los candidatos y los políticos electos. El problema del brasileño parecía que pasaba por la falta de información y el interés de luchar juntos, pero ese interés de la población en general creció repentinamente y la gente se volcó a la calle. La verdad es que si alguien pensaba en algo así dos años antes nadie lo creía. Nadie estaba haciendo nada y el brasileño parecía estar adaptado cada vez más a una sensación de impotencia ciudadana, a la corrupción y la impunidad. Parecía que la gente no creía que era posible cambiar algo, pero por suerte hoy la sensación es la contraria, porque vieron que tienen fuerza y hay maneras de movilizarse, de reunirse por internet, de grabar con la cámara del celular y denunciar una agresión, de filmar y divulgar una idea mediante videos o fotos. Son herramientas que fueron bien utilizadas en ese contexto, porque hay cierto control de los medios y la gente debe ser muy cuidadosa antes de interpretar lo que se ve en la televisión. Entonces crearon una televisión paralela en internet, fue bien interesante y creo que no es un movimiento pasajero, es un aprendizaje para una postura diferente.

-Entre tus canciones hay algunas que pueden haber estado relacionadas a estas manifestaciones.

-Sí, hay algunas músicas que he hecho con la intención premeditada de sacudir o estimular a las personas: “Até quando?”, “Pega ladrão!”, “FDP”, “Abalando”, entre otras, que presentaban una postura casi utópica que yo tenía con algunos pocos artistas más, haciendo músicas con otro espíritu. Hace unos días hice una palestra con Marcelo Yuka -ex O Rappa- que me comentaba que tiempo atrás yo podía ser visto como ingenuo, por cantar para que las personas se pusiesen de acuerdo y protestaran, ya que muchos pensaban que eso nunca iba a pasar, que era una pérdida de tiempo y energía decir cosas como: “Até quando você vai ficar levando porrada? / até quando vai ficar sem fazer nada?/ Até quando você vai ficar de saco de pancada?/ Até quando?” [¿Hasta cuándo vas a quedarte aguantando las golpizas? / ¿Hasta cuándo vas a quedarte sin hacer nada? / ¿Hasta cuándo vas a hacer de bolsa de boxeo? / ¿Hasta cuándo?]. Por suerte todavía quedan soñadores y se puede ver que hay mucha gente que cree que se puede tomar conciencia y hay muchas cosas que cambiar, es algo que se puede hacer y es casi una obligación, más allá de la edad que se tenga. Y no alcanza con reclamar, hay que hacer un poco también.

-Hablemos de tu nuevo disco, Sem crise.

-Estoy muy feliz con la vuelta a las giras con disco nuevo. Demoré un tiempo, pero el resultado lo justifica: un disco de 15 canciones variadas con muchos invitados y estilos. Tiene dos productores principales, uno es DJ y el otro un músico virtuoso, entonces se logra un buen balance, hay algunas músicas con más arreglos, con más acordes e instrumentos, con esa cosa bien de músico, y otras más trabajadas en los timbres, inspiradas en la música electrónica y en los efectos. También hay un poco de música regional brasileña, con la participación de Jorge Ben Jor, con Afroreggae, con Carlinhos Brown, con el acordeón de Rogério Flausino de Jota Quest, con Marcelinho da Lua y el enorme Nando Reis.

-Hacés una relectura de “Solitario surfista”, de Jorge Ben Jor, que merece un capítulo aparte por lo que él representa, por el encuentro y porque es el corte del disco.

-Totalmente, un amigo que también hace surf me mostró esa canción de los 70 de Ben Jor e inmediatamente pensé en samplearla para hacer unos versos y después surgió la idea de invitarlo para regrabar la canción. Al final se regrabaron partes y se samplearon otras -muy pocas- para conservar el timbre original. Usé no sólo el estribillo sino también parte de la letra original. Además grabamos un videoclip de la canción, así que pude compartir buenos momentos con Ben Jor, que es maravilloso, energía de la mejor.

-El sábado 26 vas a estar por primera vez en el Teatro de Verano de Montevideo.

-Va a ser una fiesta, seguramente haremos canciones de Sem crise pero con una recorrida por aquellas otras que la gente conoce más y pide por escuchar. Tengo tres personas que gustan de rimar freestyle, así que habrá también espacio para improvisar un poco. ¡Vengan!