-¿Cree que hay más espacio para utilizar los instrumentos impositivos con miras a redistribuir la riqueza?

-El objetivo lo compartimos todos, no creo que algún sector del Frente Amplio [FA] no lo haga. Me parece que lo que habrá que discutir es el instrumento, y eso se hará cuando vuelvan de la gira el presidente y el ministro. Además, teniendo en cuenta lo que sucedió con el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales [ICIR], queda claro que no es un tema para nada sencillo.

-El vicepresidente Danilo Astori dijo que a la política monetaria “hay que darle tiempo” y negó que sea poco eficiente. ¿Comparte esa visión? ¿Qué haría para frenar la suba de precios?

-Sí, la comparto, aunque creo que la política monetaria es un resorte propio del Banco Central [del Uruguay, BCU]. En cuanto al problema de la inflación, hay que ver que estamos en una situación de inflación importada. Esto, por un lado, es beneficioso, porque tenemos buenos precios internacionales y eso ayuda al desarrollo agropecuario; pero, como contrapartida, los precios internos se despegan de las capacidades adquisitivas de la población. El mecanismo de formación de precios es complejo, y resulta difícil hacer una apreciación genérica. Hay que ir a hablar con los sectores que forman los precios, que son los que inciden más. Tengo la sensación de que es difícil que exista una medida que ataque la generalidad de los casos. En su momento el ministro hizo un acuerdo para que no se modificaran los precios, y a mí me pareció una muy buena solución. Me queda la duda de por qué se hizo por un período de pocos meses, en lugar de que durara un año, por ejemplo. Es algo que podemos llamar heterodoxo en la economía, y a mí eso me encanta. Además, el tema de la inflación es muy importante, pero no hay que verlo descolgado de la actividad económica. No creo que sea el principal problema que tenemos hoy en el país. Coyunturalmente, el tema del dólar hoy en día tiene una importancia mayor.

-¿Considera necesario frenar la caída del tipo de cambio?

-Sí, no tengo dudas. Entiendo que es un tema coyuntural, pero pone al país en una situación difícil.

-De cara a la Rendición de Cuentas y considerando el nivel de déficit fiscal, ¿cree que hay que respetar el espacio fiscal definido por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), o se puede ir un poco más allá?

-El espacio fiscal es una muy buena base de discusión, pero las definiciones son esencialmente políticas. Las cuentas que hace el MEF están perfectamente hechas, pero es la fuerza política la que determinará qué hacer, por intermedio de sus diputados y senadores, según los distintos pedidos y las demandas que hagan los actores del país. Me encuentro en el grupo de “los preocupados por el déficit”, pero en el entendido de que es un problema coyuntural. Por otro lado, pienso que este equipo económico hace dos años o más que timonea una situación positiva para Uruguay en medio de una crisis mundial; me parece bueno arrancar confiando en los criterios que se han utilizado.

-¿Qué opinión le merece el reclamo del PIT-CNT de elevar la pauta salarial por encima del 5% para las próximas rondas salariales?

-Los sindicatos siempre van a querer ir a más. Creo que la realidad nos ha demostrado que se puede; hay controversias en cada caso particular, pero el número final demuestra que el salario real ha aumentado.

-¿No le preocupa que tenga alguna incidencia en la inflación?

-Me preocupa, sobre todo, que dañe a los sectores de menores recursos. Lo óptimo es que la inflación sea de 0%; ésa es la mejor manera de preservar los salarios de los trabajadores. El problema que tenemos es, de nuevo, cuáles son los factores determinantes de la inflación, y no tengo claro que los salarios sean un factor importante en la inflación.

-¿En la primera conversación que mantuvo con el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, acordaron una división de temas similar a la que estaba planteada con el anterior subsecretario Luis Porto?

-Lo que me dice Fernando es que el cargo de subsecretario no tiene definidas las funciones. Hay decisiones puntuales en relación a que se integre a determinadas comisiones. En el caso del puerto de aguas profundas, hay una comisión integrada por subsecretarios, entonces voy a ésa. Que yo venga del puerto es una mera casualidad. El ministro me comentó que hay dos comisiones más: una que tiene que ver con el lavado de activos y otra relacionada con las adicciones. A excepción de eso, quedamos en que hacemos un trabajo en equipo, como corresponde.

-El Partido Socialista (PS) cuestionó que usted no hubiera consultado antes de aceptar la propuesta que le hizo Mujica. ¿Considera que debió haberlo hecho?

-Tuve una conversación con Yerú [Pardiñas, secretario general del PS]. Le aclaré que lo único que sabía era que iba a hablar con el presidente en algún momento. Me parece ilógico que yo, sin hablar con el presidente, diga que voy a ser algo sin saber qué me va a plantear. Con el diario del lunes parece todo claro, pero yo en ese momento no tenía por qué suponer nada. Inmediatamente de que Pepe confirmó mi designación, llamé al secretario político de Montevideo y al secretario del partido.

-¿Por qué algunos dirigentes socialistas reaccionaron con tanto malestar ante su designación?

-El compañero Yerú, que representa al partido, me aclaró que no era nada personal y me aseguró que me iban a apoyar. En el tema de la prensa [se refiere a las afirmaciones de la diputada Daisy Tourné en un correo electrónico], me parece que se acentúan énfasis que distorsionan la discusión y no hacen al centro. Y lo que escribe la gente... Pueden ir al PS y preguntar si hay algún reparo. Yo aseguro que no. También aclaré que todos acá estamos contestes en que los cargos los nombra el presidente. En cuanto a la modalidad, no tengo idea de por qué hace las cosas así. Pero quien resuelve quiénes son los jerarcas de gobierno es el presidente.

-El titular del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Daniel Olesker, ha dicho que el modelo actual, caracterizado por la primarización, tiende a agotarse. ¿Coincide en que es necesario explorar otros caminos?

-Alguna charla tuve con Daniel, esporádica, y entiendo que lo que él dice es que tenemos un núcleo duro de pobreza que no vamos a revertir con las situaciones clásicas. Para atacar este problema hay que recurrir a otros mecanismos. No sirve el Mides en general, no sirve la política económica en general, porque se trata de casos mucho más puntuales que hay que atacar en concreto. El Estado debería actuar en forma mucho más ordenada. Como soy medio vecino, una idea de lo que es Casavalle y el Marconi tengo, lo he visto toda la vida, y entiendo que lo que se plantea es verdad. Hay que ir y ver lo que son las viviendas de Casavalle y el Borro.

-¿Debería apuntarse a lograr cambios en la matriz productiva?

-Se debe apuntar a introducir mayor valor agregado para que se organicen esas llamadas “cadenas de valor”. Hay un caso que conozco un poco más que otros, por haber trabajado en el puerto, y es el clúster naval. Hemos ido a los tumbos en este tema. Las construcciones navales no son temas sencillos, son inversiones millonarias. Si el espíritu del presidente es decir que organicemos una cadena uruguaya para participar en el desarrollo de Brasil, Uruguay tiene que dotarse de elementos mínimos para relacionarse con los brasileños. Yo entiendo que esa dificultad no ha permitido que cuajara el clúster naval. Se han hecho barcazas en Uruguay, se está armando lentamente una cadena, pero veo que al Estado le falta integrarse más a eso. Está difícil que el privado se pueda integrar en esas cadenas. Hay un dique del Estado, pero el tema es que está en manos del Ministerio de Defensa Nacional. Pero el dique para construir existe y es del Estado.