“La exposición a los precios internacionales es muy alta”, sostuvo Chaer, ya que la energía producida en el país proviene mayoritariamente de centrales hidroeléctricas. En períodos de sequía éstas se vacían, situación que lleva al Estado a recurrir a la generación de energía térmica; además de tener un costo mayor esto requiere la importación de petróleo, lo que eleva aun más los costos si el precio de éste (que es importado) es alto.

Buscando reducir la vulnerabilidad a los episodios de sequía y el elevado precio del petróleo, UTE contrató, por intermedio del Banco Mundial, un seguro doble por un período de 18 meses. Según Chaer éste sirve como “un puente hasta que el país se pueda asegurar por sí mismo”, ya que para mayo de 2015 la empresa planea tener 800 megavatios de energía eólica instalados y probablemente 240 megavatios de fotovoltaica, un “gran paso” respecto del inicio del actual período de gobierno, cuando se contaba con tan sólo 20 megavatios de energía eólica instalados.

En un decreto de fines de abril de este año, la DNE preveía la instalación de 200 megavatios de energía fotovoltaica mediante concurso de licitación -por intermedio de UTE- para los interesados en instalar parques de paneles solares. El concurso preveía tres franjas para la convocatoria: la primera y la segunda, pensadas para industrias más chicas o techos de clubes -por ejemplo-, permitirán el acceso hasta un megavatio y cinco megavatios, respectivamente; la tercera, con un precio fijado de antemano, se dirigió a emprendimientos “más importantes”, con capacidad de 30 a 50 megavatios. Éstas son complementarias, ya que “la idea es que las [empresas] más grandes” faciliten la instalación a las más pequeñas”, sostuvo Chaer.

La tercera es la vencida

Como “resultaba más cómodo” se empezó por el llamado a la franja que más abarca -la tercera-, que Chaer evaluó como un “éxito rotundo”, con 196 megavatios (sobre un total de 200) ya adjudicados. Con la necesidad de quedar cubiertos después de vencido el seguro contratado, este llamado promovió la instalación a la brevedad por medio de un mecanismo de precios diferenciales.

“A UTE le viene bien que la energía entre lo antes posible”, dijo Chaer, por lo que decidió “premiar” a los que empezaran a producir antes, fijando una banda de precios que tiene un tope máximo de pago de 91,5 dólares el megavatio por hora para aquellas empresas que comiencen su producción antes de diciembre de 2014. A partir de ese momento el precio que UTE pagará irá “decayendo linealmente” hasta llegar al mínimo de 86,6 para aquellos que empiecen a producir después de junio de 2015.

Las empresas ya están definidas, tienen estudiados los costos de contratación y ya eligieron los terrenos para instalar los paneles, por lo que “si fuera por ellas empezarían la producción en julio, fecha que estaba prevista en un principio y que la DNE debió aplazar por la demora de trámites burocráticos”, contó Chaer, entusiasmado. A raíz de esto, el ingeniero prevé que “para noviembre [próximo] estén casi todas las centrales funcionando”.

Viento y sol

Para el asesor, la uruguaya será “la fotovoltaica más barata del mundo”. La política que se está llevando a cabo en esta tercera franja es “muy agresiva”, pero teniendo en cuenta lo reducido que aún es este mercado considera que “los precios son convenientes para el sistema”.

Para la eólica, en cambio, el plan es otro: es más barata que la fotovoltaica (se compra a 63 dólares el megavatio por hora), pero tiene limitaciones relacionadas, sobre todo, con la disponibilidad de viento y el almacenamiento de la energía. En este caso, pueden producirse “deseconomías de escala”, por lo que “no resulta conveniente hacer una política agresiva”, explicó.

Hoy en día hay tres parques eólicos, con capacidad para producir 50 megavatios por hora cada uno. Asimismo, UTE tiene contratos firmados del orden de los 900 megavatios que tienen el compromiso de ser instalados en los próximos dos años. Asimismo, el directorio de UTE decidió el martes que los contratistas privados que están instalando parques y que hayan avanzado en 50% o más de los emprendimientos tengan la posibilidad de asociarse con el ente para la ampliación de sus proyectos.

Además, se trata de que haya “correlación entre los recursos”, ya que “hay días en los que no hay sol pero sí viento; sin embargo, hay horas en las que definitivamente no hay sol pero sí puede haber viento”, ilustró Chaer. “Nuestro sistema [eléctrico] es privilegiado en cuanto a la disposición de recursos para [administrar] la filtración de variaciones de energías renovables”; en este sentido “es uno de los que cuentan con mejor manejo en el mundo”, valoró.

Sacando cuentas

El costo esperado de abastecimiento de la demanda varía entre 1.000 y 1.800 millones de dólares anuales, dependiendo del volumen de lluvias. Al incorporar estos megavatios de energía eólica, Chaer espera que los costos se reduzcan “en el entorno de 300 millones de dólares”. En cuanto a la energía solar, “aún no están estimados”, declaró, aunque estimó que “no habrá mayores diferencias” porque es una energía que recién está comenzando a instalarse en el país.

Hasta el momento Uruguay es “líder en el mundo en incorporación de [energías] renovables al sistema eléctrico”, sostuvo Chaer. Agregó que con las interconexiones de energía instaladas con Argentina (por 2.000 megavatios) y con Brasil (570) se logrará el objetivo primero: que “el costo de la tarifa no siga subiendo”.

Por otra parte, el director del ente estatal, Gonzalo Casaravilla, destacó a la Secretaría de Comunicación de Presidencia la necesidad de “no poner todos los huevos en la misma canasta”, por lo que, “más allá de quién sea el dueño de los parques, lo que va a cambiar los costos es concretarlos, y para eso necesitamos socios [...] que nos ayuden con inversión, trabajo e ideas”, para así lograr “derribar las barreras burocráticas”.