La confianza de los consumidores revirtió la importante mejora que había tenido en julio, de acuerdo a las estimaciones realizadas por el Programa de Opinión Pública y Confianza Económica de la Universidad Católica del Uruguay (UCU). El valor del Índice de Confianza del Consumidor cayó en agosto 9,8% respecto de julio y se situó 4,1% por debajo del nivel de junio. Además, se encuentra en el nivel más bajo desde marzo de 2009, lo que según el informe mostraría que se está en un momento de relativo bajo nivel de optimismo de los consumidores.

La UCU elabora cada mes este índice a partir de seis preguntas realizadas a una muestra aleatoria de personas, que están orientadas a cubrir tres dimensiones o subíndices. Estas dimensiones son la confianza en la situación económica del país, la que tienen los encuestados en su propia situación personal y la predisposición a la compra de bienes durables. En todos los casos las preguntas incluyen horizontes de corto, mediano y largo plazo.

La contracción de agosto responde a la caída simultánea de las tres dimensiones o subíndices, aunque la que más cayó fue la predisposición a comprar bienes durables. Entre julio y agosto la predisposición de los consultados a comprar bienes de este tipo disminuyó 18,4%, sobre todo por la caída en la perspectiva a comprar casas y automóviles, que llegó a 21,4%. Según el informe, esta fuerte reducción recoge, por un lado, el menor optimismo de los consumidores en la economía y su propia situación personal, que afectaría la capacidad de gasto en general; por otro, el efecto del aumento del tipo de cambio -que encarece los bienes importados- sobre la predisposición a la compra de estos bienes en particular.

Por otro lado, caen en una magnitud similar tanto la percepción de los demandantes sobre las condiciones económicas del país como a nivel personal. Entre los índices que componen los últimos dos, el que registró mayor variación en el mes fue el que mide las expectativas sobre la situación económica del país a tres años (que cayó 9,6% en el mes), aunque en relación a lo que ocurría un año atrás se mantiene “estable” (0,4% por encima).

Con la variación de agosto, la confianza del consumidor queda 3,6% por debajo del registro de igual mes del año pasado, a la vez que el promedio de los primeros ocho meses del año resulta 2,6% menor al acumulado de enero a agosto de 2012. La diferencia entre la magnitud de la variación mensual y anual se explica “básicamente porque [...] la variación de los primeros ocho meses del año se compara con un período de bajo optimismo dentro de 2012”. Entre setiembre y diciembre del año pasado, la confianza del consumidor se recuperó en relación a los ocho meses iniciales, por lo que la UCU entiende que es probable que en los meses siguientes la caída del acumulado del año se haga más pronunciada.

Todo lo demás también

Luego de que en julio mejoraron las expectativas de los consumidores sobre otras variables como inflación, desempleo, ingresos y ahorro, que acompañan las preguntas sobre confianza en la economía, en agosto las previsiones de los consumidores sobre esas variables macro revirtieron esa mejora y quedaron en peor situación que la que regía previo al aumento del mes pasado. En particular, en un marco en el que el tipo de cambio continuó aumentando durante agosto y superó los 22 pesos, y en el que los precios de la canasta de consumo mostraron el mayor aumento desde enero, las expectativas de inflación para el próximo año son las que presentan mayor deterioro.

De forma consistente con la caída de las expectativas para la situación económica del país, aumenta también el desempleo esperado para los próximos 12 meses (6,3%). En este escenario caen 3,3% las expectativas de ingresos de la familia esperados para el mismo período, y sitúan el indicador 4,4% inferior a un año atrás.

Por otro lado, el indicador que mide la preferencia por depositar en el país permanece en valores altamente optimistas, pese a experimentar una caída de 3,1%, ya que el mes pasado había llegado a su máximo histórico. Aun así, se deteriora la preferencia a depositar en moneda nacional (2,9%).

En el marco de una caída de la percepción de la situación económica personal actual respecto de un año atrás, y dada la inflación relativamente mayor registrada en el mes, la capacidad de ahorro de las familias también presenta una caída, de 3%.