El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) creado para aportar en la construcción de políticas educativas, hizo una evaluación sobre los resultados de las pruebas del Programa de Evaluación de Estudiante (PISA, por su sigla en inglés). “Hicimos la otra cara de PISA 2012”, comentó Pedro Ravela, director ejecutivo del Ineed.

El equipo técnico puso atención en los informes que acompañan las tablas numéricas de las pruebas, que generalmente no trascienden. “Ahí hay una cantidad de información más relevante que el ránking”, aseguró. El primer punto que mencionó fue la inversión que hacen los Estados en materia educativa. PISA calcula el gasto acumulado que hace el país en una persona desde los seis años (primaria) hasta los 15 años, momento en el que se realiza la evaluación. En todos esos años, el gobierno uruguayo gasta 19.068 dólares per cápita. Ravela remarcó que si bien el discurso predominante es que Uruguay duplicó la inversión, “cuando uno mira la tabla, constata que sigue siendo bajo”. A modo anecdótico, mencionó el caso de Luxemburgo, Eslovenia y Finlandia, donde se gastan 197.598, 91.785 y 86.233 dólares, respectivamente. En comparación con la realidad de la región, la cifra sigue siendo inferior. En Chile invierten 32.250 dólares, en Brasil 26.765 y en Colombia 20.362. Los países que gastan menos son Jordania (7.125) y Vietnam (6.969).

También es bajo el salario de los docentes de Uruguay. PISA calcula el salario de un docente con 15 años de trabajo en relación al Producto Interno Bruto (PIB). Uruguay integra la lista de los peores en cuanto a inversión, con 0,76% del PIB. Hungría, Estonia y Eslovaquia están en una situación similar. En cambio quienes más invierten son España (1,58%), Canadá (1,50%) e Irlanda (1,51%). En Chile, Colombia y México el gasto es 1,31%, 1,60% y 1,78%, rspectivamente.

Otro de los aspectos que revela el informe en relación a Uruguay es que se destina menos recursos educativos a los sectores más vulnerables. A modo de ejemplo, los docentes más experientes trabajan en los centros más favorecidos. Entonces “es doble la desventaja”, porque “vienen de un lugar desfavorecido y asisten a centros desfavorecidos”.