Joel y Ethan Coen se han constituido, como los hermanos Wachowski y los Farrelly, en una entidad única de dos cabezas. Es virtualmente imposible saber -al menos desde afuera- quién hace qué en las películas que codirigen, coproducen y coescriben. Siendo estrictos, Joel parece tener una actividad más preponderante como director, y el crédito de esta función en varias de sus primeras películas se le adjudica exclusivamente a él, pero evidentemente sus tareas son intercambiables y complementarias.

Para honrar esto, la organización del 68º Festival de Cine de Cannes les ha ofrecido que compartan el sillón de presidente del jurado. Es la primera vez en la historia del festival que más de una persona se va a hacer cargo de esa distinción. Los Coen han sido protagonistas habituales del festival francés: se llevaron la Palma de Oro por Barton Fink, el premio a Mejor Director por Fargo y The Man Who Wasn’t There, y el Grand Prix por Inside Llewyn Davis.

Ante el anuncio, los hermanos volvieron a declarar a dúo, emitiendo un comunicado que dice: “Presidir el jurado es un honor especial, ya que nunca antes hemos sido presidentes de nada”, para luego agregar: “Haremos más declaraciones en el momento apropiado”.