Aunque no lo parezca, Corea del Sur, Singapur, Finlandia, Suiza, Israel, Irlanda, Panamá y Uruguay tienen algo en común: su pequeñez geográfica. Pero no sólo eso. Además presentan resultados llamativamente buenos en áreas como promoción de inversiones, clima de negocios, modelo educativo, educación técnica, innovación y desarrollo, plataforma de servicios y centro de negocios. Estos elementos fueron destacados en el foro “Pequeños países, grandes oportunidades”, que contó con el apoyo del Ministerio de Economía y Finanzas, el instituto Uruguay XXI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), World Trade Center Montevideo, la Universidad Católica del Uruguay y las embajadas de Suiza, Finlandia e Israel en Uruguay.

El evento fue inaugurado por el vicepresidente de la República, Danilo Astori, quien calificó como “fundamental” el intercambio de experiencias entre “países pequeños pero con gran potencial”. Sostuvo hay tres “grandes conceptos” sobre los que enfocar la atención: una visión estratégica a largo plazo de proyección nacional, la apertura para desarrollar “ese potencial que trascienda fronteras” y la calidad de la producción.

La visión a futuro tiene que ver con reconocer las distitnas experiencias y asociarlas a la búsqueda de acuerdos y consensos “por encima de la alternancia de gobiernos”, explicó Astori. Aclaró que la apertura no debe entenderse como “exclusivamente” económica, comercial o financiera, sino como un concepto “global” que “descansa sobre valores superiores” tales como la defensa de la libertad, la democracia, el respeto a la soberanía de otros países y una apuesta al diálogo para la resolución pacífica de los conflictos.

Los países pequeños, por una cuestión de escala, no pueden competir a partir de cantidades, pero “sí pueden y deben hacerlo en el área de la calidad”, lo que, según Astori, depende de la promoción del conocimiento científico y tecnológico, y del desarrollo cultural desde una perspectiva nacional. Indicó que para ello resulta imprescindible estimular el esfuerzo creativo de los actores de la educación, lo que a su juicio genera “círculo virtuoso”, y destacó además que cada rama y etapa de la educación debe tener una rol “coherente” con el contenido del proyecto nacional. También hizo referencia a la necesidad de una evaluación “permanente y externa” a la educación. Insistió calificando como “fundamental” el logro de un “equilibrio” entre una conducción nacional del proceso educativo, las autonomías técnicas y la descentralización de la enseñanza.

Para el vicepresidente, la transmisión de conocimiento por vía de la docencia “es un fuerte impulso articulatorio” para la promoción del conocimiento científico y tecnológico. “Operar en red potencia los resultados, los múltiplica”, afirmó.

Por último, Astori resaltó la sinergia necesaria entre públicos y privados. Afirmó que “el sector público [...] tiene que abrir las oportunidades para el sector privado” y agregó que en el caso uruguayo el esfuerzo público debe estar focalizado en la promoción de parques tecnológicos y científicos, clústers de conocimiento, el desarrollo de un sistema tributario “lo más simple posible”, la protección de la propiedad intelectual y un marco regulatorio con adaptaciones de la legislación laboral.

En el caso de los países pequeños, dijo, “no hay lugar para el modelo de desarrollo estático y tradicional” que se basa en las ventajas comparativas congénitas de los países. Sostuvo que existe una idea generalizada de que “competir es vender a precios más baratos que [los de] los competidores, lo cual exige pagar menos salarios y, seguramente, tener un tipo de cambio real alto”, y aseguró que frente a este modelo se levanta otro, “moderno y dinámico”. Este último parte de la convicción de que las ventajas competitivas se crean a partir de políticas de Estado y “promueve recorrer el camino del conocimiento y la innovación, y llegar a la competitividad por esta vía”, concluyó.

El evento incluirá ponencias sobre las experiencias de Israel, Corea del Sur, Singapur, Irlanda, Finlandia, Suiza, Panamá y Uruguay en las áreas de educación, innovación, desarrollo y promoción de inversiones. En tanto, el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, presentará hoy, en la apertura de la segunda jornada, la experiencia uruguaya y su posicionamiento como plataforma global de servicios.