En vísperas del 1° de mayo y en una jornada de ocho horas, 30 varones y cuatro mujeres recibieron entrenamiento para construir una planta fotovoltaica de gran porte. El intercambio entre el experto alemán Peter Ruth y los profesionales, inversores y empresarios uruguayos fue estrictamente técnico, al menos en las primeras horas de la tarde, cuando el curso estaba en su apogeo.

Dice así

El llamado de Presidencia forma parte de una segunda fase tras la instalación de Asahi, la primera planta solar fotovoltaica conectada a la red eléctrica nacional en el predio de Salto Grande, que funciona en el marco de un proyecto piloto (ver la diaria del 01/04/13). Mediante un decreto del viernes 26 de abril, quedó abierta la convocatoria a interesados en invertir en energía fotovoltaica, que tendrán un plazo de cuatro meses para presentar sus propuestas.

El director nacional de Energía, Ramón Méndez, adelantó a la diaria que tiene dos modalidades. Por un lado, se recibirán proyectos para la construcción de una planta de gran porte de hasta 200 megavatios, con un precio de 91,50 dólares y la condición de que esté en funcionamiento a mediados de 2014. En segundo lugar, se establece una competencia en dos categorías para la instalación de dos plantas más pequeñas: una de hasta un megavatio y otra de hasta cinco. Los que presenten el mejor proyecto con el mejor precio obtendrán un contrato por 25 años.

Se discutieron las ventajas y desventajas de acuerdo a la orientación de los módulos fotovoltaicos: cómo debe ser su configuración (horizontal o vertical) para lograr la mejor ecuación rentabilidad-potencia según la superficie donde estén instalados, la importancia de las inspecciones periódicas y durante la puesta en funcionamiento, cómo hacer las instalaciones eléctricas.

Ruth no tiene experiencia en producción de módulos ni es fabricante de inversores, pero conoce el proceso de construcción y puesta en funcionamiento de plantas fotovoltaicas tras gerenciar 12 proyectos en Alemania, España y República Checa en los últimos ocho años. Tiene una visión amplia de la organización de los procesos, la logística, el control de presupuesto, la coordinación y selección de subcontratistas y la supervisión in situ.

El objetivo de una planta fotovoltaica es transformar la energía solar en electricidad. Durante la capacitación, Ruth mostró fotos de parques solares de diseños variados y también la instalación de placas en diversos lugares: los techos de los estacionamientos, los edificios y hasta encima de un basural. En Alemania, 6% del consumo de energía está cubierto con fotovoltaica y el objetivo es alcanzar el 10%. “Pero creo que jamás ocurrirá que un país se abastezca enteramente de fotovoltaica. Siempre será una mezcla con hidroeléctrica, biomasa, eólica”, señaló Ruth a la diaria durante el último intervalo antes de la finalización del curso.

La fotovoltaica, según el ingeniero alemán, tiene bondades que otras energías renovables no poseen. Una de las más significativas, indicó, es que es necesario una “inversión principal” para la instalación de la planta y luego no hace falta comprar gas, carbón u otro combustible. “Una vez instalada, funciona con poco mantenimiento hasta 35 años. La eólica, por ejemplo, no funciona por tanto tiempo y la ganancia de electricidad por año y la potencia no son tan previsibles como la fotovoltaica”, precisó.

A su vez, tiene previsibilidad en los costos. “Sé cómo van a ser los precios. Tengo una inversión, luego de unos años está paga y a partir de ese punto es gratuito. Si instalo una planta de carbón, gas o petróleo, no sé si los precios del petróleo en diez años son el doble o en 15, el triple. Ésa es otra ventaja: no dependemos del extranjero. Si tenemos una planta, no dependemos de ningún extranjero porque la fuente de energía es el sol”, sostuvo.

Chile y Uruguay son los países de América Latina que tienen las mejores condiciones naturales para la generación de energía de origen fotovoltaico, comparables con las del sur de Italia. “La diferencia es que en el desierto de Atacama, en Chile, siempre hay sol. En Uruguay la situación es similar a la de Europa, donde a veces tenemos presencia de nubes, lluvia o poco sol. Pero no se puede olvidar que en Atacama la temperatura es más alta y hace que la eficiencia de los módulos baje un poco. En Uruguay, y más en Chile, entre 50% o 70% de la energía se puede generar con fotovoltaica en 20 o 30 años”, comparó.

En números, calculó que en las mejores superficies chilenas tienen un rendimiento anual de 2.500 kilowatts por hora y por metro cuadrado, mientras que en las zonas más aptas de Uruguay es posible alcanzar los 1.800 o 1.900. “No conozco en detalle Uruguay, pero lo veo bien. Hay que ver, en función de su tamaño, dónde están los espacios para hacer plantas”, señaló.

Todo parece indicar que Ruth volverá a fin de año para reiterar el curso, porque las demandas para participar superaron los cupos.