Este año, además de la rambla de Montevideo, el Parque Capurro fue escenario de una celebración muy singular. Allí el grupo afroumbandista Atabaque convocó al acto de “reconocimiento de un lugar de energía ancestral”. Próximo al parque, donde hoy funcionan una escuela pública y un jardín de infantes, estaba ubicado el Caserío de los Negros, una construcción que se levantó a finales del siglo XVIII y era utilizada para alojar a los esclavos que llegaban de África, quienes allí se restablecían de enfermedades y luego eran vendidos en Montevideo y la región. A principios del siglo XIX fue destruida y, en la actualidad, restos del muro perimetral todavía quedan en pie. En un tramo ubicado sobre la calle Juan María Gutiérrez, ayer se tiraron claveles y otras flores para homenajear a Iemanjá, la diosa umbandista del mar, y a toda la comunidad negra. Además, se realizó un acto en el que participaron tanto activistas como autoridades de la Intendencia de Montevideo y de la Comisión de Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura 2013.

Los diversos oradores hicieron referencia a la necesidad de reconstruir la historia y de escuchar la voz de quienes no la tuvieron durante mucho tiempo. En diálogo con la diaria, el antropólogo José María López Mazz explicó que cuando se consigan fondos se hará un estudio de la zona, puesto que hay indicios de restos de barracones donde permanecían los esclavos, así como del muro perimetral. El investigador señaló que, además de lo que atañe a lo patrimonial arquitectónico, un objetivo fundamental del trabajo es ubicar “lugares que son emblemáticos, muy singulares, y que son pocos en América”. Contó que recientemente en Río de Janeiro se ubicó el Valongo, “una entrada por la que se especula que pasaron cinco millones de esclavos”. En tanto, en África hay identificados puntos por los que salían los esclavos. Consideró que se trata de lugares muy emblemáticos para los afrodescendientes, quienes en la actualidad celebran muchas de sus fiestas mirando al mar.

Consultado sobre el cambio que puede generar la investigación sobre el Caserío de los Negros en Uruguay comentó: “¿Qué lugar significativo tienen los afrodescendientes acá? Ya ves que cuando hay una fiesta religiosa es el mar el que los convoca para rememorar ese viaje original que los trajo. Este tipo de edificios tiene otras connotaciones. Implica sensibilidad”. Aclaró que el carácter patrimonial no pasa sólo por lo arquitectónico y el valor que le asignen los técnicos, “sino también por los significados que le da la sociedad”.

En relación con su rol en materia de investigaciones sobre personas desaparecidas durante la dictadura, consideró que la arqueología y la historia son “disciplinas complementarias”, y si la historia no registró acontecimientos, los arqueólogos tienen “la posibilidad de reconstruirla y describirla”.