Desde que el 8 de marzo de 1914 se conmemoró el primer Día Internacional de la Mujer, la fecha ha ido creciendo en convocatoria alrededor del mundo y particularmente en Uruguay, donde se ha institucionalizado como un día central para los reclamos de género. Un proceso que comenzó a acelerarse en la década del 80, cuando surgió un número importante de grupos y organizaciones de mujeres. En 1981 se creó la Asociación de Mujeres Periodistas del Uruguay (AMPU) y en 1982, el Grupo de Madres y Familiares de Procesados por la Justicia Militar. Luego se crearían la Comisión de Mujeres del Plenario Intersindical de Trabajadores (1986); Cotidiano Mujer (1985); Instituto Nacional de la Mujer (hoy Inmujeres, 1987); Comisión Nacional de Seguimiento, Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía (CNS Mujeres, 1996); Mujer y Salud en Uruguay (MYSU, 1996) y la Articulación Feminista Marcosur (AFM, 2000).

Este año hay numerosas actividades artísticas relacionadas con los reclamos históricos y desarrolladas por distintas organizaciones como Inmujeres, Cotidiano Mujer y un largo etcétera. MYSU inauguró una exposición fotográfica titulada Nosotras decidimos, que irá del 5 al 22 de marzo en Punto de Encuentro del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Su objetivo es promover distintas visiones sobre el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos por parte de la mujer, por medio de esta muestra ganadora de un concurso fotográfico (el jurado estuvo integrado por Iván Franco, Lilián Abracinskas y Marta Pagliano). La exposición incluye, además, el audiovisual Mientras ellos ponen las condiciones, nosotras ponemos el cuerpo, intervención urbana por la despenalización del aborto, en setiembre de 2012, a cargo de esta organización.

El MEC se sumó a esta celebración en 2009 y ha rendido cada año homenaje a distintos oficios como la poesía, la pintura y la música. Este año La prensa es mujer nucleará los distintos debates sobre la actualidad del periodismo. A partir de un documental homónimo, se homenajeará a 12 mujeres periodistas que han tenido un lugar destacado en la historia uruguaya (Elsa Altuna, Cristina Morán, Silvia Tron, Petrona Rosende, María Collazo, Paulina Luisi, Giselda Zani, Elina Berro, Elizabeth Durand, Adda Laguardia, Dolores Castillo y María Esther Gilio) aunque, paradójicamente, muchos de sus nombres no hayan resonado. Paulina Luisi (1875-1949), por ejemplo, fue la primera mujer uruguaya en recibirse de médica. La caracterizó su defensa por el feminismo y la educación sexual en distintos medios. Otra fue la humorista Elina Berro (1923-1971), que escribió en la revista Peloduro bajo el seudónimo Mónica, con el que ironizaba sobre distintas personalidades (como el crítico Ángel Rama) o personajes inventados. Cristina Morán, tal vez la más conocida en el ámbito popular, se cuestiona si realmente el mes de la mujer genera cosas en la sociedad, y afirma: “Sin duda se ha logrado muchísimo, ha sido un arduo trabajo y seguirá siéndolo. Aunque si bien se han logrado avances y logros certeros, no son lo que deben ser todavía”. Consultada acerca de cómo fue el ser mujer en su ámbito laboral (Morán fue una de las pioneras en la televisión local), respondió diciendo que “no fue difícil, es otro medio más de lucha”, pero reclama que se mantiene una marcada desigualdad salarial; “es lo único que a mí realmente me sigue doliendo y molestando”. Siga el baile Desde el martes 5 hasta el 21 de marzo, la Secretaría de la Mujer de la Intendencia de Montevideo (IM) inaugura la exposición Mujeres con fibra, de 11 artistas uruguayas en el atrio de la IM. La muestra recrea el valor de materiales tradicionalmente asociados a lo femenino, como el bordado, la costura y la unión de trozos de tela, entre otros, pero vistos desde las artes visuales. Las artistas invitadas son Raquel Bessio, Olga Bettas, Cecilia Brugnini, Yvonne D’Acosta, Alejandra González Soca, Nora Kimelman, Lilián Madfes, Beatriz Oggero, Ana Poggi, María Inés Strasser y Margaret Whyte. La curaduría está a cargo de Alicia Haber.

La comuna canaria se hace presente con Sangre de mi sangre, de Estela Peri, en “Homenaje a mujeres, memoria y lucha”. La sala Zitarrosa también se suma a la conmemoración e inaugura el ciclo -con entrada gratuita- Ellaz. Se presentarán Patricia Kramer y Loli Molina (miércoles 13), Lucía Merico, Tamy y Victoria Gutiérrez (miércoles, 20) y Lea + Invitados (jueves 21).

