-¿Están prontos para la gira?

-Creo que sí. Nunca podés estar muy seguro. Armamos las canciones, empacamos los instrumentos, y estamos prontos para salir. Es la primera vez que vamos a visitarlos, así que estamos muy ansiosos por conocer Uruguay; dicen que es fantástico.

-El año pasado lanzaron Lost Sirens, como continuación de Waiting for the Siren’s Call (2005). ¿Qué los motivó a editar estas canciones, que quedaron fuera del disco anterior?

-Cuando lanzamos Waiting for the Siren’s Call, la idea era que las canciones de los dos discos fueran parte de un único trabajo. Por algunas razones que no recuerdo, no pudimos terminarlo. Un tiempo después de lanzarlo, pudimos terminar de grabarlas y nos encontramos con que teníamos otro álbum terminado. Las habíamos trabajado para tocarlas todas juntas, pero esas canciones habían quedado en una especie de limbo. La idea era que estuvieran juntas, pero eran demasiadas para un único disco. Recuerdo que las sesiones de grabación fueron eternas. Realmente no siento diferencias entre ambos trabajos. Fueron escritas al mismo tiempo. En mi mente, ambos discos son una misma cosa.

-Lost Sirens salió en 2013, pero fue grabado en 2007, y ya hace varios años que no graban. ¿Están trabajando en un nuevo álbum?

-Sí, para ser honestos, sí. Es un poco extraño, porque normalmente esperamos a terminar las giras para entrar a grabar, pero esta vez estamos mezclando un poco ambas cosas. Entramos a grabar, salimos para dar un par de conciertos, volvemos y seguimos grabando. Pensamos que iba a ser más complicado, pero la verdad es que nos viene llevando muy bien.

-Cuando escucho sus últimos trabajos, las reminiscencias del movimiento de Madchester están todavía ahí, pero con un toque más moderno. ¿Extrañan algo de aquellas épocas?

-A aquel tiempo se lo suele ver con ojos nostálgicos, como si fuese nuestra gran época. La verdad es que en aquel momento no éramos tan buenos. Creo que lo que realmente pasó fue que había muchísimas cosas pasando en una misma ciudad, entre ellas The Haçienda, y la prensa vino y puso sus ojos ahí y comenzó a llamarnos Madchester. Creo que fue idea de Tony. Realmente no extraño nada de aquella época, porque no cambié mucho con respecto al muchacho que era.

-Siempre hubo un misticismo alrededor de ciertas figuras de aquel momento. ¿Cómo era trabajar con Tony Wilson? ¿Cuál fue su influencia en toda la escena?

-Tony era realmente muy bueno en unir a la gente y en hacer que las cosas sucedieran. Era un gran catalizador. Era una persona muy entusiasta de la música. Tenía grandes ideas y también ideas totalmente terribles. Honestamente, Tony era un tipo brillante. El entusiasmo que tenía por nosotros era realmente contagioso. Realmente nunca podías saber con qué podía salir. Podía venir de la nada y cagarte a puteadas, pero en su forma de hablar parecía que estaba todo bien o que te estaba haciendo un halago.

-Escuchando sus últimos dos discos y recordando su simple, “Blue Monday”, me fue imposible no asociarlos con Kurt Vonnegut y su libro Las sirenas de Titán. ¿Hay alguna relación entre este libro y sus últimas dos obras? En caso de que no, ¿de dónde surge la idea de las sirenas?

-Sí, recuerdo ese libro y recuerdo a Vonnegut. “Blue Monday” se inspiró, de hecho, en uno de sus libros, El desayuno de los campeones. Pero no, esta vez los títulos no están relacionados con él. Creo que Bernard [Sumner] fue el que vino con la idea. Viene de la figura de las sirenas de la antigua Grecia. Esas criaturas por las cuales los navegantes perdían la cabeza y encallaban sus barcos.

-Considerando una carrera de tantos años como la que tenés, ¿qué es lo más importante que has descubierto?

