-Definamos a los Cuban Beats All Stars.

-La música de Cuban Beats es un concepto diferente, nosotros estamos haciendo fusión del son con el rap. Por supuesto, hay algunos elementos parecidos a lo que fue Orishas, similitudes en las que estamos yendo más allá, utilizando sonidos tribales y electrónicos, jugando con la raíz de la percusión cubana, con los tambores batá, intentando buscar ese sonido más africano con nuestros temas. El concepto que nos define es el de fusión; dado que el disco no ha salido aún, estamos trabajando ese sonido para su salida, que tenemos pensado que será por mayo. En este show en La Trastienda vamos a hacer un adelanto en exclusiva de dos de los temas que luego vamos a incluir en ese disco. El show será mitad y mitad, música para bailadores.

-Resulta un poco curioso que emprendan una gira teniendo sólo dos canciones y la promesa de un disco para mayo.

-No te entiendo.

-¿Qué apuro hay? ¿Quién toma la decisión de hacer una gira sin tener las canciones listas?

-No, bueno… Lo que pasa es que hicimos un adelanto de dos de los temas del disco porque la gente de Jenny Records -nuestra compañía- sintió la necesidad de que el público fuera conociendo, un poco en primicia, lo que será el futuro trabajo de los Cuban Beats. Pero nosotros tenemos un repertorio que vamos a tocar en Uruguay, y dentro de él vamos a mostrar en primicia esos dos temas.

-¿Cuban Beats existió en paralelo a Orishas?

-Orishas se separó el 12 de diciembre de 2009, concretamente. Hicimos el último concierto en un estadio de hockey en Suiza. Luego pasaron un par de años durante los cuales siempre me mantuve en contacto con DJ Tillo y con Nelson Palacios, bajista y violinista de Orishas. También mantuve contacto con Yotuel y Roldán; con quien no tuve mucho contacto fue con Russo, ya que se fue una temporada a vivir a Cuba y luego estuvo en México. Entonces a mí se me ocurrió hacer un grupo con percusión y un DJ set, para hacer remixes de canciones conocidas de la música cubana y de Orishas. Empezamos haciendo eso. Éramos dos en los inicios, después sentimos la necesidad de ir más allá: buscamos un instrumentista que también cantara, para hacer canciones bailables con esta fusión electrónica. Inmediatamente pensamos en Nelson Palacios, también ex Orishas. A partir de ese momento surgió la banda, e hicimos una primera gira hace dos años por Brasil, ya como Cuban Beats, con nuestro propio repertorio. Para la segunda gira por Argentina se sumó Russo, encantado de encontrarse con el grupo de siempre, ya que aparte del vínculo laboral existe una gran amistad entre nosotros, de muchos años.

-Logran una mezcla muy interesante entre sonidos ancestrales y sonidos modernos, vinculando el batá con la electrónica y las bandejas.

-Claro. Mira, cuando Russo entró, decidimos mezclar lo que él traía con lo que veníamos haciendo. El resultado es eso que él llama cuban beat fusión, lo que se viene, lo que adelantamos en esas dos canciones que estrenaremos aquí. Vamos al sonido profundo de la música cubana, a su raíz africana, con el batá, que es el primer instrumento utilizado en Cuba y que fue traído por los africanos.

-Es ineludible que te pregunte cuál es tu relación con Cuba en este momento. Te fuiste en 1999...

-Excelente. La verdad, nosotros nunca hemos tenido problemas. Yo puedo ir y venir cuando quiera, siempre he tenido una relación cordial con Cuba. De hecho, nosotros tenemos a nuestros familiares allí, vamos de vacaciones. Se nos conoce, Orishas marcó una época, incluso estuvimos allí de gira.

-Te lo pregunto porque de la lectura de la historia de ustedes se desprende que muchos salieron de la isla por un acontecimiento musical puntual y no regresaron.