Hoy a las 14.30 Malena Muyala, acompañada por sus músicos, celebra la fecha en el Auditorio de la Torre de las Telecomunicaciones. A la noche el Teatro Solís presenta el concierto 3 voces, infinitas razones, con Ana Prada (Uruguay), Yusa (Cuba) y Queyi (España), también con entrada libre.

Algunas de las participantes en las actividades de este mes reflexionaron acerca de la naturaleza e importancia de la celebración. La dramaturga y directora Mariana Percovich, quien participa en los festejos con una versión canadiense de su obra Yocasta, plantea que si todavía es necesario tener un día es “porque hay cosas que hay que seguir señalando y hay que continuar luchando por otros avances que a veces no se dan”. Indica que los conflictos salariales y los tratamientos sobre maternidad siguen pendientes. El proyecto de ley que presentó el Frente Amplio otorgaba a las trabajadoras embarazadas del sector privado el beneficio vigente para los funcionarios públicos (13 semanas de licencia por parto y seis meses de media jornada laboral para lactancia), pero quedó en suspenso a mediados de 2012.

Por su parte, la cantante y compositora Malena Muyala cree que la continuación de la celebración del 8 de marzo “moviliza y recuerda que se debe seguir trabajando por los derechos de la mujer”, aunque “hay mucha gente, tal vez la mayoría, que lo toma como un día relacionado a la mujer sin asociarlo a la tarea tan importante de igualdad”. Si bien las organizaciones pro mujer parecen contar con un lugar de mayor visibilidad y el Día de la Mujer se extiende durante un mes con numerosas actividades de ocio y reflexión, se instala la duda de si sensibilizan a la sociedad en algún sentido. A Mariana Percovich le preocupan los cargos de dirección y de política. Declara que si bien ella ha sido una mujer que pudo acceder a ciertos cargos que le interesaban, es consciente de que se debe sacrificar mucho, como la casa y la familia: “Se está condenada a la decisión de postergar cosas que, en general, a los hombres se les da más naturalmente”. Considera que esta deuda que tiene el país se vincula a su historia cultural y concluye: “En el ámbito del teatro lo que hay más son actrices, recién ahora muchas diseñadoras, directoras todavía faltan, sobre todo en las generaciones más jóvenes”.

Muyala considera que si bien se ha avanzado mucho todavía falta mucho más, punto en el que coinciden tanto Percovich como Morán. Para la cantante: “El momento en que dejemos de celebrar el Día de la Mujer será porque hemos logrado ese equilibrio”. En el ámbito de la música no ha sentido hostilidad ni inferioridad de condiciones por el hecho de ser mujer. “De todas maneras -declara- al observar el panorama musical en general cuesta más el reconocimiento a la mujer. Por ejemplo -creo estar en lo cierto-, el premio a la trayectoria de la música uruguaya aún no se le ha otorgado a ninguna mujer. Y eso habla por sí solo”, concluye.

Boquitas pintadas

A principios de siglo XX la poeta uruguaya Delmira Agustini inició una reivindicación del papel de la mujer en nuestra sociedad, sobre todo vinculado al cuerpo femenino a prejuicios y tabúes sexuales. A partir de su trabajo puede encontrarse en casi todas las escritoras uruguayas una tendencia definida de preocupaciones feministas y sociales. En los 80 surgen nuevas generaciones de mujeres que plantean otro tipo de desafíos al orden cultural y político vigente, así como sucesos propios de la mujer como el embarazo y la menstruación junto a una explicitación de la sexualidad, e incluso el punk, como ejemplifica la poesía de Lalo Barrubia: “Ella es la negra del pantalón de cuero. / Abre su caja de vino y se enchufa al cable. / Los niños la patean. / El amor la patea. / Ella patea al aire, / pisotea el pucho, / se rasca los sobacos. / Ella sabe lo que tiene que hacer. / Pero no lo hace” (Tabaco). El libro 22 mujeres. 21 cuentistas y una prologuista (2012), de Irrupciones Grupo Editor, reúne trabajos de autoras de generaciones y ejes temáticos heterogéneos. La docente y crítica Alicia Torres, encargada de prologarlo, reflexiona: “Eladio Linacero se queja de que en este país no se puede hacer nada […]: ‘Detrás de nosotros no hay nada. Un gaucho, dos gauchos, treinta y tres gauchos’. Es hora de preguntarnos: ¿Y las chinas?”. De este modo se reúne buena parte de la producción femenina actual bajo opciones, estilos y tendencias diversas. Hoy saldrá a la venta la segunda parte, con prólogo de Silvana Tanzi. La presentación será el viernes 15 a las 19.00 en la Biblioteca Nacional.