“Si me dieran a elegir, yo elegiría / este amor con que odio, / esta esperanza que come panes desesperados. / Aquí pasa, señores, / que me juego la muerte”, escribió en 1959 el gran poeta y periodista argentino Juan Gelman, que falleció en la tarde de ayer a los 83 años en México DF, donde residía desde hacía más de 20.

Considerado por muchos uno de los más grandes poetas contemporáneos, su obra ha conjugado una aventura del lenguaje que no dejó de lado el compromiso social y político. Si bien en 1955 fue uno de los fundadores del grupo de poetas El Pan Duro, integrado por militantes comunistas que apelaban a una poesía comprometida y popular, en 1959 se adhirió a la lucha armada en Argentina, contradiciendo la postura del Partido Comunista (PC). Cuatro años después fue encarcelado, junto con otros escritores, por pertenecer al PC.

Luego de ser liberado comenzó a vincularse con sectores del peronismo revolucionario, y finalmente se incorporó a la organización guerrillera Montoneros, a fines de 1973.

A mediados de la década del 70, el poeta bonaerense fue enviado al exterior por Montoneros para denunciar la violación de los derechos humanos en su país durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón. El golpe de Estado de 1976 no sólo lo obligó a permanecer 13 años en el exilio, sino que además la dictadura militar secuestró a sus hijos Nora -quien aparecería después- y Marcelo -cuyos restos fueron hallados en 1989- y su pareja María Claudia García -aún desaparecida-, que fue trasladada a Montevideo embarazada de siete meses y que dio a luz en cautiverio a 
Macarena Gelman, a quien se le restituyó su identidad en 2000, tras haber sido apropiada por la dictadura uruguaya y entregada a un matrimonio radicado en San José.

En 1998, Gelman descubrió que su nuera había sido trasladada a Uruguay en el marco del Plan Cóndor. Entonces comenzó su peripecia por los juzgados argentinos y uruguayos, en los que no encontró eco.

Por esa razón se encaminó hacia un largo proceso en el derecho internacional, que culminó con un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado uruguayo, que entre otras cosas lo obligó a reconocer y pedir perdón públicamente por la violación de los derechos 
humanos.

Ganador de los premios Cervantes, Juan Rulfo y Pablo Neruda, entre tantos otros, Gelman es considerado ejemplo de lucha y de integridad intelectual y artística.