La salida de Riki Musso del Cuarteto de Nos fue un pequeño gran drama dentro del rock uruguayo, que ha dado pie a múltiples discusiones. A pesar de ocupar un lugar en cierta forma subalterno en relación con su hermano Roberto, siempre existió la percepción de que Riki era el gran corazón excéntrico de la banda y su auténtico motor musical, el que le otorgaba un plus de diferencia que fue limado a partir de la alianza de la banda con el productor Juan Campodónico, convertido no sólo en un productor sonoro, sino también en una pieza clave en relación a los cambios estéticos que la banda desarrolló a partir de Raro (2006), cambios que culminaron justamente con la separación de Riki de la banda durante la producción de Bipolar (2009).

Es estéril establecer una oposición de bien contra mal, o más bien de integridad artística y visión personal contra comercialismo descarado y renuncia de principios en relación a la fractura entre Riki Musso y su antiguo grupo. Es evidente que desde Raro y, sobre todo, desde Bipolar, el Cuarteto vivió cambios estéticos muy pronunciados, que han tenido una relación directa con su actual proyección internacional. Sin embargo, es muy discutible que la personalidad de la banda haya desaparecido completamente en esos cambios; más bien parecen haber potenciado algunas de sus características -dentro de una banda caracterizada por su eclecticismo- y dejado de lado otras. Y, como tiene una cierta lógica, buena parte de lo que quedó de lado fue el no siempre evidente aporte de Riki.

No tan raro

El primer trabajo de Riki Musso -Servo (2006)- fue una obra deliberadamente abstrusa, compuesta por grabaciones caseras de carácter conceptual, con escaso parecido a sus temas anteriores con la banda. Alternativamente sorprendente, hermético o caprichoso, Servo dejaba muy en claro que a Riki le importaba un pomo intentar seducir al nuevo público que Raro le había ganado al Cuarteto, o incluso coquetear con sus antiguos fans. Más que disfrutable, era un disco respetable, pero que hacía dudar de algunas de las decisiones estéticas de su autor. Este disco incluía su versión “no producida” de la excelente “Autos nuevos”, de Raro, pero extrañamente no conseguía recrear el clima melancólico de la original.

Casi una década después llega este Formidable!, que plantea una especie de retorno a una normalidad compositiva (si se puede hablar de “normalidad” en relación a la obra de Riki Musso), retomando en cierta forma su veta cancionera desarrollada con el Cuarteto, y estableciendo un diálogo con lo hecho hasta la última etapa de su pertenencia a la banda. De hecho, en esta declaración de independencia, las guitarras distorsionadas están en el absoluto primer plano al que recién llegaron -dentro de la discografía del Cuarteto- en Raro, disco al cual la portada de Formidable! parodia con una versión tosca de esa recordada tapa.

El disco está grabado exclusivamente por Riki en compañía del baterista Leonardo Baroncini y contiene 11 canciones. Cualquiera de ellas podría ser el tema de difusión, ya que Formidable! es una de esas colecciones de temas de una homogeneidad de calidad realmente asombrosa, sin que pueda identificarse dentro de su variedad de ritmos y sonidos un solo tema de relleno, y que presenta un abanico de aproximaciones a la canción pop-rock que va desde las dinámicas estridentes a lo Pixies (“Criminal”) al pop puro (“Cabras en el ascensor”), guiñadas al folclore (“Sánchez, gurú del overlock”), citas a The Talking Heads de “This Must Be the Place” (“Nuestro aporte”) y el más atorrante de los sambas (“Se acabó lo que se daba”). En ellas, y sin abandonar estructuras gancheras, Musso se da el gusto de hacer arreglos que van mucho más allá de lo funcional, sin caer en vericuetos virtuosos, pero ofreciendo varias capas de instrumentación que se enriquecen con cada escucha.

Dejando de lado lo instrumental -brillante de por sí-, Formidable! es también una expedición a uno de los letristas más interesantes y personales de la música uruguaya, ahora en estado puro.

El bardo

Si las letras del Cuarteto se caracterizaron durante mucho tiempo por la elaboración de personajes excéntricos expuestos a situaciones violentas y/o guarangas, Riki extrema esta característica hasta llevarla a los límites de un surrealismo telúrico, que sólo tiene contacto con el lado más humorístico de Jorge Lazaroff o con el primer Leo Maslíah. No hay nada muy explicado en sus canciones, sólo una serie de disconformidades de personajes marginales, ocasionalmente nihilistas y fatídicamente desgraciados. Hay algunos puntazos realmente hilarantes en temas como “La estrella del baile”, que narra la historia de un terco bailarín que brilla a pesar de ser vapuleado e insultado, en la víctima de combustión espontánea de “La antorcha humana” o en la rabieta general de “Se acabó lo que se daba”, pero lo que me gustaría destacar es el Musso más lírico, el que encuentra maravillas absurdas que no sabemos por qué son conmovedoras, donde se revela como el mejor alumno de aquel David Byrne que encuentra la belleza imposible en lo que de por sí no tiene nada de poético.

Vale la pena citar la que me parece la joya del disco: “Cabras en el ascensor / Racimos de caca por las escaleras / Cabras en el ascensor / Una sola cabra no hace primavera / Van para el apartamento / de una cabra sabia que las aconseja / Vacas todo alrededor bloqueando la puerta de la cabra vieja / Vacas por el corredor que a las cabras tienen entre ceja y ceja / Díganle a la vieja sabia que las cabras vienen pero no las dejan / Díganle a la cabra vieja que las vacas no están dejando pasar / Como no saben flotar, piensan que se están cayendo / Las que no saben volar, flotan en el ascensor”.

¿Qué es esto? ¿Una suerte de parodia alucinada de una canción infantil? ¿Alguna obsesión telúrica? Riki sabrá. Lo que es más difícil de explicar es la sensación de felicidad que eriza la piel al escuchar ese estribillo inolvidable. Hay un mundo en esas canciones, y es gracioso, inhóspito, enojado y -como con estas cabras etéreas- alucinadamente maravilloso.

Vale la pena señalar un elemento extramusical pero de cualquier forma significativo en relación a Formidable!. Más allá de que Riki es un personaje particularmente querido dentro de la escena rockera montevideana, la llegada gratuita de su disco (descargable en su página www.rikimusso.com) a la web produjo una reacción espontánea en las redes como no recuerdo que haya producido otro disco local, y ha sido promocionado y recomendado con un entusiasmo que hace pensar que la integridad y la visión personal pueden tener su recompensa.