Se ha dicho muchas veces que si los Sonic Youth fueron los Beatles del rock independiente estadounidense, Lee Ranaldo era su George Harrison, es decir, el integrante de bajo perfil, ocasionalmente opacado por la voluptuosidad carismática del matrimonio formado por Thurston Moore y Kim Gordon. Pero a la disolución de dicho matrimonio la sucedió la separación (¿temporal?) de la banda al culminar la gira que los trajo a Montevideo en 2011, permitiendo a Ranaldo emerger en plan solista y presentarse -mediante el disco Between the Times and the Tides (2012)- como un songwriter, por momentos clásico, sereno y reflexivo, y por otros un rockero salvaje, poseído por el demonio de la electricidad y las libertades del jazz de vanguardia. A punto de terminar su segundo disco de canciones (tiene varias obras instrumentales anteriores), Ranaldo vuelve a tocar en Montevideo el lunes (en La Trastienda) con The Dust, una banda de lujo, que cuenta también con el bajista Tim Luntzel, el multiinstrumentista Alan Licht y su compañero de Sonic Youth, el baterista Steve Shelley.

-Hace sólo dos años que tocaste por primera vez en Montevideo con Sonic Youth, y ya estás de vuelta. ¿Qué recordás de ese show? Era un momento difícil para la banda, o eso parecía…

-Recuerdo estar muy entusiasmado de estar en ese país, un lugar que nunca había pisado. Realmente disfruté mucho del show y la ciudad. Sí, era una época difícil para la banda, pero todavía teníamos tiempo para conquistar un nuevo lugar por primera vez, y eso era estimulante. Tengo muchas ganas de volver para echar una segunda mirada.

-¿En aquel momento ya estabas trabajando en las canciones de Between the Times and the Tides?

-Sí, estaban casi completamente grabadas y terminadas cuando Sonic Youth vino a Uruguay. Mirá, las canciones fueron hechas durante un período en el que Sonic Youth no estaba trabajando mucho, y mucho tiempo antes de que todos los problemas de Thurston y Kim salieran a la luz. Hice el disco durante un tiempo poco activo de la banda, pero no después de que la banda se diera cuenta de que íbamos a parar por un tiempo. Creo que puedo decir que estoy contento de que haya sucedido así.

-En el disco trabajaste con Nels Cline (guitarrista de Wilco). Ambos son guitarristas muy reconocidos, pero -en mi opinión- de estilos completamente distintos. ¿Cómo fue tocar con él?

-Nels y yo somos amigos desde hace más de 30 años. Trabajamos juntos en el pasado, particularmente cuando él tocó para mí en la banda de sonido que hice para la película de Todd Haynes I’m Not There (2007). Cuando empecé a trabajar en mi disco, me di cuenta de que algunas cosas de aquel proyecto se me habían quedado pegadas. Quería escuchar arreglos de guitarras de Nels en algunas de mis canciones y también los teclados de John Medeski. John también toca en mi nuevo disco, pero Nels no, porque a esta altura Alan (Licht) y yo podemos hacernos cargo de todas las guitarras.

-Seguís tocando con Steve (Shelley, baterista de Sonic Youth), lo cual es comprensible teniendo en cuenta cómo toca, pero ¿no estuviste tentado, ya que era tu primer disco solista de canciones, de trabajar con un baterista con un sonido distinto?

-Es que no planeé armar una banda, ni siquiera hacer un disco eléctrico. Pensé que iba a hacer un disco simple, para guitarra acústica y voz. Cuando se vio que se estaba moviendo hacia un disco de banda, fue lo más natural pedirle a Steve que tocara en algunos temas. Él ya estaba dando vueltas por el estudio, y tenemos una relación de trabajo muy buena y compatible, que viene de 30 años atrás. Y me encanta cómo toca la batería.

-Siempre pensé que tus canciones en Sonic Youth eran las más emocionales y románticas, y todo tu nuevo disco parece ir en esa dirección. ¿Tenés en el fondo un corazón pop?

-¡Definitivamente…!

