Christine Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), será interrogada mañana en Francia por la Corte de Justicia, en virtud del llamado escándalo Tapie. La fiscalía acusa a la ex ministra de Economía de Nicolas Sarkozy de “complicidad en falsedad de documento público y malversación de fondos públicos”.

La comparecencia de Lagarde será en calidad de imputada, por su papel en el proceso de arbitraje que desembocó en julio de 2008 en el pago de 403 millones de euros al empresario Bernard Tapie. Este último fue a la vez diputado y presidente del equipo de fútbol Olympique de Marsella y resultó en 1993 condenado por sobornar jugadores de un equipo rival.

El caso que involucra a Lagarde deviene del enfrentamiento del empresario con el banco Crédit Lyonnais, por las operaciones financieras para comprar la compañía Adidas. Se acusa a Lagarde de no recurrir judicialmente el fallo del pago a Tapie, que según sus asesores, este último tenía muy pocas posibilidades de ganar. Añade que la ministra desoyó la opinión de la administración, que le advirtió del “enorme riesgo” que suponía optar por el arbitraje (en lugar de un litigio), ya que la composición del órgano mediador estaba integrada por “árbitros que mantenían lazos con Tapie”.

Lagarde, que tenía la potestad de recusar a los jueces, no lo hizo, recuerda la fiscalía. En su momento Lagarde arguyó “razones de ahorro” para elegir el arbitraje frente al pleito, pero según la fiscalía “los honorarios pagados a los consejeros nombrados para defender el arbitraje equivalían a los que hubieran representado varios años de proceso judicial”. El documento de la fiscalía concluye: “Del conjunto de esas decisiones sistemáticamente desfavorables a los intereses […] del Estado, resultan indicios graves y concordantes que hacen presumir que, bajo la apariencia de regularidad de un proceso de arbitraje, se disimuló en realidad una acción concertada para entregar a los esposos Tapie […] las sumas que hasta ese momento no habían podido obtener” de la Justicia.

La posible imputación de Lagarde abre una serie de interrogantes sobre su futuro y pone en duda su continuidad al frente del FMI. Sin embargo, los diarios Le Canard Enchaîné y Le Monde afirman que el presidente François Hollande garantizó a Lagarde que su gobierno no pedirá que abandone la dirección del organismo.