El Instituto Nacional de Logística (Inalog) celebró ayer su segunda conferencia del año y según su presidenta, Beatriz Tabacco, las jornadas se realizan para crear una “imagen colectiva” de lo que “es y representa el sector” para el desarrollo económico del país. Para esto, el instituto convocó a tres expertos para que intercambiaran ideas con los empresarios, también presentes en la conferencia. Bruno Gili, socio de la consultora CPA-Ferrere, cuantificó las actividades del sector, indicando que representan 5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y destacó que se trata de un sistema “eficiente” porque provoca derrames hacia el resto de la economía. A su vez, Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte, señaló que en los últimos 15 años la actividad portuaria ha crecido más rápidamente que el comercio exterior, el PIB uruguayo y el regional. Entre 1997 y 2012, según dijo, la actividad en el puerto de Montevideo creció 7,7% y en el de Nueva Palmira 10,3%.

Otro de los invitados, Carlos Sténeri, consultor nacional e internacional, resaltó la importancia de los “fundamentos macroeconómicos” del sector, que “explican el ciclo acutal”, y destacó la “calidad” que se necesita establecer en los aspectos microeconómicos, como contratos y regulaciones específicas, ya que éstos son los que le “dan impulso y sostenibilidad temporal” al sector.

Hablando de Polo

Ayer comenzaron los trabajos de acondicionamiento vial en el acceso al polo logístico Punta de Sayago. El proyecto vial, que se estima en 4,3 kilómetros, se concretará mediante un convenio entre la Intendencia de Montevideo, la Administración Nacional de Puertos y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, con el objetivo de “facilitar el desarrollo de este polo de actividades económicas”.

A partir de esto, Gili enumeró seis variables que explican la dinámica del sector. En primer lugar, mencionó la ubicación geográfica de los puertos como una variable clave, y mencionó que pese a la fuerte competencia que representan San Pablo y Buenos Aires, los puertos nacionales tienen una localización estratégica respecto del Mercosur, lo que permitiría a Uruguay posicionarse como abastecedor de la “periferia interna”.

Para Gili, la ventaja más “fuerte” es el marco legal existente y la seguridad jurídica, y mencionó como ejemplo las leyes de zonas francas, puertos libres y de promoción y protección de las inversiones. Además, señaló como un aspecto favorable la consolidación de la institucionalidad del sector, que “apuntala a una vocación”. Dijo además que la infraestructura portuaria de Uruguay es superior a la de Argentina y a la de Brasil, lo que se concreta en más competitividad, medida tanto en tiempo de tránsito como en costos y know-how acumulado.

No obstante estos puntos positivos, Gili resaltó que Uruguay enfrenta un problema en lo que refiere al seguimiento y localización de la mercadería en tránsito, ya que, a pesar de la “favorable evolución”, aún permanece rezagado en este aspecto. También hizo hincapié en la insuficiencia de la inversión en infraestructura ferroviaria.

“Problemas lindos”

Algo en que las tres presentaciones hicieron hincapié fue cuáles son los aspectos que requieren ser definidos para desarrollar el sector. Estos “problemas lindos” según los calificó Gili, comienzan por la necesidad de definir al país como puerto “de salida” o “de entrada”, y opinó que la primera opción es más conveniente, ya que “contamos con mejores probabilidades”.

Además, destacó la necesidad de discutir la “gobernanza” del proceso de inversiones, y dijo que, a su juicio, “existen contradicciones” entre las inversiones en el puerto de aguas profundas y otros puertos, y sus impactos sobre el plan de inversiones en transporte terrestre.

Rosselli entiende que sería necesaria una “optimización del uso y acceso” al recinto portuario, y sugirió incluir nuevas playas de acopio para contenedores vacíos y áreas de espera de camiones fuera del recinto. Propuso además construir nuevos muelles y ahondar en la profundidad de algunos ya existentes. Asimismo, considera importante “especializar” las terminales para un mejor uso del espacio, y promover la inversión en equipamiento. Para el socio de Deloitte es preciso “acelerar el proceso de inversión cuando todavía el costo de capital es relativamente bajo”. En este aspecto, Sténeri resaltó lo favorable que resulta la simbiosis de las asociaciones público-privadas.

En cuanto al puerto de Nueva Palmira, Rosselli opinó que con Argentina “no existen soluciones fáciles”, y propuso simplemente señalar la disposición del país a avanzar con estos proyectos y a cumplir las instancias internacionales que correspondan. “Argentina no tiene razones para oponerse”, afirmó.

A modo de conclusión, Rosselli indicó que si bien Uruguay es un jugador “relativamente pequeño” en la región, viene consolidando un peso creciente. Hoy en día, el puerto de Montevideo representa 4% del tránsito de la región, y el de Nueva Palmira 1%. Y si bien una de las principales limitaciones del país es no formar parte de las “principales rutas de comercio”, Gili recalcó que éstas “han cambiado”, y dijo que en los próximos 15 años se espera que el comercio sur-sur crezca.