“Juntémonos miles de espíritus inquietos / y mentes que no se cansan de querer hacerlos ver / que en esto de vivir hay tradiciones naturales / pero posibilidades nuevas siempre va a haber”. Así comenzó la canción que abrió el sexto encuentro Arte y Juventud 2013 en la ciudad de Mercedes, Soriano. Rock, la presentación que continuó a los discursos inaugurales tuvo rock. Abajo del escenario varios jóvenes vibraban y saltaban entre acordes, otros miraban atentos o aplaudían, y atrás del escenario, a continuación de la escalerita por donde habían bajado unos minutos antes, se estrechaban las manos, luego de la oratoria, las autoridades presentes: el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, el intendente interino del departamento, Agustín Bascou, el director del Instituto Nacional de la Juventud (Inju), Matías Rodríguez, y el director departamental del Ministerio de Desarrollo Social, Federico Sanzberro. La fiesta comenzaba.

Se trata de un evento organizado por las instituciones mencionadas y con el apoyo y la logística de la intendencia local. El primero de estos encuentros fue hace seis años, en el balneario Las Cañas de Fray Bentos, y un mes después continuó en Santa Teresa, Rocha. En esa instancia se decidió dividir geográficamente el país en dos. Después se hizo en Maldonado, Artigas, Paso de los Toros y Salto; esta vez la marea de futuros artistas en movimiento copó Soriano. Y coparon mismo: aproximadamente 1.300 jóvenes de todas las esquinas del país arribaron con más de 140 propuestas que cubrieron todas las áreas del arte y atravesaron de este a oeste la rambla costanera mercedaria, desde el viernes de mañana y durante todo el fin de semana.

Joviales, entusiastas, soñadores, comprometidos. La gurisada dispuso y quiso que las propuestas planteadas para estimularlos fueran una realidad. Cumplieron los objetivos a la perfección. Con danza, música, en clave de murga o candombe, con destrezas circenses, en formatos audiovisuales o teatrales; cada agrupación o solista demostró creatividad y expresión con la improvisación y originalidad que sólo ellos tienen. Hay una verdad evidente: cuando se motiva y promueve a los jóvenes, la apropiación de los espacios es inmediata. Quieren ser, estar, demostrar, ejercer, formarse, integrarse, recibir el aplauso del final, darse el abrazo apretado con gestos de emoción y éxito. Se gesta (y se gestan) un sentido de pertenencia ante la diversidad mucho más cercano a la sociedad que pretenden y desean.

Logística y desarrollo

Arribaron 30 coches desde las numerosas localidades participantes. Se realizó una posta en la intersección de la rambla y la calle Detomasi para que los recibiera la organización. Les entregaron las acreditaciones correspondientes y las pulseras de color que identificaban qué alojamiento les correspondía. Desinteresadamente, los clubes deportivos Sandú Chico, Racing y Praga y el camping municipal ubicado en la isla del puerto fueron las bases de operaciones de los jóvenes.

Distribuidos por departamento, con algunas dificultades debido a la angostura de las calles para el tránsito de los ómnibus, cada delegación 
desenfundó sus sobres de dormir al tiempo que conocía a sus concubinos de arte y recreación. “Creemos que de esa manera cumplimos con el encuadre y logramos una buena convivencia”, dijo a la diaria Miguel Scagliola, uno de los organizadores del evento por parte del Inju.

La organización dispuso que la tarde del viernes comenzara con el desfile entre Plaza del Encuentro y plazoleta República del Paraguay. Una banda marchante y cuatro comparsas de negros y lubolos unieron ambos escenarios. La Manzana 20, frente al muelle Comercio, conocido por ser el escenario mayor del Encuentro Jazz a la Calle, el teatro municipal 28 de Febrero y el club Sandú (donde se realizó la proyección de audiovisuales) fueron las otras áreas donde hubo funciones ese primer día. Para el sábado, por cuestiones de mejor organización y funcionamiento, fue levantado el escenario de Plaza del Encuentro y se repartió la grilla de actividades entre el resto. El agua quiso pero no pudo. El fogón de la noche siguió encendido.

Otra de las premisas era la de promover un tema musical que identificara la movida. Los ganadores del concurso fueron Sebastián Ruiz, Mauro Lemos, Sabrina França y Anderson Lemos, integrantes del grupo de rock Sector A-R. La titularon “Arte para todos en nuestras manos”. Cantaron la primera estrofa. Ninguno supera los 18 años, pero hace cuatro que participan en Arte y Juventud. Son de Artigas pero no les importa lo cansador del viaje con tal de estar. Estar. Dicen que vale la pena querer. Querer. Cantan que sienten en la piel cada golpe de libertad. Jóvenes.