El gobierno griego acusó a la troika integrada por la Comisión Europea, el Banco Central comunitario y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de haber impuesto al país medidas de austeridad en un momento de baja en el ciclo económico y ser excesivamente optimistas sobre los resultados del plan de ajuste. Consideran que se subestimó el efecto del ajuste fiscal sobre la actividad económica y reconocen que no consultaron a los actores sociales antes de firmar los acuerdos con los acreedores.

Así lo afirmó el ministro griego de Finanzas, Yannis Sturnaras, en una respuesta por escrito a la delegación del Parlamento Europeo, que a mediados de noviembre abrió una investigación sobre los resultados del “rescate” y la gestión de la crisis por parte de la troika de acreedores (ver recuadro). De acuerdo al escrito del Ministerio de Finanzas griego, algunos de cuyos fragmentos fueron reproducidos por El País de Madrid, “la eurozona no diagnosticó a tiempo las causas de la crisis en Grecia y el sur de Europa”, el programa de austeridad fue aplicado cuando el país ya estaba en recesión, “lo que causó dificultades adicionales, ya que [...] los ajustes estructurales son más fáciles de aplicar durante etapas de crecimiento económico”.

El documento también hace referencia a que el primer programa, aplicado a partir de mayo de 2010, puso “gran énfasis” a la suba de impuestos en lugar de reducir los gastos. Además, se menciona que el plan no presionó por mejorar la recaudación de impuestos y emprender una lucha contra la evasión fiscal que, en opinión de Sturnaras, “debería haber comenzado mucho antes”. En 2010, el gobierno griego identificó unos 15.000 evasores con deudas fiscales de 37.000 millones de euros, dinero con el que se podría reducir el déficit público y aminorar la dureza del ajuste.

Troika bajo lupa

Un comité de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo realizará visitas a Portugal, Chipre y Grecia la semana que viene para investigar la gestión de la troika durante la crisis. La semana siguiente los diputados viajarán a Irlanda, país que recientemente salió del rescate y renunció a solicitar nuevos fondos. El 13 de noviembre de 2013, la conferencia de presidentes de la Eurocámara aprobó iniciar una investigación sobre la gestión de la tríada de acreedores conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Esta investigación implicará una serie de audiencias públicas, cuestionarios a los referentes de la política económica y un informe final con críticas y recomendaciones.

Además, para el gobierno griego, los cálculos hechos en ocasión de ese primer rescate eran “muy optimistas” en cuanto a la fecha en que se produciría la reducción del déficit y el inicio de la recuperación del nivel de actividad. Las previsiones de la troika indicaban que el retorno al crecimiento en Grecia se produciría a mediados de 2012, pero su Producto Interno Bruto (PIB) continuó cayendo en 2013. “Esta infravaloración se debió parcialmente al bajo multiplicador fiscal utilizado por la troika, tal y como lo ha reconocido el propio FMI”, afirma Sturnaras. Según el gobierno griego, desde los organismos se subestimó el efecto que tendrían el recorte del gasto y el aumento de tributos sobre el producto y el nivel de empleo.

Profetas del mal

En su nota de queja, el gobierno griego menciona que se le dio un “período muy ajustado” para cumplir las exigencias del primer programa. La troika pretendía que en tan sólo siete meses se reformara el sistema de pensiones, la administración local, el sistema de negociación colectiva y la modalidad de compras de la salud pública.

El ministro también acusó a “varios actores” de jugar “un papel muy negativo” cuando se mencionó constantemente la posible salida de Grecia de la moneda común. Según el documento, esas declaraciones “agravaron la crisis griega”, porque provocaron retiros de depósitos bancarios, causando problemas de liquidez y desalentando la inversión.

Las medidas de austeridad y la profunda crisis de dinamismo de la economía han provocado que el PIB griego se haya reducido en 25% desde 2009, algo que hasta ahora sólo había experimentado una economía desarrollada durante el conocido caso de Estados Unidos en la Gran Depresión. Además, los ingresos reales de los griegos cayeron más de 30% desde 2008, y 35% de los habitantes está en riesgo de pobreza y exclusión. Algo un poco más conocido es que el desempleo se elevó a 27%, con dos de cada tres desempleados sin trabajo durante más de un año. Sturnaras mencionó que las medidas estructurales no tuvieron un impacto uniforme en los diferentes grupos sociales y admitió que debido a la urgente necesidad de fondos, los programas de austeridad no fueron debatidos con los actores sociales. A pesar de ello, Sturnaras habló del “impresionante ajuste” de la economía griega, que describió como “el mayor y más rápido logrado nunca por un miembro de la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos]”. Finalmente, Sturnaras aseguró que la cooperación con la troika fue “efectiva” a pesar de las “disputas y diferencias”.

Grecia aún no ha salido del segundo programa de ajuste, aprobado en 2012, y está previsto que la troika regrese a Atenas el miércoles 15, mientras que este miércoles se inaugurará oficialmente la presidencia griega de la Unión Europea en la capital del país.