-Estuvieron en Brasil anteriormente. En una de esas visitas declaraste que ibas a escribir un libro sobre eso, ¿lo estás haciendo?

-Empecé a trabajar en un libro, pero no es sobre Brasil. Es sobre todo.

-¿Y qué es “todo”?

-Ah, cómo es crecer en Estados Unidos, viajar, tocar música... todo lo que se me ocurra meter ahí. El libro va a tener 30.000 páginas.

-¿Qué diferencias encontrás entre la Nueva York a la que llegaste a los 20 años y la de ahora?

-Ahora hay mucho menos crimen, pero se ha vuelto imposiblemente caro vivir aquí. En 1972 yo pagaba 38 dólares de alquiler por mes, y hoy en día una persona paga 2.800 dólares. Es una locura...

-¿Pensás que eso afectó la escena artística?

-Creo que esta generación está mucho más interesada en los autos y en hacer dinero. Especialmente en la escena de las artes visuales. Tengo una amiga que da clases de arte y dice que todo lo que le preguntan los alumnos es cómo hacer un montón de dinero y cómo llegar a una buena galería. No les interesa el arte, sólo el “¿cómo lo logro?, hago cualquier cosa para lograrlo”. Les podés decir que lo que tienen que hacer es sacar un montón de fotos de espaguetis y van a hacerlo si creen que eso los va a volver exitosos.

-¿No te cansa que te pregunten siempre por el CBGB y sobre cosas que ocurrieron hace casi 40 años?

-Claro...

-Entonces no hablemos de eso; ¿sigue estando el proyecto de un cuarto disco de Television?

-Sí, pero no trabajamos en eso constantemente, aunque estuvimos trabajándolo durante este año. Está medio listo.

-Hablando de tus letras, en una entrevista dijiste que tratabas de “focalizarte en algo para averiguar de qué diablos se trata”. ¿Hacés lo mismo cuando tocás la guitarra?

-Creo que eso es verdad. Conozco suficientemente la técnica, pero no trato de tocar para llegar a una conclusión, sino que trato de ir diciendo algo momento a momento.

-Es raro que hagas versiones, pero tocaste covers de Bob Dylan con The Million Dollar Bashers [supergrupo formado por Verlaine, John Medeski e integrantes de Sonic Youth y Wilco]. ¿Qué tan importante es la obra de Dylan para vos?

-Cuando era joven, a los 15 o 16, estaba muy interesado en sus discos de esa época -1967/1968-, pero también estaba interesado en los Rolling Stones, en los Yardbirds...

-Preguntaba más bien por su lado como letrista...

-Claro, a mí realmente no me gustan las canciones pop. He intentado escribir canciones pop, pero no es lo que hago.

-Siempre tuve curiosidad sobre la inspiración para tu tema solista “Stalingrad”...

-Ah, “Stalingrad” es de hecho el nombre de una estación de subte en París. Yo viví allí en una época y tomaba el tren en esa estación todo el tiempo, así que pensé que podía ser interesante darle ese nombre, porque así se llamaba la estación, pero al mismo tiempo yo estaba familiarizado con toda la historia de la guerra y la Batalla de Estalingrado.

-Ah, yo creía que era una metáfora en relación a la batalla...

-Sí, en cierta forma lo es, aunque la canción trate más bien sobre volver a casa desde la estación de tren. Pero también es sobre lo otro, es más sobre que la batalla se terminó que sobre la batalla en sí. Es sobre el miedo de haber estado atrapado en algo, pero también sobre haber sobrevivido a algo.

-Volviendo a la guitarra, solés mencionar mucho a guitarristas de blues, pero me cuesta escuchar blues en tu forma de tocar...

-Es que nunca escuché guitarristas de blues hasta que tuve 30 años. Supongo que puedo tocar un poco de blues, pero en realidad no sé qué haría. Los únicos discos de blues que me compré fue en los años 80, un par de discos de Howlin’ Wolf. Me gustaba lo que hacía; él solía cantarle las partes de guitarra a su guitarrista, y lo hacía tocar hasta que la guitarra tocaba exactamente lo que estaba cantando; entonces Howlin’ Wolf agarraba su guitarra y tocaba mientras cantaba lo que el otro estaba tocando. Estaba todo muy arreglado.

-Al contrario de los guitarristas de rock clásicos, que suelen ponerse como locos durante sus solos, vos parecés preferir esa intensidad de las estructuras bien arregladas. ¿Pensás que por eso sos un músico admirado sobre todo por otros músicos?

-Yo creo que lo que pasa con la mayoría de los guitarristas es que tocan muy rápido. Hay algunos que tienen estilo y buen gusto, como Jeff Beck o Hendrix, pero el resto sólo parece querer tocar muy rápido. Y es todo igual, como si escucharas siempre al mismo tipo, una y otra vez. Por eso cuando yo era joven no solía escuchar mucha música de guitarras, prefería escuchar jazz y a los saxos; toqué el saxo durante dos años (y el piano antes de eso). Me parece que muchos guitarristas aprenden a tocar escuchando discos y tocando con ellos, lo que no me parece una buena forma de aprender a tocar. Quiero decir, está todo bien con aprender algunos acordes, pero lo otro es sólo copiar los licks de otras personas, y lo que terminás tocando es una colección de licks, que es algo que no tiene nada que ver con la improvisación de verdad.

-Está claro que hay muchos guitarristas actuales que han escuchado tu trabajo. ¿Vos escuchás a guitarristas más jóvenes?

-No puedo decir que haya escuchado muchos guitarristas en los últimos 20 años. A mí me gusta escuchar cosas que nunca haya escuchado antes, y cuando escucho música de guitarras suena como algo que ya escuché. Los últimos meses me la pasé escuchando música china, especialmente un instrumento que se llama pipa, un instrumento antiguo que no es muy diferente de la guitarra acústica. Tipeá en Youtube “pipa” y vas a escuchar una música asombrosa.

-¿Qué podés decirme de los shows que vas a dar en el Río de la Plata?

-Vamos a tocar algunas de las canciones que todavía nos gustan de los viejos discos, pero también vamos a tocar algunas cosas nuevas. Y en los temas viejos siempre hay bastante improvisación para diferenciarlos de sí mismos. A veces tenemos un problema cuando tocamos en lugares en los que nunca tocamos; no sé cómo será Montevideo, pero la gente viene esperando escuchar punk. Nos pasó la primera vez que tocamos en Brasil; había fans y una buena auciencia, pero también había gente con el cerebro lavado con el asunto del CBGB y el punk rock. No somos muy punks, la verdad... Eso lo saben los periodistas, pero no siempre el público y los promotores, que pegan carteles en los que nos presentan como “punk rock de Nueva York”.

-¿Y cómo te cae ser considerado una suerte de “padrino del punk”?

-A mí no me interesa en lo más mínimo ese tipo de música. Toqué ese estilo en el 69 pero me cansé enseguida. Es algo divertido de hacer por un par de meses, pero para cuando formé una banda ya no me entusiasmaba para nada.

-Bueno, esperamos verte por acá dentro de unos días...

-Estamos muy entusiasmados con ir a Montevideo. Mirá, el bajista tiene una amiga que recientemente compró una casa allí. Tenía un apartamento en Nueva York y lo vendió por tanto dinero que puede vivir casi sin trabajar, y dice que esta ciudad es un gran lugar para vivir...