“Sin revistas no hubiera habido literatura [...]. Eso en cualquier parte, pero sobre todo en Hispanoamérica”. Así comienza el texto de la exposición Revistas literarias hispanoamericanas de los años sesenta (ubicada en el hall de la Biblioteca Nacional), que surgió en torno al cincuentenario de la recordada revista montevideana Los Huevos del Plata. La muestra convive con una serie de conferencias y debates que se desarrollarán hoy y mañana, de 18.00 a 20.00, en la misma sede (para consultar el programa: www.ladiaria.com.uy/UIi).

Este encuentro fue organizado por Clemente Padín -uno de los fundadores de Los Huevos del Plata- y Pablo Rocca, director de la Sección de Archivo y Documentación del Instituto de Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (con colaboración de los investigadores Ana Inés Rodríguez y Mateo Vidal). Rocca dijo a la diaria que se trata de una muestra selecta de un conjunto heterogéneo en lo que tiene que ver con estéticas y propósitos de distintos países, como Argentina, Cuba, Colombia, México, Perú y Venezuela, además de un “número casi total de las revistas que pusieron su acento en la difusión de los discursos literarios en Uruguay”. El investigador explica que en todas ellas repercute el impulso de cambio que surgió con la revolución cubana, junto a sus alineamientos y debates. “Entre las que salieron en Montevideo (hay una de Mercedes y otra de Florida, conste) hay dos que importa resaltar por su osadía difícilmente recuperable: Aquí Poesía, dirigida por Ruben Yacovski; y Siete Poetas Hispanoamericanos, a cargo de Nancy Bacelo. Estos dos poetas reunieron, con propósitos diferentes, a una comunidad de poetas del país y del mundo, más jóvenes que otra cosa, y lograron difundir en pequeñas dosis un discurso que aún importaba decisivamente a muchos. De esa manera movieron el canon. Los nombres consagrados hoy, como Marosa di Giorgio, Circe Maia o Washington Benavides, le deben muchísimo a estos empeños”, señala.

¿Cómo surgió Los Huevos del Plata? Rocca cuenta que esa revista y su sucedánea Ovum 10 nacieron por impulso de Padín, a quien define como un artista visual completo y fundamental en su línea, y de Horacio Buscaglia: “Ellos y otros jóvenes, aun en su relación inorgánica con el Partido Comunista, entendieron que había que explorar al máximo las relaciones entre significado y significante en lugar de predicar su transparencia, y por eso salieron al rescate de aquellos que los que dominaban habían dejado a un lado. Por eso la publicación-homenaje a poemas vanguardistas de Alfredo Mario Ferreiro, Juvenal Ortiz Saralegui y Enrique Ricardo Garet, de los que nadie se acordaba. Por eso el número en el que cambiaron el título por La Vaca Sagrada, que es un no muy cifrado antihomenaje a la generación del 45 y a Marcha. A la larga, las minorías que tienen un proyecto ganan. A Los Huevos del Plata, por ejemplo, se le debe en su modesto sello editorial la publicación del primer relato largo de Mario Levrero: Gelatina, y hoy Levrero es un autor internacionalmente reconocido”.

En cuanto al rol de las revistas, explica que la literatura ha pasado a ser otra cosa gracias a esas publicaciones que la “contienen y sistematizan”, lo que, para el docente, daría razón retrospectiva al diagnóstico “algo juguetón” del escritor, crítico y ensayista brasileño Silviano Santiago, cuando -en 1995- “postuló que la historia de la prensa es la historia de la desliteraturización. Ahora que internet nos atrapó a todos, terminó ese juego”, dice Rocca, y agrega: “Había, hace una década, como las hay ahora menos, revistas literarias electrónicas que sus animadores se empeñaban en difundir mediante correos electrónicos para que, luego, uno abriese el link correspondiente a fin de reconstruir el circuito imaginario de la larga era del papel. Entre los ejemplos más notables se encontró Banda Hispánica, que devota y eficazmente dirigió el poeta brasileño Floriano Martins. Pero todo indica que el hipertexto y la lógica de la era digital no se compadecen con el tiempo de la revista, a pesar de que ésta tiene una mayor naturaleza miscelánea y en consecuencia no lineal. El ejemplo local-global de Interruptor, que dirige Amir Hamed, está mostrando que la revista parece funcionar, hoy, a manera de comunicación fragmentada, como difusora de ‘columnas’ más que como suma de artículos, aunque el escaso número de los columnistas reproduce la modalidad del grupo que dio lugar a las mejores revistas, las más arriesgadas. Pero la ficción y la poesía pierden espacio, del mismo modo en que lo venían perdiendo desde hacía un par de décadas en los semanarios y hasta en los suplementos culturales. Eso era inimaginable hasta los años 60, cuando, lejos de haber sido una serie monolítica, las revistas se hicieron en la historia, en su historia interna y en el diálogo con otras; lejos de ser subproductos de un conjunto de acontecimientos políticos o simples determinaciones del tipo que fuere, construyeron zonas de reflexión y de creación, a veces contiguas y otras en conflicto”.