-El tema “Shouts” me hizo pensar en las revueltas de Occupy Wall Street, y algo que me sorprende es que se han hecho muy pocas canciones relacionadas con eso…

-Sí, tal vez eso es cierto, pero tampoco había muchas canciones escritas sobre la vieja Wall Street. Yo vivo cerca del parque Zucotti [epicentro de las protestas] y estuve pasando bastante tiempo allí, llevando a mis hijos para que vieran la democracia en acción, ese tipo de cosas. Realmente me inspiró lo que vi y escuché, y por las marchas que subían y bajaban por Broadway todos los días. Eso entró por la puerta trasera cuando escribí esa canción, porque en verdad lo que me había motivado era una foto que vi en internet y que no tenía nada que ver con el movimiento Occupy. Pero esa foto fue lo que me inspiró, y la canción es el resultado. Me gusta mucho esa canción.

-Algunos de tus temas -“Hey Joni”, “Wish Fulfilment”, “Mote”…- son de los más conocidos del repertorio de Sonic Youth, pero siempre había menos canciones tuyas en los discos de la banda que de Thurston o de Kim. ¿Estabas limitado a uno o dos temas o es simplemente que sos menos prolífico?

-Un poco de ambas cosas. Pero Sonic Youth era principalmente un foro para el canto de Thurston y de Kim, y generalmente yo estaba contento con meter una o dos canciones por disco. Es una cosa reciente que yo tenga todo un cuerpo entero de canciones, y aquella situación hoy sería imposible.

-Hablando de eso; vi una grabación reciente tuya en YouTube, tocando “Genetic” (cara B del simple del tema “100%”). Siempre me pareció uno de tus mejores temas. ¿Cómo es posible que no haya entrado en un disco tan extenso como Dirty (1992)?

-Es difícil decirlo… Me gusta mucho esa canción, y estuve bastante desilusionado cuando no fue incluida en Dirty. Pero en ese momento ya había demasiadas canciones para el disco y, de alguna forma, la mía fue la que se quedó afuera. ¿Tal vez les pareció menos importante? No sé. ¿Demasiado pop...? No sé. Pero es una que hemos estado tocando recientemente, tan sólo porque es divertido tocar canciones oscuras que Sonic Youth nunca tocó mucho. Creo que Sonic la tocó a desgano una vez, después que salió Dirty, y ahí se terminó todo.

-Leí que usaste toda una gama de nuevas afinaciones para este disco. ¿Cuántas guitarras tenés que llevar contigo para ir de gira?

-Sí, son un montón de afinaciones. Estoy viajando con cinco o seis guitarras. Parece que no puedo evitar traerme muchas guitarras cuando me voy de gira…

-Hubo un tiempo en el que vos (y Thurston, y Kim) no sólo estaban a la vanguardia del rock mundial, sino que a la vez estaban permanentemente haciendo conocer nuevas bandas y nuevos artistas. ¿Te siguen interesando las nuevas bandas? ¿Hay algo que creas que va a ser un nuevo fenómeno?

-No tengo ni idea de qué puede llegar a ser un nuevo fenómeno, pero sé que siempre estoy escuchando nueva música interesante. Siempre hay algo que encontrar, si buscás con ganas.

-Una pregunta clásica: ¿quiénes son tus guitarristas favoritos?

-Ah… ¡Demasiados como para nombrarlos a todos! Tom Verlaine, Jerry García, Joni Mitchell, Carrie Brownstein, D Boon, John Fahey, Leo Kottke, Kaki Kang, Arto Lindsay, y la lista sigue y sigue...

-Con todos los clubs de rock clásicos cerrando -desde el CBGB al Maxwell’s- y muchos artistas forzados a emigrar a causa del precio de los alquileres… ¿Sigue siendo Nueva York la escena creativa que conociste cuando empezaste a tocar? ¿Hay una nueva generación similar de artistas neoyorquinos o la ciudad perdió su rol de epicentro de las vanguardias culturales estadounidenses?

-Nueva York siempre va a ser una capital cultural, al frente de muchas disciplinas distintas. La gente siempre está emigrando a Nueva York para dejar su marca y para sumar a la cultura del mundo y de la ciudad. Es algo natural para Nueva York ser una cuna de experimentación y de empresas creativas. Los movimientos vienen y se van, pero Nueva York va a permanecer como un lugar esencial para la gente creativa.