-Tenés que tener la cabeza siempre abierta. Al trabajar con tanta gente y en lugares tan distintos, es necesario tener una apertura mental importante. No podés encapricharte y pensar que las cosas se tienen que hacer de una única manera, tu manera. Creo que eso es lo más importante, podés hacer cualquier cosa que quieras. Es bastante difícil mantener esa actitud, porque siempre hay mañas que te llevan a hacer las cosas de una manera específica, y tenés que mantenerte abierto a otras opciones. Eso es lo mejor de la música: cuando escucho algo que es realmente nuevo, lo que no pasa muy seguido, pienso que es fantástico y recuerdo que entré en la música por ese sentimiento en un principio. Es bueno reencontrarte con eso. Si tuviera que darle un consejo a un músico joven, sería que no se lo tome tan en serio. El otro consejo que le daría, como baterista, es que se mantenga pegado al metrónomo, pero ése es un chiste entre bateros. Honestamente, le diría que no se lo tomen tan en serio. Se supone que esto sea divertido.

-Ya que ésta será su primera vez en Uruguay, ¿cómo va a ser la lista de temas que van a tocar? ¿Van a introducir el nuevo material que me 
comentaste?

-Probablemente hagamos un set que recorra toda nuestra carrera. No puedo prometer nada, pero hay muchas chances de que introduzcamos algunas canciones del disco que estamos preparando. Tenemos ganas de empezar a introducir canciones nuevas. Es bastante emocionante, porque no recuerdo la última vez que salimos a tocar material que todavía no se había editado.

-En 2007, Peter Hook abandonó la banda; hasta ese momento habían estado una vida entera tocando juntos. ¿Cómo afectó esta partida a la banda?

-La banda se ha vuelto más flexible. Yo a veces toco el bajo. Nos permite experimentar e investigar otros sonidos e instrumentaciones, ir por caminos más interesantes.

-El año pasado se reunieron los Stone Roses y los Happy Mondays vinieron por la región el año pasado. ¿Creés que se está dando una especie de revival de aquel movimiento de los 80? ¿Qué opinión te merecen las reuniones de las bandas?

-Es una de esas sensaciones que la gente que estuvo en una banda experimenta, y quiere volver a sentir lo que sentía con esa banda de nuevo. Creo que no es necesario hacer una reunión para eso. Pero, bueno, está bien si así lo quieren. Los Happy Mondays creo que bien o mal siempre estuvieron rodando por ahí; lo de los Stone Roses sí fue algo importante. Siempre es importante que una banda como ésa vuelve a juntarse. Realmente estoy deseando escuchar qué pueden llegar a sacar ahora, después de tantos años. Las reuniones de bandas a veces son buenas, pero por lo general no suele ser así. Es genial, para la gente que nunca tuvo la oportunidad de ver a ciertas bandas en vivo, poder disfrutarlas, pero no estoy seguro de qué tan bueno sea. Por ejemplo, hace unos años atrás, cuando la Velvet Underground se reunió, yo tenía muchas ganas de verlos, pero simplemente no me parecía correcto. Tal vez fuese porque lo que habían hecho había sido tan importante para mí y lo habían hecho hacía tanto tiempo, que no quería verlos y perder ese hechizo, esa magia que había tenido en mí. Por lo cual, directamente, cuando se dio el show, simplemente lo ignoré. Tal vez hoy me arrepienta un poco, ya que Lou Reed se ha ido. Creo que si una reunión de banda es por las razones correctas, es algo bueno; el problema es que estar en una banda es muy parecido a estar casado, pero con cuatro personas o más, en simultáneo y por mucho tiempo. Eventualmente te sacan de quicio. Hay momentos en los que no queda mucho más por hacer y lo mejor es alejarte y, tal vez, eventualmente, algún día volver. A veces creo que es lo mejor que podés hacer, porque si seguís en ese juego, puede que te termines encontrando dando vueltas en círculos sin ir a ninguna parte.