Redoble y platillazo

Luego de la entrega de los Globo de Oro, una multitud de medios elogió los desempeños humorísticos de las conductoras Tina Fey y Amy Poehler y los presentadores Kristen Wiig y Bill Hader, todos ellos provenientes del programa Saturday Night Live. No tuvo tanta suerte Jeremy Renner -el Hawkeye de Los Vengadores-, a quien le tocó presentar un premio en compañía de Jennifer Lopez, quien lucía un escote que a duras penas contenía su volputuosa delantera. Renner, fuera o dentro del guion (nunca se sabe), observó admirado dicho escote y dijo: “También tenés los globos”, lo que produjo un murmullo de desaprobación en el público, mientras que Lopez se limitó a reírse. Inmediatamente la web se llenó de tuits que criticaban al actor y generaron un encolerizado debate acerca de lo degradante que había sido la referencia de Renner a los atributos que Lopez evidentemente había querido resaltar; se calificó al actor de “pajero” y otras lindezas, en lugar de resaltar la simple obviedad estúpida del comentario. Posiblemente el más atinado haya sido un tuit que decía: “En algún lugar de Estados Unidos hay un alumno de quinto grado acusando a Jeremy Renner de haberle robado su chiste de los 'globos' de J-Lo”.

No sé si me entendés

Una escandalosa trifulca tiene trenzados al coreógrafo y bailarín argentino Flavio Mendoza (conocido por ser el autor de la exitosa e indefinible obra Stravaganza) y el conductor Mariano Iúdica (conocido por tener un ataque de emoción inédita en cada una de las entregas de los programas que conduce). Están enfrentados por una disputa monetaria que mantiene la mujer de Iúdica -la coreógrafa Romina Propato- con Mendoza, a quien le reclama el pago de los derechos de utilización de decorados diseñados por ella para la obra. Pero el entredicho no ha corrido tanto por los números objetivos: como suele suceder en la vecina orilla, factores de la vida privada de las partes enfrentadas se colaron en el conflicto y adquirieron curiosas connotaciones.

Mendoza declaró al periodista (por decir algo) Marcelo Polino que a Iúdica “cuando llega la noche le cambian los pajaritos. No sé que pasa a la noche. Pregunten en Carlos Paz qué pasa en los boliches. Capaz que la 'peperina' de Carlos Paz le hace mal, o el té”. Evidentemente la frase quedó un poco nebulosa, porque Mendoza amplió su ataque en su cuenta de Twitter: “Como hay gente que con tal de tapar sus fracasos y adicciones… dispara contra mí”, aunque curiosamente no puso en mayúscula la palabra “adicciones”, y concluyó, discreto, diciendo: “La gente ve todo, por eso a los malos les va como les va… hay que dejar de tomar tantas porquerías y cuidar a tu familia… pobre tipo”.

Iúdica, que seguramente está contentísimo con las teorías de Mendoza acerca de su hiperexcitación constante, respondió: “Flavio me tiene los huevos rotos, no tiene amor”.

Cuando llega un amigo

El periodista Samuel Chiche Gelblung puede considerarse un hombre afortunado; no sólo Argentina parece haber olvidado sus numerosos editoriales en la revista Gente en los que defendía a la sanguinaria dictadura de Jorge Videla de las calumnias de Julio Cortázar y otros exiliados, sino que ahora se lo considera uno de los comunicadores más influyentes del vecino país. Tras haber sido despedido del canal de noticias C5N, ya fue contratado por el Canal 26 del cable para hacerse cargo de la programación periodística. Su llegada podría haber sido recibida con alegría si no fuera porque llegó con una escoba: no uno, sino cinco de los anteriores conductores del canal fueron desafectados en forma absoluta del medio.

En los últimos días el simpático Gelblung se acordó de Uruguay al hacer referencia al crimen de la adolescente Lola Chomnalez y escribió en su blog una larga nota en la que, tras aseverar radicalmente que se trataba de un crimen sexual y de que la Policía uruguaya intentaba hacerlo pasar por un accidente para no asustar al turismo, se centraba en criticar a los voceros de prensa de la Policía de Rocha por ocultar vaya a saber uno qué dato infartante y exclusivo que le permitiera continuar con su periodismo ejemplarmente ético.