Luego de las caídas registradas en mayo y junio, la confianza de los consumidores recuperó su nivel en julio, de acuerdo a las estimaciones realizadas por el Programa de Opinión Pública y Confianza Económica (POPCE) de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).

La UCU elabora mensualmente el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) en base a seis preguntas orientadas en tres dimensiones (o subíndices): confianza en la situación económica del país, en la personal y la predisposición a la compra de bienes durables, todas consideradas en horizontes de corto, mediano y largo plazo.

En julio el ICC aumentó 6,4%, revirtiendo la caída de meses previos; a diferencia de estos meses anteriores se observa además que la recuperación se dio en todas las dimensiones o subíndices. La predisposición a la compra de bienes durables lideró la recuperación del mes con un aumento de 12,3%, sobre todo debido a la mayor intención de comprar electrodomésticos, casas y autos declarada en la encuesta. De esta manera, se recuperaron los niveles observados en abril, previo al incremento del tipo de cambio. “Por tanto, cabría esperar que si el valor del dólar se estabiliza, en lo que respecta a la influencia de esta variable no induciría a una menor demanda de electrodomésticos, casas y autos que la que se observaba el año pasado” refleja el documento. “Sí habría que monitorear sin embargo, que la confianza en el plano económico nacional y personal sigue permaneciendo debajo de la de un año atrás, lo que sí podría afectar las ventas, en la medida que no se termine de recuperar”, recomienda.

Le sigue en incidencia el aumento de la confianza en la situación económica del país, que si bien está por debajo de la de un año atrás, se recuperó 5,3%, impulsada particularmente por la confianza a tres años. El indicador a tres años “retorna casi al nivel de abril de 2012”. Para la UCU, la variable que explicarían esta recuperación es el dólar, ya que su “fortalecimiento, (…) daría cuenta de una recuperación de la economía norteamericana”. A esto se le suma que “los temores de crisis económico-políticas en la Unión Europea también se estarían disipando”. “Pese a que diferentes agentes coinciden, y todo indica que la economía nacional se enlentece, las perspectivas a tres años en la actualidad se estarían tornando más optimistas de lo que se percibían un año atrás”, destaca el informe.

Por último, la confianza en la situación económica personal creció 2,9%, y según la UCU “posiblemente estaría reflejando el efecto estacional de los aguinaldos”.

Cabe resaltar que, pese a la mejora de todos los subíndices y sus respectivas aperturas, en el promedio de lo que transcurre del año se encuentran por debajo del promedio de enero-julio del año pasado. Asimismo, otros indicadores de confianza económica que la UCU elabora para seguir el ICC, acompañan la recuperación de la confianza de los consumidores. Por un lado, las expectativas de inflación permanecen relativamente estables, con una caída de 1,1%, lo que “sería consistente con la desaceleración del precio de algunos alimentos y en el marco de un tipo de cambio que en el promedio del mes creció sólo 1,8%”. En este contexto, las expectativas de inflación “continúan ajustando a la baja, acercándose a un nivel neutral”. Por otro, luego de dos meses en que las expectativas de desempleo habían aumentado, en el mes de julio presentan una mejora (caen 3,8%), aunque esto aún no lograría compensar los aumentos de los meses previos. Asimismo, la preferencia a depositar en moneda nacional y en el país, presentó en julio un aumento de 1,4% y 2,4%, respectivamente. Las expectativas de ingresos de las familias también aumentaron 3% en julio, mientras que la capacidad a ahorrar se mantuvo en 0%.