-En mi caso concreto, salí de gira con un grupo en 1998, conocí una muchacha, tuvimos una relación durante toda esa gira, que duró seis meses, nos casamos casi cuando tenía que regresar, después nos fuimos juntos para Cuba y regresamos a España, ya que ella tenía su trabajo aquí. Después, en 1999, surgió Orishas y a partir de entonces nos vimos sumergidos en la vorágine mientras duró. Yotuel y Russo fueron a un encuentro cultural de rap en Francia y decidieron quedarse para hacer una carrera, porque se les abrieron las puertas. Inmediatamente, cuando estuvieron en aquel encuentro de rap, les llegó la oferta de Flaco Pro para formar Orishas. Flaco Pro fue el primer cantante, que luego abandonó el grupo. Inmediatamente Orishas tuvo ese suceso mundial, y fue imposible regresar.

-Imagino que tu vida cambió radicalmente al pasar de vivir en Cuba a esa vorágine de giras y conciertos que se extendió por diez años.

-Fue tremendo. Se lograron muchísimas cosas. Lógicamente, tú sales de tu país, donde la vida es bien diferente de la de aquí. Aquí todo es muy rápido, tú sabes que en los países nuestros es todo más pausado. La verdad, fue un cambio brusco, porque el primer disco fue un pelotazo, vivíamos en los aeropuertos, de un país a otro, a tal punto que eso me costó el divorcio… Igualmente, la pasábamos muy bien y se disfruta mucho porque las condiciones en las que íbamos eran espectaculares, aunque también hay mucho sacrificio. Se suele ver sólo la parte bonita, la del artista sobre el escenario, pero no la vida en aeropuerto, las malas noches en que no dormís, que termines de madrugada y te tomes un vuelo para otro país, llegues sin descansar a probar sonido para tocar ese mismo día de noche... Llega un momento en que resulta agotador.

-¿Qué diferencias se pueden establecer entre la música cubana que se hace dentro y la que se hace fuera de la isla?

-Creo que hay muchas, porque ahora mismo en la isla está muy de moda el reggaetón y el cubatón, y entre los tantos grupos cubanos que conozco de los que hay fuera, no hay muchos que hagan ese género. Ahora en Cuba hay un movimiento de esta música bastante fuerte, más allá de que la salsa o timba cubana se mantiene puntera.

-Hace un tiempo, vi que por intermedio del presidente del Instituto Cubano de la Música, se había prohibido en la isla la difusión pública del reggaetón por considerarlo ofensivo y vulgar.

-No tenía conocimiento… ¿Cuándo fue eso?

-El año pasado. La prohibición refiere a las músicas que en sus letras contengan alto contenido sexual, que pueden seguir escuchándose en la intimidad, pero ya no en público. De todas formas, apuntaba a saber si existe algún tipo de censura a la música, fundamentalmente al hip hop.

-Yo puedo hablar de los años en que viví en Cuba, durante los cuales nunca vi ningún tipo de censura con la música. Claro que hace 15 años no existía el boom del reggaetón que existe hoy, ni esos videoclips tan explícitos, en los que aparecen chicas en tanga, y esas movidas. Hoy en día, son todos patrones muy parecidos, por eso nosotros hemos decidido no hacer nada de eso. En el videoclip que hicimos para la canción “Back Benny” nos negamos a que aparecieran chicas en tanga, porque no queremos encasillarnos en ese boom latino de chicas con poca ropa bailando en la playa. Nosotros no vamos por ese camino, en el que poco importa la música.

-Para finalizar: quedó claro en qué consistirá el show de La Trastienda, pero ¿estarán los éxitos de Orishas?

-La verdad es que no. Orishas es una etapa pasada -grandiosa y muy bonita, pero pasada- y la queremos dejar así. A todos lados a donde vamos, la gente ya sabe quiénes somos y de dónde venimos. Por eso queremos quitarlo poco a poco y que se nos conozca por Cuban Beats, por el presente más que por el pasado, más allá de que Russo tiene un flow muy particular, y al escucharlo la gente puede percibir que también hay mucho de Orishas en este proyecto. Claro que además es algo que llevamos con mucho orgullo, pero para hacer las canciones de Orishas hay dos voces que ya no están, a las cuales les debemos respeto.