Esta noche, la capital de nuestro paisito con forma de corazón, ya de por sí aburrida, será asaltada por una dosis extra de aburrimiento: se viene un nuevo desfile inaugural del Carnaval. Gracias a la transmisión televisiva, el mundo entero verá cómo un país destacado por sus avances en leyes sociales elige la autoflagelación a la hora de iniciar su mayor fiesta popular. Durante más de tres horas, nuestro prócer verá desde su caballo cómo más de 60 “propuestas” salen desde la plaza Independencia y caminan erráticamente por 18 de Julio, entre trajes con lentejuelas, portadores de pasacalles comerciales con depresión clínica, niños que tiran espray a los ojos y sillas vacías en la vereda.

Como figura del Carnaval y hombre de izquierda posta-posta, tengo muchas preguntas. Y no me callo las respuestas, aunque incomoden al poder. ¿Hay necesidad de toda esta tristeza? No. ¿Esto es lo mejor que la Intendencia de Montevideo [IM] y DAECPU [Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos y Populares del Uruguay] nos pueden ofrecer? Con estas autoridades, sí. ¿Existe algo más aburrido que ver desfilar una ambulancia precedida por un pasacalle de Emergencias 1727? Difícil. ¿Cuál será la propuesta para este año de la revista Krisis? Hay hermetismo al respecto, dejémonos sorprender. ¿Es necesaria una renovación en la IM? Sí. ¿Soy la persona indicada para ello? Afirmativo. ¿Resulto un desconocido para la mayoría de la población? Algunos entienden que es así. Y la pregunta más importante de todas: ¿se puede mejorar el desfile inaugural de Carnaval? Claro. Se requiere una política de shock con tres pilares: sexo, violencia y giro a la izquierda.

Sexo. La política del aburrimiento, base del desfile actual, está basada en la más absoluta deserotización. Aunque sea caro, es necesario contratar carrozas con famosos teniendo sexo en vivo (propongo parejas atractivas: Kairo Herrera y Blanca Rodríguez, Daniel Figares y Melina Gorzy, Carlos Núñez y Damián Macaluso), mientras asiáticas, centroamericanas y africanos hacen lo que llamo “cositas lindas” al público, y los más tímidos tienen su lugar especial para felaciones dentro de los baños químicos.

Violencia. Sólo un iluso puede creer que el éxito en convocatoria de las Llamadas se basa en el interés por ver a miles de hombres sudados golpear un parche de cuero. Quienes peinamos canas sabemos que el gran atractivo de ese evento son las generalas y batallas de botellas que coronan la noche. Sólo la negligencia de las autoridades actuales de la IM explica la ausencia de un cierre barbárico que otorgue una dosis de sal y pimienta al desfile de Carnaval.

Giro a la izquierda. Esta noche comprobaremos cómo la apertura del Carnaval, con su estética de desfile pueblerino que vemos en las películas estadounidenses que pasa Canal 4 los sábados de tarde, se ha alejado de la gente. Y digo más: se ha vuelto una expresión de derecha. Sin desmerecer a mis compañeros Daniel Martínez y Lu Topolansky (ni a la otra muchacha), los candidatos del Frente Amplio no tienen las cualidades necesarias para devolver al pueblo lo que nunca debió dejar de pertenecerle. Sé que en principio no se puede generar una cuarta candidatura municipal, pero “en principio no se puede” no está en mi diccionario, acaso porque no es una palabra. Por todo esto, en mayo te voy a pedir tu voto prestado. ¿Dale?