“Cuánto morbo lúcido sobre tus impulsos / cuál tu gesto turbio / Cuál la sensación que siempre has temido / cuál tu paso sucio”. En 1985, el Choncho Lazaroff editaba Tangatos, trabajo con el que se asentaba su fuerza innovadora que, de manera constante, derivó las fronteras musicales a partir de una compleja composición armónica, y que consolidó el cruce entre la música culta y la vertiente más popular. Junto a Pelota al medio, Tangatos fue reeditado en 2005 por Ayuí Tacuabé, que lanzó nuevamente al medio la posibilidad de obtener esta doble edición, integrada por sus últimos trabajos solistas.

Esta vez el sello Tacuabé acaba de publicar un libro que reúne textos periodísticos de Lazaroff: incluye los artículos publicados en Asamblea entre 1983 y 1985 y en el semanario Brecha entre 1985 y 1987. La compilación estuvo a cargo de la compositora y musicóloga Graciela Paraskevaídis, quien anexó al volumen una referencia bibliográfica. Paraskevaídis contó a la diaria que éste fue un proyecto de muchos años. “Siempre lo tuve pendiente, tanto como una deuda afectiva como una deuda de la cultura a Uruguay. Como falleció tan joven [1989], algunos artículos fueron publicados póstumamente en la colección monográfica de La tuba, pero para acceder a los demás era necesario leer los originales en la Biblioteca Nacional. Pensé que valía la pena -para los que no lo conocieron y los jóvenes- leer escritos de alguien que en su momento se jugó muchísimo y que tal vez pueda continuar enseñando por medio de estos artículos. Las músicas también están a su alcance, de modo que éste no es un libro que hable de música, sino que recoge la que fue una de sus tareas medulares, junto a la composición y la enseñanza. Para mí, a 25 años de su muerte, es muy emocionante que exista este libro”. Según la compiladora, aparentemente no se dejó fuera ningún escrito, salvo un inédito que se leyó en la presentación y que se editará en la documentación de los Cursos Latinoamericanos de Música Contemporánea, sobre los que se encuentra trabajando.

La presentación, a cargo de Marcelo Pereira, abordó la continua defensa de la libertad creativa y la trayectoria artística de Lazaroff, a la vez que enmarcó sus escritos en la particularidad del contexto histórico (1983-1987). Pereira explicó que al acercarse a las primeras notas, notó que ciertas apreciaciones irónicas y coloquiales figuran entrecomilladas - “como para minimizar, y casi pidiendo disculpas por incorporarlas”-, pero a los dos o tres meses se suprimen rápidamente, cuando “comienza a inyectarle a sus textos periodísticos una riqueza que va mucho más allá de la comunicación formal”.

Destacó la existencia de notas con cadencias “casi cantables o musicalizables” -que luego florecen en la etapa de Brecha-, como también el hecho de que Lazaroff se animara a hablar de lo que se encontraban realizando algunos colegas, con la seguridad de que esto se convertía en una acción necesaria. El editor y periodista habló de este corte de época en el que sucedieron cosas interesantes. Por ejemplo, recordó que cuando finalizaron estos artículos aún no se habían instalado en el país las consecuencias que implicó el ingreso de la conceptualización de la posmodernidad y del posmodernismo en la cultura uruguaya. “Éstos son escritos periodísticos en los cuales no hay interlocutores fuertes cuestionando ideas que para el Choncho eran centrales, como el avanzar de manera continua en la obra artística. Éste era un imperativo artístico y ético, como también lo fue la lucha antiimperialista contra la falsa universalidad”.

Es probable que a muchos estas lecturas nos recurden que la resolución de una trama histórica no se resuelve en la clausura de fronteras ni en una marcha atrás. Como decía el boliviano Cergio Prudencio en su visita al coloquio “Música / musicología y colonialismo”, enfrentar la descolonización en la época posmoderna sólo es posible en dos dimensiones. “Primero, la del espejo donde mirarse; y segundo, la más difícil, la de nominar esa imagen”. Ese espejo en el que se identifica y reconoce el yo colectivo también incluye el reflejo que proyecta la sociedad en su conjunto. En el medio es necesario preguntarse por ese espejo y por esa imagen, ya que el cuestionamiento ha sido nuestra mejor herramienta colectiva para desmontar la trama colonial, aquella que nosotros mismos seguimos tejiendo cuando olvidamos que “Hay una ausencia terrible y ausente. / Hay una ausencia / presente. Evidente”.